Prensa defiende oscuros intereses y deforma al individuo
por Guillermo Olivera Díaz; Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.

1.      Con la repentina aparición del lenguaraz Jaime Bayly, como punta del iceberg de la corrupción de la prensa nacional, pagado ex profeso para denostar la candidatura presidencial de Ollanta Humala, como forma burda de favorecer inmerecidamente a Keiko Fujimori, el pueblo peruano tiene la demostración inconcusa que la libertad de prensa no existe, es un mito o un espejismo.


 
Lo que hay es una libertad de empresas que hacen dinero grande con periodismo delictivo y que canibalizan al adversario. Buscan así mantener el poder, como suyo, a cualquier precio.
 
La diferencia con el método de Montesinos, de encimar a los dueños de los medios con fajos de millones de dólares, es mínima. Este sujeto los compraba y filmaba con dineros del fisco; ahora, no se nota de dónde viene la plata, aunque sí se sabe que la encuesta que la pone delante a Keiko sobre Ollanta la pagó el banco de inversión norteamericano Morgan Stanley, cuyos fondos claramente provienen de una cuenta cifrada de Tokio al nombre oculto de Alberto Fujimori. Espero las precisiones numéricas.
 
2.      Bagaje amplio por casos reales.-  Estoy informado de estas sinuosidades por ser abogado protagonista en casos de mucha envergadura: Casos Guvarte, Volmer, Banco Ambrosiano, Alan García, Perciles Sánchez, Kouri Bumachar, entre otros.
 
Asimismo, por tachar formalmente al sinuoso Alex Kouri, hoy de capa caída; al norteamericano Pedro Pablo  Kuczynski (en el extranjero desde que perdió la elección el 10 de abril último) y haber denunciado penalmente a KEIKO FUJIMORI por encubrimiento de narcotráfico perpetrado al alimón con su padre, tuve la preciosa oportunidad de conocer mucho más a la prensa peruana, como encubridora de intereses mezquinos, ajena a las grandes mayorías sin patrimonio, de cálculos vitandos, reprochables y que hasta pone en riesgo a sus entrevistados, cumpliendo el mismo rol del sicario que cobra por matar.
 
Por ejemplo, tiempo atrás, el Canal 4 TV me persiguió de muchas maneras (fueron presurosos al local donde estaba con Herbert Mujica Rojas de Radio Moderna, hay otros testigos ex propia sensivus, con equipos del canal, en automóvil negro con lunas polarizadas) para sacarme información valiosa que poseía del llamado partido político “Cambio Radical” (hoy borrado como agrupación), hicieron una filmación amplia de una entrevista que les concedí pero nunca difundieron nada, insistieron después  por teléfono con 2 reporteros diferentes para obtener mayores datos y luego supe que los entregaban al contrario. Una suerte de sicariato periodístico por pitanzas. Cumplen el rol del asesino que enmudece a su presa.
 
¡Así como ésta es el resto de mass media de mi patria! Todos sus espacios, con cabal ironía se podrían autodenominar “Prensa Libre” y tener al frente a la misma capitana o podrían grabarse a distancia, en Miami, en virtud de mariconadas gestantes, pues el pago es igual.
 
Ahora, que contienden OLLANTA y KEIKO, una vil guerra sucia o terrorismo blanco pretende desacreditar al primero. Un cargamontón inmisericorde contra él tiene lugar. Por precio, casi todos los canales de televisión, las estaciones de radio y casi todos los periódicos tienen la misión mediática de lincharlo. Buscan así infundirle miedo, temor, pánico o sentimientos parecidos al elector que acudirá al ballotage o segunda vuelta electoral, a cumplirse el 5 de junio próximo.
 
No creo que esta presión innoble sobre el modesto pueblo peruano logre el larvado y vitando objetivo: que los más voten por KEIKO FUJIMORI, pese a ser protagonista y representante de la inmensa corrupción que significó el gobierno dictatorial de su padre, hoy condenado varias veces y encarcelado. Ella misma y sus 3 hermanos estudiaron en  el extranjero con dineros ajenos que recibía de manos de Montesinos; pretendía el tercer mandato fujimorista tarareando y contorneándose en el baile del “chino”, “chino”;  y, en persona, cobraba 10,000 dólares por liberar a procesadas por narcotráfico, vía derecho de gracia que firmaba el corrupto presidente. Está confesa por esto y en manos de un fiscal penal.
 
¡Con semejantes pergaminos delincuenciales, con su pobrísima labor congresal conocida por sus faltas y viajes al extranjero y con nacionalidad japonesa que le permite zafarse de la justicia penal, el pueblo peruano no la merece como lideresa! Si la prensa la aupa es porque le asegura ser  instrumento.
 
3.      Prensa que deforma aún más al ciudadano.-  El ser humano que vota es un severo producto social, un complicado resultado de fuerzas que no controla ni advierte, entre las que está la prensa.
 
La llamada libertad del individuo es una vaga ilusión, pues jamás entenderá cabalmente por qué se acerca a un partido en vez de otro. Solo se nota hincha del Alianza Lima, de Universitario o de cualquier otro equipo, tal como le sucede en el campo de la política. La génesis le resulta insondable.
 
El hecho de votar se nutre de una imprecisión causal. Así como en el mundo del delito, criminológicamente hablando, no hay efecto sin causa, en el caso de una elección presidencial o congresal se obedece a una triple causalidad: bio-psico-social, siendo su prevalencia de orden invertido.
 
Las causas sociales o condiciones generales de vida, que radican fuera del individuo están primero; uno las encuentra al nacer, son como trajes hechos a los cuales nos piden amoldarnos y nos acompañan siempre hasta el mismo momento de votar. La etiología psicológica, apunta a la estructura mental formada del sujeto y está segunda: aquí conviven la filiación partidaria ciega o interesada, el “ego colosal”, la soberbia, los malditos celos políticos, la codicia del dinero, ansias de poder, los prejuicios e  instintos, etc. Al final, como cabo cierra filas, está la causación biológica, somática o corporal. Aunque nada de esto funciona por su propia cuenta, por sí solo.
 
A nuestro juicio, se trata de una causalidad interrelacionada, interactuante e interdependiente en forma simultánea o al propio tiempo. Su real naturaleza es heterogénea. Lo que sí es visible e innegable que el pobre es el más victimizado por la ponzoña de la influencia social, donde la prensa juega un rol prevalente, por ser su influjo cuotidiano, convincente y subliminal a través del concepto, la imagen vívida e impresionante. El efecto es claramente constatable.
 
El presente sistema económico, político-social al pobre lo hace añicos. ¿Cuáles son los grandes factores causantes o condicionantes de tamaña maldición electoral, donde el pobre vota a favor de la política del rico que nunca lo alcanzará, salvo para hacerlo más pobre? Veamos uno de ellos.
 
4.      Realidad criminal  y corrupción acuciante.- La siempre recusable clase política, gobernante desde nuestra independencia de España,  mantenida por la explotación abusiva de los recursos naturales y la tributación de los más en la historia del país, explica la tenebrosa génesis de la presente eclosión criminal y galopante corrupción.
 
Del ejercicio del poder de aquélla germina, resplandece y se expande lo nefasto como el cáncer. La prensa nacional lo encubre y disimula, culpando a otros, usualmente a los sin posibilidad de defensa, a los desposeídos de patrimonio y cultura.
 
La ola de corrupción actual nace por igual en el Poder Ejecutivo y sus ministros, Legislativo y su mayoría de congresistas, Judicial y sus miles de jueces venales y prevaricadores, logrando ramificarse en todos los organismos del Estado, como el Ministerio Público con fiscales de pésima estofa y el Jurado Nacional de Elecciones y sus jurados electorales especiales, hasta entronizarse en la sociedad entera, siempre en trance de periclitar por culpa de sus mentores con poder.
 
La radiografía seráfica de los protagonistas de esta prensa malsana se impone. Los dueños, sus directores, dirigentes, los candidatos beneficiados con la propaganda, los  jueces que se coluden para encubrirlos, en fin todos los integrantes de este sistema corrupto deben ser objeto de implacable escrutinio.
 
Juzgar su galopante corrupción es un imperativo categórico, moral y ético. La ocasión, aunque la motejen de ladina, es impostergable, porque  prohija el mal antes que el bien. ¡No más calañas de alimañas tipo Bayly!

http://www.voltairenet.org/article169850.html