El periodismo fujimorista en acción: el caso de Raúl Tola
Por José Ramos Bosmediano
No hay ninguna duda: casi todos los periódicos, radios y la TV del Perú se han enrolado en la gran campaña para favorecer la candidatura fujimontesinista de Keiko Fujimori. Sobresalen, en el periodismo escrito, El Comercio, Expreso y Correo, más sus acompañantes chicheros creados para ese público que no puede pagar más de cincuenta céntimos ni puede leer más que basura informativa (noticias sobre sexo, horóscopos, chismes, imágenes pornográficas), pero que les reportan ganancias por la cantidad de consumidores de estos periódicos.
En el periodismo radial cobra mayor importancia RPP por su amplia sintonía, con una indudable tendencia a la defensa irrestricta del sistema establecido, la gran empresa privada, el individualismo, el asistencialismo promoviendo la mendicidad de quienes buscan “apoyo” a sus problemas a través de las donaciones de la empresa privada, política muy cara al fujimorismo de ayer y de hoy. No mencionaremos otras emisoras donde operan los mismos conductores de la TV y columnistas de los diarios más importantes. Un periódico con cierto pluralismo es La República, mucho menos progresista luego de la muerte de don Gustavo Mohome Llona. El único periódico de izquierda es La Primera, dirigida por uno de los más veteranos y consecuentes periodistas del Perú: César Lévano, en la mira de los fujimontesinistas por su abierto apoyo a la candidatura de Ollanta Humala.
En la TV en general, no hay otra dirección que la de los neoliberales que están invirtiendo mucho dinero para arrinconar a Ollanta Humala y hacer posible la elección de la candidata de los ricos, ladrones y criminales. El caso más repugnante para el periodismo peruano es la contratación del bufón Jaime Bayly, que se jugó entero contra sus enemigos ocasionales del PPC y hoy se ha puesto al servicio del fujimontesinismo, cuya ideología ha profesado por su identificación con el neoliberalismo.
Tales son, en el Perú de hoy, las expresiones más importantes de la denominada “libertad de prensa” que, dígase de paso, no puede existir en un sistema económico social que ha convertido a la gran prensa en una empresa capitalista dirigida a defender los intereses de los dueños. Los conductores de programas, con rarísimas excepciones, son los periodistas mejor pagados, con ingresos muy superiores a los de los simples reporteros, representantes de los patrones en la relación diaria con el público, por tanto, responsables de hacer valer las orientaciones de los dueños de las empresas periodísticas. Esto mismo vale para ciertos columnistas identificados con el sistema neoliberal imperante. Solo en La República escriben también historiadores y científicos sociales de izquierda o progresistas en las columnas de opinión. Como se sabe, La Primera también publica artículos de periodistas e intelectuales que no son, necesariamente, de izquierda, pero que no se identifican con el actual orden de cosas.
El fujimontesinismo de Raúl Tola
Este joven periodista tiene dos medios para expresar sus adhesiones políticas: la TV y una columna semanal en La República. Es también un principiante en la escritura literaria de cuentos, es decir, un aspirante a escritor.
En una de las entrevistas a Humala, Raúl Tola espetó al candidato de Gana Perú: “Diga usted si Chávez es dictador o no”. Pero nunca le pidió a Keiko que dijera si su padre fue ladrón y criminal o no. No puede pedir eso a quien representa los intereses que defiende este periodista que funge de pulcro e independiente. Las diferencias entre ambos candidatos, desde el punto de vista de los intereses del país, son claras, pero para Tola no. Humala es el cuco que se debe espantar. Keiko es la posibilidad esperada para que ciertos periodistas sigan manteniendo sus privilegiados ingresos, pues estos dependen de la publicidad que contratan las grandes empresas en cada uno de los grandes medios y más sintonizados programas de radio y TV. Como Keiko Fujimori seguirá defendiendo el mismo programa económico, su apoyo está cantado por los dueños de los medios, pues su triunfo mejorará los ingresos de los empresarios, por tanto, habrá más dinero para la publicidad y un porcentaje mayor de ganancias para los productores y conductores de programas. Este es el contenido real de la libertad de prensa que defienden los periodistas fujimontesinistas.
Lo que nos lleva a ocuparnos de Raúl tola es su columna del día de hoy en La República (¿Caso Cerrado?, 14/05/2011, p. 12), cuyo texto defiende la irreversibilidad de la supuesta tendencia decreciente de apoyo electoral a Ollanta Humala y, por ende, la ineludible victoria de Keiko Fujimori. Al final de su artículo, tomando cierta afirmación de otro columnista del mismo diario y que defiende el programa neoliberal, Augusto Álvarez Rodrich, trata de burlarse de Humala al decir que “tarde o temprano” llegará a ser presidente porque tiene tiempo y “ganas no le faltan”, como si el tiempo de la historia dependería de las ganas de un individuo y no de la evolución de los fenómenos sociales y de la necesidad de una sociedad de transformarse en el momento oportuno. En esta oportunidad, de lo que se trata es de derrotar a lo más podrido que ha surgido en la sociedad peruana de fines del siglo XX: el fujimontesinismo. Hasta el escritor liberal Mario Vargas Llosa, cuya defensa del programa neoliberal es indudable, ha elaborado un razonamiento político correcto. Para Raúl Tola, Ollanta podrá ser presidente cuando haya abjurado a sus ideas políticas y económicas y asuma aquellas que Keiko Fujimori representa, defiende y de las cuales se ha beneficiado con creces. Para Raúl Tola y afines, Ollanta Humala ya fue derrotado por el fujimontesinismo.
El razonamiento de Raúl Tola aparenta ser correcto cuando se refiere a las circunstancias de la derrota de Vargas Llosa el año 1990, del mismo Humala el 2006 y de Lourdes Flores en las elecciones municipales del 2010 frente a Susana Villarán (Alcaldía de Lima). ¿Los fenómenos sociales tienen el mismo proceso de desarrollo que los fenómenos físicos, de tal manera que dados las incidencias iguales a, b, c, etc., pueden tener un desenlace igual en todas las circunstancias? No es necesariamente así, pues en las luchas sociales o lucha de clases, como es el caso de la lucha electoral, hay factores que pueden intervenir para revertir las tendencias. Para Raúl Tola y todos los que apoyan a Keiko Fujimori las cosas ya están decididas y no hay nada que hacer para impedir el triunfo de su candidata. Este mismo anhelo abrigaban los neoliberales más conservadores cuando PPK despuntaba y amenazaba encabezar las encuestas. En esos momentos, este lobista era el candidato de lo más graneado de la derecha neoliberal, incluidos sus periodistas. Toledo y Castañeda fueron abandonados porque Kuczynski era el candidato ideal para dar mejor continuidad al neoliberalismo en el Perú. Hoy ha sido sustituido por el fujimontesinismo.
¿Y los errores de Humala como factor principal de su supuesto decrecimiento electoral de que Tola sitúa como el principal? ¡Qué buena manera de negar la insidiosa campaña de los neoliberales para arrinconar y destruir a Ollanta Humala! Si, como dice Tola, los periodistas y los medios carecen de importancia para orientar la inclinación de la gente hacia un determinado candidato, entonces, ¿por qué no demuestran su independencia y dejan de apoyar a la candidata que favorece los intereses de los más ricos de nuestro país y del extranjero? Tola y los neoliberales fujimontesinistas saben que la orientación que dan todos los días y en todos los programas tiene mucha importancia para generar tendencia de opinión. Y eso ha sido muy bien aplicado por los nazifascistas en Europa (“miente, miente, que algo queda”) La pregunta casi policíaca de Raúl Tola a Humala en la TV tiene ese contenido de incidir en aquello que crea miedo y desconfianza ante una persona. Igual ocurre cuando repiten como estribillo que la Bolsa de Valores cierra en positivo y el dólar americano se devalúa porque Humala bajó y Keiko subió, según la sospechosa encuesta de DATUM. El mismo valor de tergiversación de hechos se da cuando se exagera el incidente de algunos manifestantes frente al reaccionario periodista Jaime de Althaus y el casi ocultamiento de la agresión contra el periodista César Lévano. Para el primero, un gran pronunciamiento. Para el segundo, casi nada. Que diga Raúl Tola si este comportamiento de la “gran prensa” carece de insignificancia para una campaña electoral donde Keiko Fujimori se juega su libertad o su condena, al lado de decenas de personajes impresentables, unos ya presos, otros fugados y muchos encubiertos por los pasos de tortuga del Poder Judicial y del sistema policial.
Pero los medios no son solamente opiniones, sino mentiras, insidias, todas unilaterales, porque la candidata Keiko es tratada, por esos mismos medios, con suma “prudencia”, mejor dicho, ocultando sibilinamente la impronta política y moral real de la hija del criminal y ladrón. Esos mismos medios y periodistas levantan el grito al cielo cuando Hugo Chávez o Evo Morales emiten opiniones relacionadas con los candidatos presidenciales en el Perú, pero se callan o limitan sus comentarios cuando el ex Presidente de Colombia, Álvaro Uribe, tergiversa hechos que se refieren al Presidente Chávez y Humala.
Periodistas como Tola deberían de escribir en El Comercio, en Caretas, en Expreso y afines. Nos parece que la derecha ha planificado hasta la infiltración de ciertos medios con sus periodistas para contribuir con la victoria de Keiko Fujimori.
A la pregunta de Raúl Tola “¿Caso Cerrado?”, hay que responderle que la lucha por la transformación de nuestro país no está cerrada. Continúa y continuará más allá del cinco de junio. En cuanto a la tendencia electoral para estas elecciones, tampoco está cerrada, pese a la gran inversión que están haciendo los neoliberales para comprar periodistas y repartir baratijas a los necesitados, que son millones, inversión ponderada por el empresario Clímper, ex Ministro fujimontesinista.
La lucha contra el neoliberalismo, el latrocinio y el crimen continúa.