Titiriteros del miedo
Por Javier Diez Canseco
Una impresionante ofensiva mediática articula a servicios de inteligencia con canales de TV, radios noticiosas nacionales, buena parte de las cadenas de prensa escrita y hasta encuestadoras. ¿Objetivo?: arrinconar y generar miedo a la demanda de cambio de una amplia mayoría de peruanos. ¿Financistas?: grupos de poder económico, transnacionales mineras y financieras, socios y testaferros nacionales.
Buscan derrotar la candidatura de Ollanta Humala y Gana Perú, o, mínimo, herir de muerte y doblegar las principales banderas de cambio que han levantado; demoler la idea de un Perú más justo y con oportunidades para todos para mantener los privilegios de una ínfima minoría. ¿Instrumentos?: la calumnia, a cargo de periodistas de alquiler; promover la incredulidad del liderazgo; provocar miedo con rumores falsos (estatización de clubes y colegios privados, expropiación de fondos de las AFP y cuentas bancarias, requisa de pasaportes e impedir viajes al extranjero, expropiación de departamentos y automóviles alquilados, estatización de medios…).
En el fondo quieren restaurar la dinastía política fujimontesinista y su corte, que les permitieron manejar a su antojo el país. Volver a la amenaza del crimen y el Grupo Colina, al abuso de poder, la corrupción generalizada, al sometimiento y descomposición de las instituciones fundamentales (el Congreso y el PJ, la SUNAT y los órganos de control y regulación, la cúpula de las FF. AA.) y, ciertamente, a un Estado incondicional a los más poderosos, con un manejo clientelar de los más desposeídos.
Quieren convertir en una amenaza la idea de un crecimiento que llegue al bolsillo de la gente y que se exprese en mejores condiciones de vida para todos y no solo para un puñado de privilegiados. Buscan impedir recuperar el gas de Camisea para el consumo nacional y seguir exportando este valioso recurso que no podemos usufructuar nosotros mismos. Quieren mantener intocadas las enormes ganancias de las transnacionales mineras (S/.28,000 millones sólo el 2010) sin pagar las regalías que adeudan, con enormes privilegios tributarios, y dejar de lado el impuesto a las sobreganancias (que García prometió e incumplió) y que podría generar entre 2,000 y 2,500 millones de dólares anuales a la caja fiscal para atender educación, salud, Pensión 65 y Cuna Más, o apoyo crediticio y técnico al agro y las PYMES. Buscan mantener el abuso de las services o los contratos CAS en el Estado, que condenan a sus trabajadores a un empleo precario y sin derechos en el país estrella del crecimiento latinoamericano.
¿Cómo explicarse que un Perú cuya economía ha triplicado su PBI (de 50,000 a 150,000 millones de dólares anuales) en la última década sea penúltimo en calidad educativa en AL, tenga un presupuesto de Educación que bordea el 3% del PBI y mantengamos 22,000 de los 26,000 centros educativos rurales atendidos por sólo un docente o dos?
¿Qué crecimiento es este si el Perú presupuesta en salud apenas 60% del gasto promedio en salud de AL y tenemos pésimos índices en salud pública, demoras inexcusables y mala atención en el Ministerio y EsSalud, amén de las desatendidas demandas de su personal?
¿Cómo justificar cerca de 30% de la infancia malnutrida o desnutrida en un país con tanta riqueza? ¿Quién se la lleva? ¿En qué manos termina? Ciertamente no en la de las mayorías.
El miedo al cambio busca generar temor a una justicia tributaria que permita redistribuir riqueza y atender necesidades urgentes del país. Insisten en llenar las arcas de los insaciables mientras niegan al país lo que le corresponde.
Buscan impedir el trabajo decente, la elevación del salario mínimo, la restitución de derechos laborales y sindicales destruidos por el fujimorismo.
Pretenden cerrar el paso a un crecimiento para todos. Y, a su vez, buscan impedir cambiar el sistema político que sufrimos: impunidad a los corruptos que se han enriquecido a nuestra costa, y liberar al criminal y ladrón condenado a 25 años de cárcel que es el verdadero rey tras el trono de su hija. Sería una grave irresponsabilidad permitirlo y haría del Perú un verdadero paria internacional. La República.