El pais que soñamos
Por: Ubaldo Tejada Guerrero(*)
El 28 de agosto de 1,963, el recordado líder evangélico Martin Luther King, en su inmortal discurso en Washington DC “Tengo un Sueño”, nos decía: “Sueño que un día está nación se levantará y vivirá el verdadero significado de su credo; afirmamos que estas verdades son evidentes; que todos los hombres son creados iguales. Ustedes son veteranos del sufrimiento creativo. Continúen trabajando en la convicción de que el sufrimiento, que no es merecido, es emancipador”.
El pueblo peruano va madurando y va identificando las potestades a las cuales va a enfrentar el domingo 5 de junio, al momento de emitir su voto: la globalización financiera, comunicacional, ideológica y profundamente anti estatal y de espaldas al Perú profundo; por ello sigue vigente la tarea de regeneración moral del Estado, hoy capturado por el pensamiento único neoliberal que sólo produce crecimiento sin desarrollo humano.
El estado peruano urge una reforma sustancial que le permita un Estado trasformado con eficiencia técnico-administrativa, capacidad política para llegar al Perú profundo, democracia real (transparencia, formación continua, descentralización y participación), reconstrucción de las organizaciones sociales (sistema político-actores sociales y democracia representativa-democracia participativa), descentralización con movimientos regionales; y, finalmente un sistema de partidos políticos (partidos políticos transformados-actores sociales transformados).
El domingo 11 de junio del 2000, con motivo de la re reelección de Kenya Fujimori, escribí un ensayo para el semanario dominical del diario “La Industria” de Trujillo-Perú, con el título de “Lecciones Electorales del 28 de mayo del 2000”, al final terminaba diciendo: “Queda una tarea difícil, pero necesaria: primero conseguir la convocatoria a nuevas elecciones limpias y democráticas, que garanticen el Estado de derecho; y segundo, reconstruir las organizaciones sociales, como única defensa de una sociedad que busca construir, un modelo sin calco, ni copia”. Creo que hasta el 2011, ésta sigue siendo la tarea democrática fundamental frente al fundamentalismo neoliberal, que es asumido antidemocráticamente como dogma por Keiko Fujimori, que en el fondo es un tercer gobierno de su padre a través de ella.
Hoy el Concilio Nacional Evangélico Peruano (CONEP), asumiendo un rol verdaderamente pastoral, el sábado 21 de mayo del 2006, ha publicado su propuesta “El país que soñamos”, la misma que está haciendo llegar a los candidatos Ollanta Humala y Keiko Fujimori, con “los temas que considera centrales en la gestión gubernamental y que requieren atención prioritaria en un país plural en términos sociales, políticos, culturales, lingüísticos y religiosos, como el nuestro”.
En su rol de compromisos por una democracia real, el candidato Ollanta Humala un patriota identificado firmemente con la democracia y comprometido con que la prosperidad económica llegue a los sectores empobrecidos de su país; consideró la propuesta de la CONEP es coincidente de cara al pueblo, porque “Nuestro país necesita un gobernante, que asuma con valor proyectos de gobierno, que tenga como objetivos centrales: la defensa de la vida y la dignidad humana, la lucha contra la pobreza y extrema pobreza, la lucha contra la corrupción, la reconciliación nacional, la protección de la familia, la niñez y la adolescencia, el cuidado del ambiente, el diálogo y construcción de consensos; una democracia de ciudadanos (as), y construcción y desarrollo”.
Así mismo en el local partidario de Gana Perú en el distrito de San Isidro, Humala saludó el apoyo de la “principal agrupación de la iglesias evangélicas en Perú”. En ese contexto, aprovechó para asegurar que respetará la libertad de credo, porque “Creemos que todas las iglesias tienen los mismos derechos. No creemos en la discriminación de ningún tipo por creencias religiosas ni ningún tipo de discriminación”. El representante de los evangélicos, Víctor Arroyo, señaló que representan al 85% de la comunidad de dicha fe en el país.
Debemos recordar el rol destacado que cumplió la Sociedad Bíblica Peruana en las elecciones 2,006, con la publicación de un fascículo titulado “Un voto de conciencia”, con pasajes tomados de la Biblia “Dios habla hoy”, donde presentaban a la comunidad principios para ayudar a una reflexión para llegar a entregar un voto de conciencia, que se resumen así: “estar comprometido con la justicia social, estar auténticamente comprometido con los valores democráticos, manifestar una ética ciudadana intachable, tener un equipo idóneo para gobernar, presentar un plan de gobierno y como lograrlo, emplear estrategias de campaña que hablen de su pensamiento, conducta, propósitos y su modo de tratar a los adversarios, en lo posible haber tenido una experiencia de gestión pública aceptable”.
La vieja derecha peruana, acostumbrada a gobernar de espaldas al pueblo, no acepta la serie de compromisos que va asumiendo Ollanta Humala para demostrar como lograr consensos de gobernabilidad, después de haber presentado su plan de gobierno ante el Jurado Nacional de Elecciones, como bien lo expresa la CONEP: “…es necesario consolidar la experiencia acumulada y los consensos construidos sobre políticas de Estado en el acuerdo nacional” en la dirección “…de impulsar en el país una democracia de ciudadanos y ciudadanas real”, una democracia real.
Finalmente reconocer el fracaso del modelo neoliberal como paradigma para los países pobres, confiar en nuestras propias fuerzas internas, iniciar una etapa democrática y de cambios fundamentales, un Perú nuevo para un mundo nuevo, educación, salud y seguridad social para el pueblo, vigencia de las organizaciones y del Estado de derecho; finalmente una nueva Constitución hecha en democracia para un nuevo Estado.
(*)Analista Global – Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.