Mi silencio

Por Herbert Morote

Agradezco los correos de varios amigos preocupados por el silencio que me he impuesto desde hace varias semanas. No se preocupen, estoy bien de salud, y no crean que los improperios que he recibido por parte de algunas personas me ha desanimado o entristecido. El ambiente caldeado en que se encuentra el Perú da lugar a decir barbaridades que espero desaparezcan terminada la segunda vuelta.

 

Mi silencio se ha debido a que, como seguramente les pasa a ustedes, vengo recibiendo un exceso de correspondencia, mucha de ella valiosa pero la mayoría llena de comunicados que no se apegan a la verdad ni a la razón. Esta diarrea de falsedades es una consecuencia de manipulaciones orquestadas para desprestigiar a Humala y enaltecer a Fujimori, como si no fuera suficiente la descarada y proterva campaña del El Comercio y los medios de comunicación que controlan. No doy detalles de esto porque cualquier persona de mediana inteligencia y un poco de suspicacia debe haberse dado de esta indecente campaña.

La posibilidad de que Fujimori, un asesino convicto, vuelva a gobernar es vista por muchos peruanos (a los que no convenceremos porque El Comercio ya les lavó la cabeza) como una salvación frente a la amenaza “comunista” de Humala a pesar de que el cargo es falso y hasta ridículo en estos tiempos. Lo que ha sucedido es que los medios de comunicación les han inyectado un miedo infundado a que Humala nacionalice todo lo que pueda y acabe con la “bonanza económica” por la que atraviesa el país. Han logrado que teman un dictador sin tener en cuenta que tanto Chávez, como Morales y como el mismo Fujimori, pudieron adueñarse de sus países porque éstos atravesaban una crisis económica y política que ahora el Perú no tiene.  La táctica que usan los medios fujimoristas son réplica de la recomendación del nazi Goebbels “mientras más grande es la mentira más gente la creerá”.
 
Con lo que no contaba El Comercio y sus satélites es que la enorme fuerza de las redes sociales, blogs, correos electrónicos y de Internet en general, desenmascaran todos los días las arteras falsedades y rehacen la fe en un Humala solidario con los desfavorecidos y realista con el progreso económico del país. El poder mediático no se ha dado cuenta de que ya no se puede engañar a la masa como hacían antes. Esta rebelión ante la corrupción no solo sucede en el Perú, sino en el mundo entero. Ha surgido una nueva conciencia ciudadana desde los entresijos de las computadoras que ya han dado muestras de su poder en Egipto, Túnez, y ahora en España. El Perú no será la excepción para desentenderse de los medios controlados por una aristocracia criolla decadente, racista y fascista que ha entrado en pánico y ha terminado por quitarse la máscara.

Humala será el Ignacio Lula peruano. Votaremos por él los que no nos hemos dejado mentir, los que hemos querido pensar por nosotros mismos, y no por lo que diga El Comercio..

Creo que los pocos indecisos que todavía quedan no se dejarán engañar ni por cantos de sirena ni por el miedo al lobo.
 
Agradezco el interés de los seguidores de este blog, pero creo que ya está todo dicho. Por higiene mental no escribiré hasta pasadas las elecciones. Espero que me comprendan o disculpen, gracias.

¡Con Humala el Perú gana!


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