¿Votaremos por Ollanta o por Keiko?
Por Tankar Rau-Rau Amaru (*)

Los periodistas que apoyan a Keiko Fujimori no saben lo que realmente sucedió en la década infame del fujimorismo y lo que podría suceder en caso de que ganara dicha candidata en estas elecciones.

 

Recuerdo claramente el día gris en que comenzó esa dictadura. Fue el 5 de abril de 1992, cuando tomaron el control de los medios de información masiva y cerraron algunos periódicos (entre ellos Ultima Hora, donde laborábamos). Desde Diariouno luchamos por el retorno de la democracia apoyando el levantamiento del general Salinas Sedó. Dirigían el periódico Iván García Mayer, Pedro Salinas, Nilo Espinoza Haro, Sánchez Hernani (¿dónde andaría Bayly?) y varios jóvenes periodistas. Después del frustrado golpe de Estado, cerraron el diario bajo presión legal y financiera. Desde La Mañana, periódico de Sofocleto y Maruja Valcárcel, se intentó dar la pelea al fujimorismo. También cerraron este periódico. Toda voz disidente e inteligente era castigada con la persecución o la presión. Y para que pueda brillar el parásito mayor (Fujimori), sus áulicos apagaban cualquier luz de la razón y la verdad, convirtiendo el país en el reino de los borregos.

Después vendría lo peor para los periodistas: las muertes, despidos y secuestros.

El fujimontesinismo enterró vivo al periodista huachano Pedro Yauri después de hacerle cavar su propia tumba, asesinó al hombre de prensa ayacuchano Luis Morales Ortega, secuestró y torturó a Gustavo Gorriti, planificó el asesinato de César Hildebrandt, serruchó el brazo del periodista Fabián Salazar (La República) y voló en pedazos con un sobre bomba a la joven periodista Melissa Alfaro cuando investigaba la desaparición del estudiante universitario Ernesto Castillo.

¿A FAVOR DE LOS POBRES?
Yo no le creo nada a Keiko Fujimori cuando habla de trabajar a favor de los pobres. En su familia esa propuesta ya es vieja. En 1990, Fujimori le ganó a Mario Vargas Llosa (“el candidato de los ricos”) con el apoyo de los pobres al ofrecerles “honradez, trabajo y tecnología”. La propuesta sólo sirvió para llegar a Palacio. El “candidato de los pobres” cambió de pellejo no bien llegó al poder: de inofensiva lagartija pasó a voraz y peligroso lagarto. Se rodeó de lagartos viejos, de los ricos del país, y nos llevó a la peor etapa de nuestra historia. Intentó acabar con la pobreza esterilizando a los pobres para que no tengan más hijos mientras traía orientales por miles para que ocupen el lugar de los peruanos que no nacerían nunca. A los pobres les repartía comida contaminada con sicoquímicos para que no puedan reaccionar ni protestar y les regalaba cuadernitos y uniformes en vez de darles un trabajo digno.

¿HONRADEZ?
La mafia se cargó el país en peso. Los fujimoristas se volvieron millonarios con el dinero de todos los peruanos. Entregaron casi todas las empresas estatales a sus allegados. Por poco privatizan nuestras casas y las calles. Una parte de ese dinero (seis mil millones) se llevaron a bancos del exterior y con ese dinero están financiando la campaña de Keiko Fujimori.

¿TRABAJO?
Fujimori ofreció trabajo para todos (como ahora) pero despidió miles de trabajadores y acabó con la estabilidad laboral, convirtiéndonos en el país de los cachuelos. Fueron creación del fujimorismo los services que les roban a los trabajadores. A los jóvenes nos prometió el futuro (como ahora) y nos robó el presente. Desde esos años hasta ahora se fueron del país casi tres millones de peruanos, principalmente jóvenes, en busca de trabajo, como consecuencia del modelo económico que enriquece a unos pocos y empobrece a las mayorías.

Las empresas peruanas son asfixiadas con impuestos antitécnicos, mientras las multinacionales tienen privilegios.

¿TECNOLOGIA?
Somos un “país picapiedras”. En eso nos ha convertido Fujimori y los siguientes presidentes que aplicaron el mismo modelo económico y la misma Constitución. Vendemos piedras (minerales) a precio de gallina flaca y compramos productos fabricados con esas mismas piedras pero costando millones. Compramos chatarra pero cero en tecnología. Casi todo lo que comemos viene de fuera: el trigo (derivados: pan, fideos), maíz amarillo que sirve para alimentar a los pollos, los lácteos, soya, carnes, mantequilla. ¿Qué sería de nosotros si un día dejamos de importar alimentos? Se importa el 95% de las armas que utilizan nuestras Fuerzas Armadas (aviones, helicópteros, barcos, fusiles, tanques). Los bienes de consumo duraderos (refrigeradoras, televisores, celulares, lavadoras, muebles, autos). Los insumos para las actividades económicas (combustibles, lubricantes, materias primas para la agricultura y materias primas para la industria). Los bienes de capital (equipos de transporte y maquinaria) y los equipos necesarios para actividades económicas (tractores, máquinas para extraer mineral, camiones, ómnibus). Zapatos, ropa, juguetes, medicinas.

En resumen, ¿qué sabemos hacer? NADA. A esta humillación histórica nos condujo el fujimorismo después de prometernos “tecnología”.

¿EDUCACION?
Fujimori firmó con el Fondo Monetario Internacional (FMI) una carta de intención que posicionó a la educación peruana en el último lugar en Latinoamérica, sólo encima de unos cuantos países. Según ese compromiso de sometimiento, el Perú debe destinar a la educación menos del 4% del Producto Bruto Interno. Los dueños del FMI (Estados Unidos, Francia, Alemania, Japón, España y otros) nunca permitirán que destinemos más dinero a la educación. No les conviene. Destinando, por ejemplo, un 15% de nuestro PBI a ese rubro (como los países europeos), en veinte años nos industrializaríamos y superaríamos a esos países, quitándoles el mercado mundial (porque tenemos materias primas). ¡Eso quieren evitar el FMI y Fujimori al imponernos ese mísero 4%!

DEPENDENCIA
Veinte años de neoliberalismo nos ha llevado a una humillación histórica. Nos han robado el territorio y nuestro derecho al cambio. A pesar de que contamos con recursos naturales desde el mar hasta la selva (peces, gas, madera, minerales, climas, biodiversidad, etc.), a pesar de que tenemos voluntad y recursos de sobra para ponernos a la cabeza de todos los países, el Perú vive de la caridad del Primer Mundo (donaciones). Somos un país rico pero empobrecido. El crecimiento económico fue sólo para las oligarquías encomenderas y para las transnacionales pero no para los peruanos. En las calles de las ciudades hay mendigos de todas las edades, desocupados, trabajadores sin estabilidad laboral, vendedores de caramelos por miles, profesionales haciendo taxi, ancianos abandonados, delincuencia, corrupción generalizada.

Y ahora, los que nos robaron a todos los peruanos (los Fujimori), nos hablan de honestidad. Los que llevaron al país a la dependencia total, nos hablan de cambio. Los que beneficiaron a los extranjeros, hablan de promover al empresariado peruano. Los que implantaron una de las dictaduras más implacables de esta parte del mundo, hablan de democracia (independientes, apristas, izquierdistas, peruposiblistas, acciopopulistas, todos sin distinción de color político, tuvimos que salir a las calles en la Marcha de los Cuatro Suyos para recuperar nuestro derecho a la libertad política).

Los gordos de Palacio dicen que hemos avanzado. ¿Adónde hemos avanzado? Pues a la dependencia total. Hace quinientos años fuimos el centro del universo latinoamericano y una de las civilizaciones más avanzadas del mundo (el mundo andino conocido giraba alrededor del Tawaintisuyu). Ahora somos un insignificante satélite de otros países que en ese tiempo no existían ni como Estado.

VOTAR POR OLLANTA
Tenemos discrepancias con Ollanta Humala. Pero por la salud del país, como organización de mineros artesanales votaremos contra los criminales que quieren regresar. Votaremos contra la mafia de los Fujimori que se han adueñado de todos los cerros del país. Votaremos por Ollanta Humala.

Si gana Ollanta, las organizaciones de mineros artesanales trabajaremos desde la oposición por la defensa de nuestros derechos. Si gana Keiko Fujimori, la guerra estará declarada desde el primer día, porque la Mafia no entiende de diálogos y consensos ni sabe escuchar al pueblo: sólo sabe de “eliminar” al que discrepa.


 (*) Secretario General de la Federación Regional de Mineros Artesanales y Pequeños Mineros de Apurímac. Escritor y periodista. Autor de los libros “Entre dos fuegos”, “Apaga las velas”, “Ojos de Rocío y otros cuentos”, “Allin kawsay y el poder en el Perú” y “Crónicas del socavón”.