¡Voto aprista no puede ir al fujimorismo!
Por Víctor Manuel Castillo Sánchez*
El partido aprista, los militantes apristas no pueden constituirse en parte del caudal electoral con que el fujimorismo pretenda el regreso al poder. En ello confluyen las siguientes consideraciones:
1.- El Apra insurgió como un explícito movimiento que cambió la historia del Perú. El Apra inició y consolidó las corrientes que hicieron posible por vez primera la participación de las masas populares en la política, ámbito que hasta entonces era detentado por la oligarquía en una sociedad excluyente. Es así que la democracia y el concepto de ciudadanía tienen en el Apra un hito importante. Justamente, el fujimorismo sí ha representado para amplios sectores poblacionales la reclamada presencia estatal, pero no ha otorgado ciudadanía. El fujimorismo es un fenómeno de encanallamiento político en tanto se forma alrededor de una costra de demandas permanentemente insatisfechas, pero siempre a disposición como un previsible caudal electoral.
2.- Desde que fueran formulados los originales 5 puntos del programa aprista, el denominado “partido del pueblo” consolidó un programa, una doctrina y una educación políticas, configurando una auténtica maquinaria política, con líderes, cuadros, militantes, seguidores y adherentes. El fujimorismo en cambio, no es comparable en términos políticos al aprismo en tanto ideología. El fujimorismo no tiene ideología, no tiene cuadros, ni doctrina, no hace un mínimo intento de esbozar una interpretación de la historia del Perú ni de sus demandas futuras, y ello es explicable pues representa la máxima expresión de un lumpen político ávido del presupuesto nacional y de las gollerías que el poder otorga.
3.- El Apra surgió luchando contra las dictaduras ¿Va a traicionar ese legado aupándose al carro del fujimorismo? ¿Porqué tendría un aprista que votar por un fujimorista? ¿Qué de común puede existir entre alguien formado en la formidable escuela política que es el aprismo con quienes representan todo lo contrario y con los cuales ni siquiera existe la afinidad del espectro político izquierdista? Lo peor que pueden hacer los dirigentes del Apra es vincular al partido que fundara Haya de la Torre con la cloaca, lo cual sería un auténtico contubernio. El fujimorismo se encuentra en las antípodas del aprismo y éste no puede desoír el mandato proveniente desde las raíces mismas de su historia y que se remontan a la denominada “época auroral”.
4.- El Apra puede perder una elección pero jamás puede caer en el oprobio de apoyar a quien enfrentaron en las jornadas de los 4 suyos. ¿Es que acaso la naturaleza nefasta a la cual enfrentaron ha cambiado o mutado de esencia? ¿O es que la convivencia con el fujimorismo en el Congreso ha inmunizado a los apristas al asco que siente un auténtico político por la peor expresión de venalidad, corrupción, cobardía y autoritarismo?
5.- Como esta elección se va a definir en una cuestión de principios, el apoyo aprista a Keiko significaría que públicamente el Apra suscribe que Keiko Fujimori representa un mejor futuro, con dignidad, transparencia, respeto a la división de poderes, lucha contra la corrupción. O sea, francamente, es cosa de risa eso de creer que lo que ayer se combatía con decisión hoy es visto como una alternativa frente a un discurso con ingredientes del pasado, claro, pero que desde la perspectiva histórica, es más cercano al aprismo que al fujimorismo.
6.- El partido aprista ha conocido la peor derrota de su historia, por tanto, un apoyo a Keiko Fujimori, terminaría por destruir la poca dignidad y valía que le queda. Un apoyo a Keiko haría aparecer al Apra como un partido oportunista que otorga su ayuda con la única finalidad de consolidar una alianza, con objetivos desconocidos o en todo caso, desconcertantes.
7.- Entre los personajes que han sido convocados por ambas fuerzas políticas el Aprismo puede perfectamente convivir con los rezagos izquierdistas tal cual ocurrió cuando alcanzó por primera vez la presidencia. Pero un partido debilitado, anémico tal como se encuentra actualmente ¿puede acaso solicitar el mendrugo de un trato benigno y preferente frente a un fujimorismo rampante?
8.- Incluso tratándose de una negociación política, el fujimorismo no tiene nada que ofrecerle al partido aprista.
9.- El partido aprista tiene una gran historia, una gesta construida con los ilustres nombres de Luis Negreiros, Manuel Arévalo, el Cachorro Seoane, el Búfalo Barreto y la pléyade de hombres del pueblo inspirados por la mística de un Perú mejor y que no dudaron en enfrentar con decisión a las dictaduras que en aquella época en verdad eran los perros guardianes de la oligarquía. Durante la década infame el partido aprista fue protagonista de la lucha por la recuperación de la democracia y de modo incomprensible el Apra como gobierno permitió al fujimorismo alcanzar muchos de sus notorios objetivos, con el previsible norte de buscar la impunidad del delincuente mayor y sus secuaces.
10.- Cada militante aprista por tanto, debe evocar su personal historia y jamás olvidar la gesta de aquellos hombres sencillos, hijos del pueblo que al influjo de la vocación y ejemplo de Haya de la Torre, un día decidieron ponerse de pie frente a quienes les negaban ciudadanía, y tomaron —literalmente— su destino como pueblo y dieron al Perú el imperecedero ejemplo que cuando un pueblo se levanta en pos de sus derechos, el camino iniciado ya no puede cesar jamás. En las actuales circunstancias ¿Cuál de las dos candidaturas es la más lejana a ese proyecto primigenio de construir ciudadanía?
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