Ego colosal de García distrae con su Cristo sobre indulto a Fujimori

Impone autoritariamente monumento al acomplejado peruano

Como siempre,  el gobierno del presidente Alan García tiene un as bajo la manga para distraer a la opinión pública de asuntos graves, como ahora, cuando se discute el indulto al delincuente Alberto Fujimori y anuncia la colocación de un Cristo en el Morro Solar de Chorrillos.


Por su parte, la alcaldesa de Lima Susana Villarán protestó por no habérsele consultado, pues dadas las monumentales características de la estatua, el asunto debió haberse consultado con un equipo de urbanistas y artistas.

Pero García parece no escuchar y con el pretexto de que para la estatua donó 100 mil soles de su patrimonio personal (¿tanto le sobra?), pretende salirse con las suyas.

Monumento al acomplejado peruano

En primer lugar, ese Cristo es un monumento al acomplejado, que carente de imaginación tiene que copiar una figura, pues se trata de una copia fiel del Cristo de Río de Janeiro, lo cual es un pésimo mensaje pera nuestros niños, porque muestra a un peruano incapaz de imaginar algo nuevo, lo que lo empuja a copiar.

Recordemos a José María Arguedas: "El otro principio fue el de considerar siempre el Perú como una fuente infinita para la creación. Perfeccionar los medios de entender este país infinito mediante el conocimiento de todo cuanto se descubre en otros mundos.  No, no hay país más diverso, más múltiple en variedad terrena y humana; todos los grados de calor y color, de amor y odio, de urdimbres y sutilezas, de símbolos utilizados e inspiradores. No por gusto, como diría la gente llamada común, se formaron aquí Pachacamac y Pachacutec, Huamán Poma, Cieza y el Inca Garcilaso, Túpac Amaru y Vallejo, Mariátegui y Eguren, la fiesta de Qoyllur Riti y la del Señor de los Milagros; los yungas de la costa y de la sierra; la agricultura a 4000 metros; patos que hablan en lagos de altura donde todos los insectos de Europa se ahogarían; picaflores que llegan hasta el sol para beberle su fuego y llamear sobre las flores del mundo. Imitar desde aquí a alguien resulta algo escandaloso. En técnica nos superarán y dominarán, no sabemos hasta qué tiempos, pero en arte podemos ya obligarlos a que aprendan de nosotros y lo podemos hacer incluso sin movernos de aquí mismo. Ojalá no haya habido mucho de soberbia en lo que he tenido que hablar; les agradezco y les ruego dispensarme.", palabras en el acto de entrega del premio “Inca Garcilaso de la Vega”, octubre de 1968.

Si se trata de un ícono religioso, ¿acaso no tenemos otros famosos y emblemáticos, como el Señor de los Milagros, como  han propuesto otras voces? En fin, la creatividad peruana es grande y podría haberse barajado muchísimas opciones, pero no una burda copia.

Si tanto insiste en la estatua, García bien podría llevársela a su casa de playa o a donde mejor le parezca, pero no a un espacio público donde los peruanos deben decidir en forma civilizada y que no siga con su pretensión autoritaria de imponer algo que es chocante para los peruanos.

Homenaje a Cristo

Por último, si de verdad García quisiera homenajear a Cristo, debería comenzar por cumplir lo que corresponde a todo cristiano: no mentir, no escandalizar, no atizar matanzas como las de Bagua, no tolerar faenones... y el nuevo gobierno nos dirá si tampoco cumplió con no robar. De modo que su pretendido homenaje resulta más un acto de fariseísmo y de veneración  a su propio ego colosal.