Apostando por su fortalecimiento
Jorge Manco Zaconetti
En verdad existe una campaña infame, demoledora, masiva contra el Dr. Alejandro Narváez Liceras, colega en la UNMSM, que soslaya, minimiza a los verdaderos responsables de la crisis económica y financiera de la principal empresa del Estado peruano, PetroPerú, que a setiembre del 2024 tiene un activo total de US $ 9,683 millones de dólares, de los cuales más de US$ 6,500 millones están invertidos en la Nueva Refinería de Talara.
Recién en setiembre pasado ha recuperado la operatividad de la unidad de flexicoking, la más importante desde el punto de vista económico que no tiene la competencia doméstica la refinería “ La Pampilla”, pues esta unidad tiene la finalidad de convertir el petróleo residual en combustibles de mayor valor como las gasolinas y diésel 2, limpios de bajo contenido de azufre.
De una capacidad de procesar 22 mil barriles d petróleo residual diarios actualmente está tratando 17 mil barriles diarios, por problemas de colocación de las ventas. En esta campaña mediática destacan expresidentes del directorio de PetroPerú, que tienen una grave responsabilidad en la crisis de la petrolera como el señor Carlos Paredes Lanatta, exjefe del gabinete de asesores del ministro de economía y finanzas Joy Way durante el fujimorismo, un rescate financiero del Estado hacia bancos privados como el Wiese, Latino, NBK, Nuevo Mundo, que le costaron al país, es decir fue financiado con el bolsillo de todos los peruanos, por un valor de US $ 1,145 millones de dólares. ¡De ello nadie se acuerda!
La responsabilidad de Paredes Lanatta en la crisis de PetroPerú está en la decisión política, no técnica del cierre de la vieja refinería de Talara a partir de enero del 2020. Si se tiene presente que en el 2019, es decir el año anterior al cierre, la petrolera estatal tenía ingresos superiores a los US $ 4,668 millones de dólares explicados en gran parte por la refinería de Talara, con una utilidad operativa de US $ 265 millones y utilidad neta de US $ 171 millones de dólares, mientras la competencia de Repsol dueña de la refinería “ La Pampilla”, generaba pérdidas operativas de US $ 192 millones y pérdidas netas de US$ 167 millones.
Conversando con expertos ingenieros en refinación, me señalaban que con mínimas inversiones se pudo mantener operativa la vieja refinería de Talara, mientras se construía la Nueva Refinería, en especial por el desface en la construcción de la unidad principal, es decir, la Nueva Refinería con sus unidades de destilación primaria, destilación al vació, craqueo catalítico, y sobre todo la unidad de desulfurización en los combustibles para cumplir con las normas ambientales prácticamente estaba avanzada en enero del 2018.
El desfase entre las unidades principales y las unidades auxiliares y complementarias cuyo contrato se firmó tardíamente luego de una licitación internacional con el Consorcio español Cobra y SCL una empresa china Sinohydro.
Este contrato que se firmó bajo la presidencia del directorio de PetroPerú, economista Luis García Rossel responsable de la petrolera estatal entre diciembre del 2016 y marzo del 2018, y promotor también del endeudamiento externo con los bonistas de la Bolsa de New York, que está “pasando piola” en todo este asunto.
Esta demora en la licitación de las unidades auxiliares y complementarias que debió realizarse en el 2015, representó un retraso de casi tres años en la construcción de la Nueva Refinería de Talara, que debía estar operativa en junio del 2019, y allí existe una grave responsabilidad del Comandante en Retiro de la Policía Nacional, Sr. Germán Velásquez que fue nombrado presidente del directorio de PetroPerú, sin tener mayor conocimiento del sector en el período marzo 2015 al mes de agosto del 2016; él mismo que fue impuesto por la pareja presidencial corrupta de Humala & Heredia, cuyo juicio por lavado de activos se está llevando a cabo en estos días.
El excomandante en retiro demoró indebidamente la licitación internacional para la construcción de las unidades auxiliares y complementarias, que recién se inician cuando se cierra la licitación con la española Cobra y la empresa china SCL, con un contrato inicial por US $ 1,000 millones que ha tenido varias adendas que han incrementado su costo, y que debieran investigarse.
En verdad, el contrato de servicios de ingeniería, suministro y la construcción de las llamadas unidades auxiliares como la planta de hidrógeno, la unidad de producción de nitrógeno, de ácido sulfúrico junto a una planta de tratamiento de retiro de la sal del agua de mar, más una unidad de generación térmica de 80 MW prácticamente demoró más de tres años, el inicio de las operaciones y deben señalarse a los responsables.
Por lo tanto la gestión de Alejandro Narváez como presidente del directorio de PetroPerú, no solamente consiste en superar la crisis económica y financiera de la petrolera estatal, donde ya en el período de setiembre del 2003/ marzo 2005 fue también presidente, demostrando una gestión eficiente, transparente, enfrentando a los intereses privatizadores del ministerio de Economía y Finanzas.
Durante su anterior gestión con una racionalidad en los gastos ante la subida del precio del petróleo sobre todo en el 2004, el principal costo para una empresa privada de producción propia de crudo y gas como PetroPerú, no solamente se incrementaron los ingresos por ventas, sino que también se obtuvieron utilidades operativas positivas de US $ 132 millones de dólares, y utilidades netas de US $ 53 millones mientras la competencia doméstica de Repsol La Pampilla obtenía pérdidas.
CUANTIOSOS SUBSIDIOS
En realidad, la “derecha bruta y achorada” no recuerda el año 2004 cuando se estableció el “Fondo de Estabilización de los Precios de los Combustibles” como un mecanismo regulador que en la práctica ha resultado en un subsidio para las empresas refineras e importadoras de combustibles, Repsol, Pluspetrol, Solgás, Lima Gas, Exxon/Mobil, Valero entre las principales; el objetivo político era no trasladar los efectos de los incrementos del precio internacional del crudo y derivados a los consumidores y empresas.
Desde el 2004 al 2023, el costo fiscal del “Fondo de Estabilización del Precio de los Combustibles” tiene un valor de más de S/ 18 mil millones de soles, y en última instancia ese costo lo financian los millones de consumidores y empresas. Y allí, ante esta realidad ni la CONFIEP, ni la Sociedad Nacional de Minería, Petróleo y Energía, o la Sociedad de Hidrocarburos no levantan su voz de protesta.
En esa misma línea de pensamiento sería de principal interés que el ministerio de economía y finanzas (MEF), bajo responsabilidad del locuaz Luis Arista, exponga al país ¿cuánto de los S/ 60 mil millones de soles otorgados en abril del 2020 como un préstamo a más de 400 mil empresas durante la crisis sanitaria y que tenían como fecha de vencimiento los cuatro años siguientes, y estaban garantizados por el Estado en un 90 % constituyen préstamos incobrables. Se estima que más del 15 % de los S/ 60 mil millones de soles, es decir, más de S/ 9,000 millones de soles estarían bajo esa condición. ¡Y muchas empresas le metieron cabeza al Estado!
En cambio, se cuestiona los más de US $ 6,500 millones invertidos en la Nueva Refinería de Talara (NRT) que según reputadas consultoras como Arthur De Little, señalan que en los próximos 15 años, cuando esté en operaciones a su máxima capacidad, es decir, cuando refine 95 mil barriles diarios, la moderna refinería tendrá una utilidad operativa superior a los US $ 500 millones de dólares, y podrá repagar su endeudamiento externo.
En verdad, cuando si se compara la trayectoria del doctor Alejandro Narváez Liceras en relación a otros presidentes improvisados, su nombramiento está más que justificadon; con un doctorado en Ciencias Económicas y Empresariales otorgado por la Universidad Autónoma de Madrid, con una maestría en Auditoría Económica y Financiera concedido por el Instituto Universitario de Administración de Empresas (IADE) de la Universidad Autónoma de Madrid; con experiencia en la gerencia y asesoría a empresas privadas del sector, con libros publicados tanto en España como en el Perú, destacando su libro “Finanzas Corporativas y Estudio de Casos en el 2017 editado por la editorial Macro, el cual tuve el honor de presentar en la Facultad de Ciencias Económicas de la UNMSM.
En verdad, este linchamiento mediático a un académico de prestigio que ha enseñado en la Universidad de Ingeniería, en la Universidad Católica del Perú, en el Centro de Altos Estudios Nacionales del Perú, en la Universidad del Pacífico, y en universidades de Madrid y París, y que además tiene una experiencia gerencial exitosa, contradictoriamente lo fortalece. Por ello, esta cacería de brujas demuestra la desesperación de la “Derecha Bruta y Achorada” ante la recuperación que tendrá la petrolera estatal con una racionalidad de los gastos y una mayor eficiencia.
Diario Uno, 16.11.2024