Un estudio realizado por investigadores de las universidades de St Louis, Missouri, New South Wales, Australia y la Universidad Nacional de Taiwán señala que existe una correlación entre el tiempo de uso de pantallas como teléfonos, tabletas, televisores, factores sociales y los diagnósticos de trastorno del espectro autista en niños australianos.
Las tasas de autismo en los Estados Unidos están aumentando, al igual que las tasas de adicción a los teléfonos inteligentes, los juegos y el contenido en línea.
El estudio a gran escala en niños ha descubierto que aquellos que pasaban más de 14 horas a la semana mirando pantallas antes de los 2 años fueron diagnosticados con trastorno del espectro autista (TEA) en tasas más altas a los 12 años, lo que indica la necesidad de más investigaciones sobre los patrones de desarrollo de la primera infancia.
Un 80% más de riesgo de autismo a los 12 años
Los hallazgos, publicados en JAMA Pediatrics, provienen del Estudio Longitudinal de Niños Australianos, que siguió el desarrollo de 5.107 niños. Los investigadores analizaron el uso de televisión, vídeo e Internet a los 2 años, comparándolo con diagnósticos posteriores de TEA entre los 6 y los 12 años.
Los niños que pasaron más de 14 horas semanales frente a una pantalla antes de los 2 años mostraron una probabilidad un 80% mayor de recibir un diagnóstico de TEA a los 12 años en comparación con aquellos con menos exposición. Sin embargo, los investigadores identificaron varios factores contribuyentes más allá del tiempo frente a una pantalla únicamente, incluido el sexo del niño y el nivel de educación de los padres.
La educación materna y los ingresos familiares se asociaron con el tiempo frente a una pantalla en lugar del riesgo de TEA, escribieron los investigadores, lo que sugiere que estos factores sociales pueden desempeñar un papel en el desarrollo de los niños.
En total, se informó que 145 niños del estudio tenían un diagnóstico de TEA cuando llegaron a los 12 años. El estudio confirmó los patrones sexuales existentes, ya que los niños mostraron tasas de diagnóstico cuatro veces más altas que las niñas.
Si bien la investigación no demuestra que pasar demasiado tiempo frente a una pantalla cause autismo directamente, sí destaca una posible preocupación para los padres y cuidadores. “Los médicos podrían preguntar sobre el tiempo que los niños pasan frente a una pantalla durante la primera infancia como parte de una evaluación más amplia del desarrollo infantil”, escribieron los autores del estudio.
Con estos hallazgos, los expertos instan a los padres a ser conscientes del tiempo que sus hijos pequeños pasan frente a una pantalla, especialmente dada la creciente popularidad de los medios digitales.
Los investigadores también señalaron que reducir el tiempo que los niños pequeños pasan frente a una pantalla podría ayudar a un desarrollo más saludable.
Exposición temprana a las pantallas y riesgo de autismo
La nueva investigación plantea preguntas importantes sobre cuánto tiempo frente a una pantalla es apropiado para los niños pequeños. “El uso excesivo puede afectar las habilidades sociales y las interacciones de los jóvenes, y algunos tienen dificultades para hacer amigos en la vida real o cultivar falsas amistades en línea”, dijo en un comunicado de prensa Sabrina Butler, profesora adjunta de orientación y educación de consejeros en la Facultad de Educación de la Universidad de Syracuse y que no está asociada con el estudio.
Investigaciones anteriores proporcionan contexto para estos hallazgos. Otro estudio de JAMA Pediatrics relacionó la exposición temprana a las pantallas con problemas posteriores de procesamiento sensorial. “Estos hallazgos sugieren que la exposición a los medios digitales podría ser un factor de riesgo potencial para el desarrollo de perfiles sensoriales atípicos”, escribieron los autores del estudio.
Las diferencias en el procesamiento sensorial (incluida la sensibilidad a las imágenes, los sonidos, los olores, los sabores, el tacto, el equilibrio y la conciencia corporal) ocurren comúnmente con el TEA.
Investigaciones adicionales han documentado cómo la exposición a las pantallas puede afectar la química cerebral, incluidos los cambios en los neurotransmisores clave como la melatonina, la dopamina, la acetilcolina y el ácido gamma-aminobutírico (GABA). La deficiencia de melatonina, donde el cuerpo produce una cantidad insuficiente de melatonina, una hormona principalmente responsable de regular los ciclos de sueño y vigilia, se observa con frecuencia en las personas con TEA.
Niñeras
Se debe tener cuidado con las niñeras, pues muchas para calmar a los pequeños inquietos recurren a lo más fácil, que es hacerlos jugar con teléfonos celulares y tablet, que además transmiten radiación que atraviesa sus frágiles cráneos, o bien los dejan viendo televisión por horas.
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