Un estudio realizado en Universidad de Gazi y el Hospital de la ciudad de Bilkent en Ankara, Turquía, por primera vez ha demostrado que la exposición a la luz azul puede acelerar el inicio de la pubertad en ratas macho, lo que demuestra un vínculo potencial entre las pantallas de los dispositivos inteligentes y el desarrollo de la primera infancia.
Los resultados fueron presentados en la 61.ª Reunión Anual de la Sociedad Europea de Endocrinología Pediátrica en La Haya, y lo publicó recientemente en Frontiers in Endocrinology.
Los nuevos hallazgos siguen a su estudio anterior sobre la exposición a la luz azul en ratas hembra, donde también se observó una pubertad temprana.
Por primera vez, encontramos una relación directa entre la exposición a la luz azul y la pubertad temprana en ratas macho, dijo el investigador principal, el Dr. Aylin Kılınç Uğurlu, del Hospital de la ciudad de Bikent y agregó que el estudio guarda relación con su trabajo anterior en ratas hembra, con resultados similares.
Los investigadores analizaron a 18 ratas macho, de 21 días de edad divididas en tres grupos, a dos de los cuales se les asignó seis o 12 horas de exposición a la luz azul, mientras que a un tercero se mantuvo en un ciclo de luz y oscuridad de 12 horas sin ninguna luz de los dispositivos.
Los investigadores vieron los primeros signos de pubertad significativamente antes en ratas macho expuestas a la luz azul, en comparación con el grupo de control.
El equipo indica que es un estudio en ratas y los resultados directos no pueden interpretarse en humanos. Sin embargo, es una base experimental para investigar más a fondo las consecuencias para la salud del cada vez mayor tiempo frente a la pantalla en la sociedad moderna, dijo Uğurlu en un comunicado de prensa.
Los investigadores esperan continuar el estudio actual sobre la exposición a la luz azul en ratas para comprender mejor sus efectos a largo plazo sobre el daño a los órganos reproductivos y la fertilidad.
Uğurlu señaló que esta investigación podría conducir a medidas preventivas y contribuir al discurso actual sobre cómo los estilos de vida modernos afectan el desarrollo fisiológico y la salud a largo plazo, en especial en los jóvenes.
Ya se sabe que la luz azul altera el ritmo circadiano al suprimir la producción de la hormona del sueño melatonina, retrasando así el inicio del sueño y fomentando días con mayor aturdimiento. Para los adolescentes, la falta de sueño puede manifestarse como dificultades académicas y más problemas emocionales. Los resultados sugieren que los jóvenes necesitan más estrategias de rutina e intervención en torno al uso de dispositivos inteligentes.
El mismo equipo de Turquía realizó anteriormente un estudio con resultados similares en ratas hembra, lo que demuestra un vínculo potencial entre la pubertad temprana y el tiempo excesivo frente a la pantalla tanto en niños como en niñas.
La pubertad precoz puede afectar el desarrollo de los menores, quienes podrán alcanzar una talla inferior al promedio. Lo más usual es que se presenten problemas psicológicos, depresión y baja autoestima que incluso puedan tener efecto adverso en sus estudios. También pueden refugiarse en el consumo de drogas y alcohol.
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