Los teléfonos inteligentes alimentarán una epidemia de envenenamiento por plomo, según un estudio realizado por científicos israelíes e italianos.

 

 

iPhone 6

 

Un análisis de esqueletos antiguos muestra que los niveles del metal tóxico aumentan y disminuyen con la producción mundial.

Los hallazgos son un “presagio de lo que vendrá”, advierten. Los iPhone contienen plomo, que se utiliza en la soldadura que une las piezas. Aproximadamente 3.500 millones de personas tienen un iPhone, casi la mitad de la población mundial.

El coautor, el profesor Yigal Erel, dijo que la contaminación por plomo en los seres humanos ha seguido de cerca sus tasas de producción de plomo.En pocas palabras: cuanto más plomo producimos, más probabilidades hay de que la gente lo absorba en sus cuerpos. Esto tiene un efecto muy tóxico.

Los niños son particularmente vulnerables a los trastornos cerebrales y del sistema nervioso.

El plomo también aumenta el riesgo de hipertensión arterial y daño renal en adultos, y puede causar aborto espontáneo o parto prematuro, indica el estudio publicado en la revista ACS Publications.

El profesor Erel, de la Universidad Hebrea de Jerusalén, dijo que se requerían límites estrictos y advirtió que la estrecha relación entre las tasas de producción de plomo y las concentraciones de plomo en los seres humanos en el pasado sugiere que sin una regulación adecuada continuaremos experimentando los efectos dañinos para la salud de la contaminación por metales tóxicos.

El equipo de Isreali e italiano escaneó fragmentos óseos de 130 esqueletos en un cementerio en Roma. Estuvo en uso durante 12.000 años, mucho antes del advenimiento de la producción de metales, hasta el siglo XVII.

Los niveles de plomo imitaban de cerca la velocidad a la que se extraía. A medida que la producción comenzó y aumentó, también lo hizo la cantidad de absorción encontrada en las personas que vivieron durante esos tiempos. No estaban involucrados en la industria, pero respiraron el aire que los rodeaba.

La producción de plomo y otros metales se disparará aún más debido a la demanda de dispositivos electrónicos, baterías, paneles solares y turbinas eólicas.

Los celulares se deterioran con el tiempo y liberan su toxicidad al aire y al suelo. Una vez que el plomo ingresa al cuerpo, se distribuye al cerebro, los riñones, el hígado y los huesos.