Por Alfredo Palacios Dongo
El antiguo término cabotaje alude a la navegación costera desde un punto geográfico notable a otro, navegando de “cabo a cabo”, pero actualmente se emplea para designar a las naves que realizan el tráfico de mercancías entre puertos de un mismo país. Nuestra inmejorable ubicación geográfica con un extenso litoral de más de 3,000 kilómetros y con el principal puerto en el Callao, ubicado en la zona central del país, permitiría presumir que el tráfico de mercaderías se debería efectuar mayoritariamente por mar entre este y los puertos del norte y sur, y de allí, vía terrestre o ferroviaria para la penetración y salida de mercancías en el interior del país.
Además de una flota mercante y el desarrollo del cabotaje, los puertos requieren modernizarse. En la foto, el puerto del Ilo demandaría al menos US$300 millones
Sin embargo el transporte de mercaderías por cabotaje es inexistente en el Perú, lo cual constituye un grave error. Todo este transporte se realiza vía terrestre con camiones; por cabotaje marítimo solo se transportan hidrocarburos en alrededor de una docena de buques tanqueros-petroleros y gaseros, y de las únicas tres naves con bandera nacional del Servicio Naviero de la Marina: BAP Bayovar, BAP Zorritos y BAP Noguera.
El transporte terrestre, desde el punto de vista de economía de escala es 25% más caro que el de cabotaje a partir del traslado de volúmenes de carga sobre las 900 toneladas y distancias mayores de 500 kilómetros —incrementándose hasta 50% sobre los 2,000 kilómetros—; además de su menor rendimiento, presenta informalidad, inseguridad, ineficiencia y produce congestión y contaminación. El cabotaje generaría mayor competencia en este mercado, no obstante, se podrían implementar nuevos servicios, como el Roll-on Roll-off, trasladando camiones con contenedores o mercaderías en los buques y recogiéndolos después en el lugar de destino, disminuyéndose el costo de transferencia intermodal.
A pesar que desde el 2005 contamos con la ley de Reactivación y Promoción de la Marina Mercante Nacional (ley 28583), con una modificatoria (ley 29475-diciembre 2008), con normas tributarias (DS 167-agosto 2010) y con el reglamento de la ley (DS 014-abril 2011) —que incluyen normas para desarrollar el cabotaje—, lamentablemente no se ha iniciado la reactivación de la flota mercante nacional, indispensable para desarrollar el cabotaje marítimo.
Bajo este panorama, por razones geográficas, económicas, operativas, de seguridad y como reserva naval, deberíamos fomentar el cabotaje marítimo, el cual no genera las externalidades negativas del transporte terrestre y ahorraría costos a los operadores y baja de tarifas a los clientes. Se requiere que navieros o empresas navieras nacionales arrienden o adquieran naves para iniciar la reactivación de nuestra flota mercante y permita abanderar en el Perú naves de cabotaje, y asimismo, que el gobierno mejore la infraestructura de los puertos e instalaciones portuarias, así como las conexiones viales desde la costa hacia el interior del país.
Expreso, 15 de octubre de 2011