El gobierno de las apariencias
Por Juan Sheput
Este gobierno pretende administrar el país con fuegos artificiales, apariencias. Cada vez que hay problemas simplemente no da la cara o se busca la descalificación. En el caso de la ineptitud demostrada en el VRAE en la lucha contra el terror, no han encontrado mejor argumento que decir que es un problema de 20 años, que es culpa de los anteriores gobiernos ¿Se olvida acaso Ollanta Humala que él prometió ser la gran transformación? ¿De qué transformación estamos hablando si, por sus resultados, está haciendo lo mismo que los anteriores gobiernos pero con el añadido de la ineptitud? Que se recuerde, en los últimos 12 años los terroristas no han salido orondos en las cámaras de televisión, jactándose en medio de un "cerco militar" de sus triunfos sangrientos ni ha habido acusaciones de cobardes abandonos de jóvenes inexpertos ¿De qué situación igual estamos hablando?
Pero la ineptitud y las ganas de figurar van más allá. Tal como lo ha dicho el destacado analista Fernando Rospigliosi, las apariencias mandan. Cuando hay problemas los actuales gobernantes se esconden. El mismo presidente Humala ha cancelado sus apariciones públicas por, como señala la prensa, evitar preguntas incómodas.
No es el único en el gobierno.
Hace poco la insanía de un sujeto que ensucia el uniforme de las Fuerzas Policiales desgració la vida de cuatro humildes mujeres, dos de ellas niñas. Cuatro mujeres que estaban caminando por la vereda, tranquilas, rumbo a la escuela o al trabajo han sido mutiladas o se encuentran en grave situación. Una camioneta policial, con dos sujetos en aparente estado de ebriedad arrolló a las 4 huyendo, protegidos por sus colegas luego de haber protagonizado este acto criminal. Los sujetos no auxiliaron a las víctimas, como corresponde, huyeron y sobre este caso el Ministro Lozada ni el Ministro Valdés han dicho nada. Han evitado convenientemente el tema. Y la Ministra de la Mujer, Ana Jara Velásquez, tampoco dice nada de este hecho, no visita a las víctimas que siendo mujeres requieren su apoyo, ni declara sobre los malos policías ni exige sanciones. Es decir la doble vara, la doble moral, que sí señala y acusa cuando conviene, pero se hace de la vista gorda cuando el problema nace en casa.
Me reitero que todo esto sucede cuando no hay liderazgo ni conducción en el gobierno ni afán fiscalizador en una oposición parlamentaria que deja mucho que desear. Al final todos los ciudadanos pagan las consecuencias. Ya sabe, ni en la vereda, caminando, usted está libre de ser agredido por el propio Estado, ese ente que debe protegernos. 19.04.2012