Mitos sobre Conga
Escribe: Ing. Aarón Morales F.
Las cifras de la SUNAT demuestran que la minería aporta menos del ocho por ciento de los ingresos totales del Estado
“¿Qué pasaría si nuestro país no tuviera los ingresos de la actividad minera, que representan un tercio de los impuestos que recibe el Estado Peruano?”
El Comercio, “Puntos de vista”, Dr. Rolando Arellano, 18 de noviembre de 2011
El siguiente cuadro muestra que el impuesto a la renta pagado por el universo empresarial sólo contribuye con el 20% (2010) y el 23% (2011) del total de los ingresos del Estado. Si la minería pagara el 55% de esa suma, sólo estaría contribuyendo, antes de devoluciones, con el 11% y el 13%, y después de devoluciones con el 6% y el 7.5% de los ingresos totales del Estado.
Según la columna “Puntos de Vista”, si se perdiera la tributación minera habría que eliminar “Pensión 65”, desayuno escolar, profesorado, salud, etc.
La verdad es que lo que paga la minería no es ni un tercio, ni siquiera un décimo, apenas un quinceavo de los ingresos del Estado, como lo mostraría un análisis del cuadro Ingresos Gobierno Central para el que quiera darse el trabajo de hacerlo.
Los nuevos proyectos como Conga no pagarán impuestos al IGV por el internamiento de los materiales a ser instalados y estarán sujetos a un régimen de depreciación acelerada por lo que no empezarán a pagar impuestos hasta siete u ocho años después de iniciadas las operaciones. Luego realizarán otras inversiones que financiarán con impuestos, porque estarán sujetas a un régimen de exoneración a las reinversiones. Y como nadie certifica los montos de las inversiones las cifras pueden crecer sin límite.
La minería eroga impuestos a la renta solo por la parte que paga como dividendos. Le está permitido remitir recursos financieros ilimitadamente. En el Decreto Legislativo 109 estaba facultada a remitir “los fondos de depreciación” lo que constituye un despropósito financiero que equivaldría a un asalto legal.
PARA QUE LA MINERIA SI SEA UNA GRAN APORTADORA, propongo lo siguiente:
1. Eliminar la exoneración del Impuesto General a las Ventas por la importación de equipos y maquinarias.
2. Eliminar las exoneraciones de impuestos a la reinversión de utilidades.
¿Sigue usted pensando que la minería es tan importante aportadora de impuestos como lo señala la glosa citada?
Perú, país guanero; Perú, país minero.- Las Islas de Chincha en 1865 hacen recordar Yanacocha y Conga en el año 2012
Escribe: César Vásquez Bazán (cavb.blogspot.com)
Dos millones de toneladas de guano, El Gran Montón, Isla Norte, Islas de Chincha, 1865
No se por qué, pero me vienen a la mente las Islas Guaneras de Chincha hace siglo y medio, cada vez que escucho al camarada Roque “Cianuro” Benavides, o a alguno de sus colegas empresarios transnacionales contándonos la historia que “el Perú es un país minero”.
En 1865, los Roques de la época, que levantaban en peso al Perú, no utilizaban el eslogan “Perú, país minero”. Más bien ellos decían “Perú, país guanero”. Por supuesto, también hace siglo y medio proclamaban que el negocio del guano “conduciría al desarrollo y bienestar del Perú”.
Claro está, lo que sucedió fue lo contrario. Entre 1840 y 1870, el kilómetro cuadrado de territorio representado por las Islas de Chincha constituyó el espacio geográfico que generó más riqueza en el país. El guano de las Islas de Chincha había comenzado a ser explotado en 1840, cuando comenzó la exportación a Liverpool. Cinco años después se inició la exportación a Estados Unidos.
El camarada Roque “Cianuro” Benavides quiere convertir a Cajamarca en las Islas de Chincha del siglo XXI.
Sin embargo, la riqueza de las Islas de Chincha no fue gozada ni por sus trabajadores, ni por la gente de Chincha. Los coolíes y demás semiesclavos que trabajaban en las Islas vivían en condiciones infrahumanas en las barriadas que usted puede apreciar en la fotografía.
Y es que el guano fue riqueza para la oligarquía de la época, es decir para los consignatarios --que organizarían el Partido Civil-- y para sus allegados, para sus abogados, para sus marinos, para Dreyfus, pero no para los obreros de las Islas de Chincha, ni para Chincha, ni para Ica.
Tres décadas después el guano estaba agotado y Chincha continuaba viviendo sus modestos días. Hoy mismo Chincha transcurre sus días tan pobre como antes.
Cada vez que lea usted en la prensa de alquiler o escuche la expresión “Perú, país minero” acuérdese que hace siglo y medio los Roques de esos tiempos levantaron el lema “Perú, país guanero”, historieta con la cual se enriquecieron ellos --o sea, sólo unos pocos-- como sucede el día de hoy.
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