por Guillermo Olivera Díaz; Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.

¡Patraña horripilante de Facebook que me sanciona y no sé quiénes me denuncian!. ¿Hay algún poderoso y torcido moralmente detrás?

 

Hace un mes y medio fui suspendido por siete (07) días, por haber enviado dizque solicitudes de amistad a personas que no conozco ni por el forro.

No apelé de la sanción que rechazo porque no hay ante quién hacerlo. Facebook se erige en primera y última instancia; me sancionó sin ser citado, ni oído; tampoco investigado. Por lo menos, me debería informar quiénes son mis denunciantes agazapados. No lo hace con nadie.

Como no estoy necesitado de amigos desconocidos no remito solicitudes de amistad a ninguna mujer ni varón, por si las moscas. Con mayor razón a quienes desconozco por nombre, por faz y por hábitos.

Sin embargo, me han suspendido de nuevo por catorce (14) días, supuestamente por haber reincidido en lo mismo: solicitar la amistad de quienes habitan en el mundo, en algún lugar que no sé cuál es, y sin saber quiénes son y qué profesan.

Todo hace notar que una suerte de avivatos por mí lo solicitan. Ergo, convendría que Facebook no sancione a priori, sin investigar o verificar, ni demostrar que su actuación es correcta.

¿Alguien con poder político, algún Valdés, por ejemplo, u otro fujimorista o humalista, está detrás de esta patraña, con el puro afán de fastidiar sin conseguirlo o lanzando mensajes de amedrentamiento subliminales?

Mi protesta contra Facebook es deportiva, hasta filosófica, sin amargura, ni bilis. Me considero un libre pensador, sin ataduras al poder nefando. Nunca estuve, ni estoy, ni pretendo estar colgado de la teta del presupuesto nacional, ni aúpo a los empresarios mineros para llegar al Congreso.