Por Rocío Ferrel
La prensa parece estar regresando a la época de Montesinos, cuando todos a una abordaban el titular de turno. Esta vez la mayor parte de los medios no dejan de tratar con prioridad los temas del Movadef y el indulto a Fujimori, como si el país se redujese a ambas cosas.
Resulta curioso que priorizar ambos problemas sea muy conveniente al fujimorismo, que busca mantener una imagen política que los promueva como genios de la derrota al terrorismo, lo cual no fue cierto, como sabemos, si el fujimorismo hubiese asignado los fondos que requería el general Ketín Vidal, la captura de Abimael Guzmán habría ocurrido años antes de 1992 y hubiésemos tenido menor cantidad de víctimas. Y la embajada de Japón no hubiese sido tomada por el MRTA si los servicios de inteligencia hubiesen estado dedicados a su deber en lugar de estar filmando alcobas para extorsionar, pues los subversivos recurrieron a la viejísima táctica de ingresar a esa embajada rompiendo un muro vecino.
Con el Movadef en titulares, el fujimorismo también dice que fueron ellos quienes derrotaron al terrorismo, con lo cual en verdad logran engañar principalmente a los jóvenes, que desconocen mucho de lo que realmente sucedió.
Pero el asunto del Movadef no está aislado del caso del indulto a Fujimori, pretenden presentarlo como premio a alguien que “derrotó” al terrorismo.
¿De dónde sale tanto dinero?
Pareciera que los miles de millones robados por el fujimorismo financian estas dos campañas; vemos que hasta se realizan encuestas consultando sobre ambos temas. Por ejemplo, preguntan al público si Fujimori debe pedir perdón, pero nunca preguntan si debe devolver los miles de millones que desaparecieron del erario nacional durante su dictadura. Lamentablemente el fujimorismo no fue declarado al margen de la ley por no haberse abordado bien la cuestión de la asociación ilícita para delinquir de sus integrantes, muchos de los cuales pululan haciéndose pasar por personas honestas.
Pero no sólo los fujimoristas. Otra facción enemiga del patriotismo también privilegia estos temas y son los llamados “rábanos caviares”, aquella gente que dice ser de izquierda y que como mercenaria recibe o recibieron fondos de las ONG; parte de ellas, como sabemos, son financiadas por la CIA o la USAID o a través de instituciones de fachada para seguir la política que interesa a los Estados Unidos, no al Perú.
Así callaron sobre los crímenes de los terroristas y sólo se dedicaban a atacar a militares o policías presuntos violadores de derechos humanos, y no a las fuerzas del orden cuyos derechos habían sido violados. Tampoco les interesó otras violaciones graves, como las esterilizaciones forzadas por el fujimorismo, pues para ello no había fondos de las ONG. Por el contrario, las ONG financiadas por la USAID, llamadas "defensoras" de la mujer, incluso colaboraron entusiastas con el dictador en esa barbarie perpetrada principalmente contra mujeres indígenas con engaños.
Pretenden “lavar la cara” al Movadef
Así como nunca chocaron frontalmente con Sendero Luminoso, los “rábanos caviares” no quisieron ayudar en la promulgación de leyes contra la apología del terrorismo, ni ayudar en el desarrollo de una temática escolar que condene enfáticamente al terrorismo, como tampoco lo hicieron esos seudointelectuales que gustan de figuración en los medios, por eso tenemos al Movadef circulando feliz por el Perú y el mundo para burla de todos nosotros. No sólo es culpable de esta inacción la llamada izquierda, sino la mediocridad e incapacidad de quienes sucesivamente nos gobernaron, ya vimos que sus apetitos estaban enfocados en otros asuntos jugosos, como entregar los cielos abiertos a los chilenos, continuar las privatizaciones corruptas y antiperuanas, etc.
Proscribir al Movadef
De una vez por todas debe diseñarse un marco legal que proscriba al Movadef y a toda organización que defienda a los grupos terroristas o que pretenda maquillar su pasado criminal. No hacerlo sería una seria ofensa a las víctimas, que fuimos todos los peruanos, pero en especial indefensos campesinos pobres, a quienes decían defender, pero que asesinaban con gran ferocidad por miles, tal vez cumpliendo consignas de despoblar territorios para que después sean tierras deshabitadas listas para faenones de extracción de recursos. Un indígena que defiende su tierra es un fastidio para el inversionista deshonesto y contaminador, que —a diferencia del empresario que juega limpio con su trabajo e ingenio— es un cobarde que busca sobornar para obtener riqueza fácil.
Chile y el terrorismo
Tampoco debe descartarse que Chile haya estado detrás del terrorismo, pues en las cúpulas del MRTA y Sendero Luminoso fueron capturados chilenos y ahora en Chile hay mucha colaboración para con Sendero Luminoso y el MRTA. Coincidentemente, la destrucción del Perú perpetrada por los terroristas favoreció a Chile, a donde fueron a parar las grandes transnacionales que dejaron sin trabajo a miles de peruanos, con el consecuente grave deterioro de la imagen del país en esas décadas y la devaluación de la propiedad peruana, que fue adquirida por capital chileno.
Exijamos ya la promulgación de una ley para combatir la ideología subversiva, no como pretende la izquierda irresponsable, debatiendo con ellos, porque si no "los tendremso en el monte", como argumentó insulsamente Carlos Tapia, agente prochileno. El terrorismo debe ser tratado de forma similar a como se trató a los nazis: prohibición total de todo signo, palabra, escrito o acto que pretenda exaltarlos.
Finalmente, que la Sunat y el servicio de inteligencia dejen de lado la mediocridad que permite que el Movadef ejecute sus acciones con fondos oscuros. Parte de la lucha contra el terrorismo es también cerrar los canales que permiten financiar a este funesto grupo. Se aprobó el proyecto de ley 783 para penalizar el financiamiento de actos terroristas, pero como la apología del terrorismo no está debidamente sancionada, el dinero para estos grupos fluye impunemente, y tampoco se ha señalado lo que se debe hacer si el delito de financiación se perpetra en el exterior al amparo de legislaciones extranjeras; al menos debería confiscarse esos fondos en el Perú.
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