Por: Ubaldo Tejada Guerrero – Analista Global *
“El Perú es conocido por haber crecido pese a no tener las mejores instituciones. Pero, en el punto en el que estamos, no podremos volver a triplicar el PBI en una década si no asumimos el desafío de elevar la calidad de las instituciones públicas, que permiten que la inversión opere con calidad, eficiencia y transparencia. Se necesita una urgente reforma del Estado, esa que se ha intentado en diferentes oportunidades sin éxito” (Luis Miguel Castilla Rubio – Ministro de Economía del Perú),
Las calles seguirán hablando en el Perú, después de haber escuchado a Ollanta Humala, versión 2,013 del mensaje de 28 de julio, donde el reclamo por ciudadanía y la expresión de etnicidad de una sociedad nacional emergente, siguen siendo las tendencias principales, frente a un Estado desbordado y la búsqueda de migrantes y jóvenes de representación política y liderazgos capaces y creíbles éticamente.
Un 28 de julio 2013, bastante tenso como podemos observar en FOTOS: calles del centro de Lima siguen cerradas y custodiadas por Te Deum y Mensaje Presidencial. Mientras el país no tenga un Proyecto Nacional, con políticas de desarrollo en agro industria, industria, ciencia y tecnología, no se desarrollará, solo siendo productores será la forma de cómo crecer como país, de lo contrario sólo será un menú para los grupos de poder económico, mientras manifestantes se hicieron cortes en los brazos durante Mensaje a la Nación de Humala.
Un 21 de julio de 2011, siete días antes de su mensaje, Humala confirmó que el elegido para el MEF sería el economista Luis Miguel Castilla Rubio. Paradójicamente, a partir de ese día, todos los empresarios felicitaron el pragmatismo de Humala. Todos querían invitarlo. Hoy, Castilla es imprescindible en el círculo del Presidente. Tan importante, que toma decisiones sin consultar al primer ministro, con el que nunca necesita despachar directamente. Pasó con Salomón Lerner y Óscar Valdés. Pasa ahora con Juan Jiménez. Posee lo que últimamente algunos llaman ‘luz verde’.
Para la SNI: "Ha sido un mensaje sin mayores sorpresas como se había anunciado", es decir en buen romance, el presidente de la República, Ollanta Humala, comenzó hoy su Mensaje a la Nación renovando su compromiso de mantener el rumbo (modelo neoliberal) de su Gobierno a favor de la inclusión social (asistencialismo). Sino leamos el Mensaje a la Nación del 2012, CLIC AQUÍ. Donde lo más importante fue para muchos: más de lo mismo, por ello Cecilia Tait se retiró del Congreso en pleno mensaje de Ollanta Humala.
El pueblo peruano sigue esperando un mensaje, cuya estrategia tenga como horizonte el largo plazo a fin de que organice de que use los recursos físicos y el poder, con el fin de transformar progresivamente las estructuras nacionales de desarrollo, descentralizando armónicamente el sistema productivo y distributivo, redistribuyendo los ingresos nacionales y reestructurando los patrones de consumo, hoy asimétricamente a favor de las transnacionales.
Humala sostuvo, que la economía global atraviesa un escenario de “incertidumbre” y, a raíz de eso, los precios y la demanda externa de nuestras exportaciones “empieza a retroceder. El presidente de la República sostuvo que el Perú está preparado para enfrentar esta situación, porque se tienen las reservas suficientes, el problema es a quienes va a beneficiar: ¿Al pueblo o a los grupos de poder económico?
La sociedad civil, organizaciones y colectivos ciudadanos en el norte del Perú, se movilizaron por las arterias de sus jurisdicciones para mostrar su rechazo a Fredy Otárola como presidente del Congreso, como podemos observar #Tomalacalle: Un grupo de chiclayanos protesta en la plazuela Elías Aguirre. Mientras en Lima alrededor de 32 mil efectivos de la Policía Nacional brindarán seguridad durante las celebraciones por Fiestas Patrias, según el plan de operaciones diseñado por el Ministerio del Interior.
Como dice el periodista peruano Renato Cisneros: Dos años después, sin embargo, cuando la dictadura finalmente sucumbió gracias a los videos y las movilizaciones, fue inevitable sentirse parte de una revolución histórica. Fue una victoria generacional. Ojalá no sea necesario reeditarla, pero cuidado porque, de serlo, estoy seguro de que los viejos revoltosos estarían dispuestos a desempolvar el uniforme (Días de marcha).
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