Por César Hildebrandt
Regreso a Lima y me dicen que muchas cosas han cambiado. No lo creo. Todo parece igual: desde el basurero aprista, presidido por ese experto en aguas servidas que es Alan García, siguen saliendo las emanaciones de toda la vida. La última, insinuada abiertamente por algunos de sus voceros, es que el Apra tendría en sus manos un video que pondría en aprietos la relación de la pareja presidencial. Hasta se nombra a un tal Arosemena como manzana de la discordia.
¿Algo ha cambiado? Es el Apra de siempre, perita en porquerías, dueña de Crisol y de la Feria del libro.
Y es el Perú en pantuflas por la mañana, desgreñado y repitiendo sus días de pequeñez sin asombro: que al cómico mexicano Quico no lo van a condecorar en el Congreso, que al perturbado Ciro Rojas no se le ha hecho justicia liberando a Rosario Ponce de toda responsabilidad por la muerte de su novio, que los bonos agrarios serán redimidos como una reivindicación de aquella clase social maldita que se fundó en el robo de las encomiendas y en la esclavitud de negros y chinos. Qué podre.
¿Algo ha cambiado?
¿Es nuevo acaso que se tramen sentencias “por razones de estado”? Porque eso es lo que se ha hecho con el asunto de la jueza Carmen Rojjasi. ¿Y que lo haga un régimen como el de Humala no es un agravante? Quizá. Pero que Jiménez1 se ponga a la altura de Montesinos y que San Martín se nivele con el chino Rodríguez Medrano2 tampoco es como para decir “¡No me lo puedo creer!” Dentro de lo previsible estaba. Qué inmundicia.
¿Y lo de la señora Nancy Obregón? Lo único que puede decirse es que ha tardado en caer. Y no tengo duda personal alguna respecto de que Ollanta Humala sabía a quién convocaba y para qué.
Dicen que el discurso de Ollanta Humala fue un mal vinilo. ¿Y qué querían? ¿Cuál puede ser la voz de un traidor? ¿Qué firmeza puede tener quien ha olvidado a sus electores y se ha entregado al poder del dinero y al chantaje de la derecha y su prensa? ¿A qué frases, a qué sintaxis, puede aspirar quien ha desaparecido en el campo de batalla? El balbuceo de Humala es la expresión oral de una derrota intrínseca.
Cuando uno está unas semanas fuera y se reencuentra con la prensa peruana, la sensación es la de tener que saludar otra vez al vecino avezado y de mal vivir que le pega a su mujer. Qué anecdotismo tan inapelable, qué mala prensa, qué bodoques, qué breves horizontes, Y cuánta indulgencia para pasar por alto lo esencial. Por ejemplo, que la democracia es una farsa cuando al presidente lo secuestran y maniatan quienes tienen el control del dinero y los medios.
Intento leer a Mirko Lauer y no puedo. ¿Cómo es que un hombre de su brillo, de su reconocida inteligencia, ha preferido la neblina? En su caso, forma y fondo se parecen: son susurros dichos tímidamente desde un palco en pleno concierto. La crisis del progresismo peruano no está en las carencias de Arana3 sino en el exilio interior de Lauer, en sus melancólicas naderías.
La buena noticia viene de afuera. Vladimir Putin se ha atrevido a desafiar al imperio que regenta Obama, el Humala gigantográfico, nuclear y terrorista.
Hildebrandt en sus trece, Lima 09-08-2013
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1 Juan Jiménez Mayor, actual Presidente del Consejo de Ministros del gobierno de Olanta Humala. [Nota de Con nuestro Perú.]
2 Alejandro Rodríguez Medrano, magistrado durante el gonbierno de Fujimori-Montesinos, ha cumplido carcelería tras ser sentenciado por corrupción. [Nota de Con nuestro Perú.]
3 Es Marco Arana, luchador por la defensa de tierras y agua de la sierra norte del Perú, fundador del movimiento Tierra y Libertad. [Nota de Con nuestro Perú.]
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