Por Rocío Ferrel
Como ya nos tiene acostumbrados, Nadine Heredia no se preocupa en desarrollar ningún programa propio de acción social, como hacían las primeras damas, las cuales generalmente tomaban la causa de la niñez. Así, hoy reaparece en una campaña de los ministerios de Educación y Salud contra la gripe, con la compañía de Patricia Salas, que parecía su secretaria.
La campaña fue un teatro mal hecho, pues los niños que aprendían la lección eran de tercer año de primaria, a los cuales se trató como retrasados mentales, como si necesitasen tontos payasos para recordar cosas como lavarse las manos, en un acompañamiento más propio para pequeños de educación inicial de tres años de edad. Para colmo, se trataba de payasos sin dotes artísticas, uno con cara de pandillero disfrazado de médico pirata y una mujer con vientre prominente, promoviendo con su cuerpo la obesidad.
Gran torpeza de Heredia
Si se está enseñando cómo protegerse contra la gripe, resultó un acto de suma torpeza por parte de Heredia el aparecer en este invierno, uno de los más fríos de la historia en Lima, con una blusa ligera de manga corta, apropiada para temperaturas veraniegas, como si hubiese tomado alguna sustancia para no sentir este frío.
¿Cómo vamos a enseñar a los menores la importancia de abrigarse si se les presenta a la esposa del Presidente como figura central vestida así? El mensaje que reciben los menores es que abrigarse en invierno no importa. Claro está, la ministra, como subordinada a Heredia, fue incapaz de alcanzarle una chompa para no desentonar con los menores. Lejos de cumplir su misión de educadora prefirió someterse a Heredia y confundir a los chicos con la cuestión del abrigo, mucho peor si sabemos que en escuelas de niños pobres hay desnutridos, para los cuales puede ser riesgoso no abrigarse.
Los recursos del Estado deben emplearse en educar a los menores en los colegios, no en utilizarlos para la foto.
Para transmitir una imagen acaramelada hacia a los menores, les expresó su afecto, pero en realidad nada le interesa la salud de los niños, pues permite que la ministra de Salud atente contra los niños al haber comprado vacunas de polio orales en lugar de intramusculares, las cuales ya no se usan porque pueden transmitir la enfermedad.
Desorden y prepotencia
El afán de la Primera Dama de hacer del payaso del circo en las actividades públicas de los ministros, tal vez con un fin electoral, pues ya fundaron un partido “Nadine”, es de pésimo gusto y no sólo obstaculiza el trabajo de los ministros, como vimos arriba, sino que causa un gran desorden e incomodidad a los periodistas que deben cumplir su trabajo.
Al buscar notoriedad, Heredia, en lugar de aparecer con una escolta adecuada, hace alarde de poder con una muchedumbre de matones que la rodean y tratan a periodistas con actitud prepotente y hasta violadora de sus derechos.
Estos sujetos tienen la misión de impedir que la prensa se acerque a realizar preguntas a Heredia, lo cual cumplen no con modales civilizados, sino arremetiendo a cuerpazos y empujones cuando el humor de la primera dama solo busca foto y no declaraciones, como ahora, al parecer en una situación incómoda desde que el viernes César Hildebrandt informó sobre un presunto vídeo que estaría en poder del Apra, el cual puede poner en aprietos a la pareja presidencial a causa de un tal Arosemena.
Este afán de notoriedad no justifica el maltrato a la prensa. Hoy los patanes que acompañan a Heredia se atrevieron a encerrar a los periodistas en un aula tapando la salida, para evitar que se aborde a Heredia, la cual tiene que estar muy al tanto de este vulgar procedimiento, pues es una comunicadora que está acostumbrada a manejar estos detalles. Pese a los gritos de protesta, se apostaron apretadamente en la puerta dejando encerrados a todos.
¿Qué derecho tienen esos energúmenos de impedir el libre tránsito de la prensa y encerrar a los periodistas en un aula? Somos los peruanos quienes los mantenemos y deben conducirse con respeto.
Sería mucho mejor que Heredia deje de usar el personal y los recursos del Estado en apariciones estúpidas para la foto. Debería recapacitar, pues pareciera que su suegro tiene razón al declarar que Heredia está “borrachita de poder”. Debería entender que la ciudadanía ya está cansada de la falta de tino y discreción con que se desenvuelve, lo cual se refleja en una caída de su aprobación.
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