alberto fujimori viroloPor Herbert Mujica Rojas

La troika, o mejor dicho "cuatrinca": Kenyi, Keiko, Nakazaki y Aguinaga, tendría el propósito nada cristiano y menos filial, de conseguir que el reo Alberto Kenya Fujimori sea declarado LOCO en su prisión cinco estrellas de Diroes. La anticipación pionera provista de fuentes ultra creíbles fue lanzada por el notable penalista Guillermo Olivera Díaz (Rabietas de Nakazaki y Keiko por nuevo abogado http://www.voltairenet.org/article179837.html?var_mode=recalcul)

También lo anticipó César Nakazaki en Canal N, durante una larguisima hora con Milagros Leyva el martes último cuando, expresamente¨, habló de un futuro examen "psiquiátrico" de su cliente. Un dictamen de esta índole serviría para declararlo interdicto, es decir, muerto en vida para fines políticos y contractuales.

¿De qué otro modo se explicarían las luengas exposiciones en los medios de Nakazaki, aporreando sin vacilaciones al nuevo abogado del reo Kenya Fujimori, William Castillo Dávila? Se va viendo que Castillo goza del aborrecimiento unánime de la "cuatrinca": ni su colega Nakazaki, Kenyi, Keiko o Aguinaga quieren el ejercicio profesional de don William.

¿Cuál la explicación? Como es de verse se habrían suscitado diferencias sustanciales entre el reo Kenya Fujimori, su ilegítima pretensión de libertad y las estrategias para "lograrlo", versus lo que han determinado hasta hoy con omnímodo poder, los consorciados integrantes de la banda de los cuatro jinetes que quieren declarar el apocalipsis mental de Fujimori.

Más aún, un loco ya no puede valerse por sí mismo, contratar abogados o explorar rutas distintas que las adoptadas a la fecha por Nakazaki y comparsas, por tanto, si se logra ante la vista y paciencia "crítica" de los medios de expresión y de todo el país, que se dictamine la locura del reo Alberto Kenya Fujimori, sería relegado a cuarto o quinto plano y perdería la atención no gratuita ni desinteresada de medios pagantes de antiguas y muy recientes deudas con los goznes del poder mafioso que sólo ha cambiado de dueños pero, como el zorro, no de mañas.

En buen castellano: para la banda de los cuatro, Fujimori, sólo sirve como pretexto aglutinador de la turbamulta que llaman partido, en realidad plataforma de sus apetitos de estar en la cosa pública disimulando robos históricos y otros novísimos. Si el reo procura soluciones distintas como la enunciada vía William Castillo Zapata, ¡se destroza el esquema y empieza a sobrar. ¿Qué mejor que declararlo loco incapaz de valerse por sí mismo?

En Diroes las paredes no sólo son húmedas, también tienen oídos. Y eso deberían saberlo los que protagonizan un cínico y crematístico proceso para "enloquecer" a quien les posibilitó la chance de asaltar las arcas del Estado, de vivir de sus cansadas ubres con estudios en universidades privadas norteamericanas y de poseer por segunda o tercera persona, propiedades y acciones en múltiples instituciones empresariales. Reza el adagio: ladrón que roba a ladrón.................... .

El país contempla atónito lo que es una grave fractura de la plataforma fujimorista: Kenya está contra los arrebatos manipuladores de Keiko, Kenyi, Aguinaga y Nakazaki y por eso contrató a William Castillo quien, súbitamente, ha sido blanco preferido de las iras non sanctas en todos los medios. ¿Por causa de qué esa unanimidad sospechosa? ¡Fácil: Kenya empieza a salirse del libreto y estropea el diseño perverso de custodiar asaltos y monras desde 1990!

Descolocadas otras figuras del llamado fujimorismo, Martha Chávez, Luz Salgado y Cuculiza, no aciertan a encontrar un lugar apropiado en esta mazamorra en que los hijos cimarrones y asociados coyunturales tienen mucho que perder si Alberto Kenya los denuncia como también empieza a sonar inminente en Diroes.

Una vulgar, palurda y deleznable bronca intestina pero que esconde debajo de una epidermis de enfermedad y "padecimiento", los entresijos de una lucha de los vientos rejuvenecidos contra quien se cree "salvador" del país. La realidad monda y lironda es que el inquilino de Diroes no fue más que el gran entreguista y regalador del patrimonio peruano y el perjuicio de múltiples generaciones que crecen en un Perú que no es suyo y que está empeñado a plazos largos por la acción criminal, delictiva de su paso por Palacio. Todo el resto es gárrula palabrería.

http://www.voltairenet.org/article179841.html?var_mode=recalcul