Por Ubaldo Tejada Guerrero¨*
Algunos aspectos de lo que se entiende por “empleo informal” deben ser subrayados y caracterizados teniendo en cuenta el aumento acelerado de las relaciones laborales informales en el mundo y en particular en América Latina.
“Sin embargo, es bueno anotar que en las últimas década se está desarrollando un proceso de mestizaje y si se quiere de peruanización de las ciudades. Millares de campesinos huyen de la opresión latifundista serrana, de la miseria y del atraso, y emigran hacia las ciudades costeñas en busca de nuevas perspectivas. Se diría que los indígenas cansados de tanta explotación y de tantas promesas, se hacen presentes en los reductos de sus señores, con su miseria, su ignorancia, sus idiomas, sus costumbres, su música. Las ciudades costeñas crecen a ritmo acelerado por las migraciones campesinas. La reconquista de la tierra que no pudieron hacer en sus lugares de origen, los indios campesinos la hacen en los arenales que circundan las ciudades. Así van surgiendo, a través de las invasiones masivas, las “barriadas marginales” o “barriadas clandestinas” que rodean paulatinamente las ciudades. Chozas miserables, construidas con cañas, de esteras, cartones, latas, papeles, forman estas barriadas, donde habitan millones de campesinos emigrados que vegetan en la desocupación o el subempleo debido al incipiente desarrollo del país; y al aumentar desproporcionadamente la oferta de mano de obra, tiran hacia abajo los salarios de los trabajadores establecidos” (The Peruvian Revolution: Concepts and Perspectives", en Monthly Review de noviembre de 1965 -vol. 17, núm. 6, págs. 12-28-Obras de Luis de la Puente Uceda. Voz Rebelde Ediciones, Lima-1980). |
Desde un punto de vista macroeconómico, la explicación de este fenómeno se encuentra en la llamada “globalización” de los procesos económicos y lo que ello implica: la desregulación constante de los mercados, la restructuración de la producción (a través de la subcontratación y la tercerización y la desreglamentación del Estado. Las condiciones y los derechos fundamentales de los trabajadores se vieron afectados por dichos procesos.
A medida que esto sucedía, se constató el crecimiento exponencial de la economía informal en algunas zonas geográficas del mundo. La dimensión de este fenómeno es tan importante que ocupó un lugar central en la agenda de la 90° Conferencia de la OIT (Organización Internacional del Trabajo) en el 2002 quien organizó un debate llamado “El trabajo decente y la economía informal”.
Actualmente, Perú es protagonista de interesantes fenómenos sociales que lo han convertido en un país de oportunidades. Uno de ellos es el crecimiento de la microempresa y el subempleo, que entre otros hechos.
El inicio del fenómeno económico de la informalidad en el Perú, se basa en los problemas estructurales no resueltos y en el mal funcionamiento de las instituciones, debido a la marginación y el centralismo. Es pragmática y transgresora y se caracteriza por que cada uno quiere imponer sus reglas, nadie acepta las establecidas por la autoridad. Todos quieren soluciones a su medida. La migración andina y selvática a la capital, producto de esta marginación, hace colapsar a los sistemas urbanos y genera lo que hoy se conoce como mercado informal. La informalidad surge como una manera sui generis de salir adelante, como una forma de sobrevivir que se ha ido extendiendo y una respuesta de una sociedad nacional emergente frente a un estado desbordado a palabras de José Matos Mar.
La cultura peruana se caracteriza por tener una concepción particular de lo culto y lo inculto. Se demuestra así una marcada tendencia de valoración a lo foráneo y una negación a lo nuestro, una falta de identidad nacional, lo cual nos impide consolidarnos como país. Ser informal, teóricamente significa estar fuera de lo formal, fuera de lo instituido, fuera del sistema. El problema radica en que en el Perú lo instituido, históricamente nunca ha funcionado, razón por la cual la informalidad es considerada como algo casi natural en el país.
A lo largo de las dos últimas décadas, el país ha sido testigo de un crecimiento acelerado del número de microempresas conducidas por un nuevo tipo de "empresario emergente". Este segmento de empresas concentra casi la totalidad del crecimiento del empleo reciente (PEA: en el Perú la informalidad puede fácilmente superar el 75% del empleo).
El conocimiento de la dinámica de ese sector implica responder a dos preguntas: ¿Tienen estos empresarios características y trayectorias similares? ¿Alcanzan un mismo dinamismo y nivel de éxito en la conducción de sus empresas? La respuesta es no. El nivel de desarrollo de estas empresas y su crecimiento en términos de empleo, utilidades y productividad es desigual. Las características de sus negocios, los montos de inversión, la tecnología incorporada y las estrategias seguidas para su crecimiento, sugieren que existe una marcada heterogeneidad en el desempeño de los pequeños empresarios y de sus empresas.
Pese a que la pesca en el Perú protagoniza hoy en día uno de los roles de mayor importancia en la economía del país, aún se observa una gran informalidad en ese sector. Es el caso de los pescadores artesanales.
Como se sabe, los hombres de mar no cuentan con derechos laborares, se exponen al peligro y adquieren con mucha dificultad un crédito financiero. Lo mismo podríamos decir de los buzos, maricultores, cordeleros y armadores del país, otros emprendedores de la pesca peruana que dan cuenta de una situación similiar todos los días.
Un perfil sociocultural y económico de estos "empresarios emergentes" en nuestro país, nos dice que por lo general, son migrantes (mayoritariamente de origen andino y también selvático) que comenzaron a llegar a partir de 1,940 y con mayor fuerza a las grandes ciudades entre las décadas de los 60 y 70, y se ubicaron en barrios populares (como los Conos de la periferia urbana). Gran parte de ellos ha tenido experiencia trabajando en pequeñas empresas o han sido obreros en grandes empresas modernas; en uno u otro caso, esos centros de trabajo han sido ‘laboratorios’ de aprendizaje del oficio del que posteriormente se valieron para poner su propio negocio –más que por necesidad, motivados por la idea de ser autónomos.
La situación anterior se agudizó a partir de 1,990 con la privatización de las empresas públicas y el masivo despido de trabajadores bajo los conceptos de formar una “meritocracia”, que hoy en el 2,013 se ha extendido a más de 500 mil trabajadores del Estado dentro del concepto de considerar al trabajador como una mercancía (capitalismo salvaje).
¨* Analista Global.
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