por Guillermo Olivera Díaz; Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.
Fueron las maniobras de Alejandro Toledo y la congresista Carmen Omonte, sin duda al alimón, que frustraron la sesión de la Comisión de Fiscalización, hoy 17-9-2013.
El primero, luego de su arribo a Lima con Eliane, por escrito presuroso, pidió estar presente dizque voluntariamente y para "colaborar" en el seno de la sesión, pero por sólo 20 minutos. Me imagino quería tomar asiento, saludar a quienes lo investigan, hacer un discurso de campaña y acto seguido retirarse sin ser interrogado.
La segunda, cercana escudera, a pie juntilla y por doquier, por escrito, pidió el mismo día de la sesión, la postergación de la misma, reprogramación o nueva cita, para que así no se viole el debido proceso de la investigación, lo cual fue acordado por amplia mayoría. ¡Uno pidió, la otra lo contradijo, pero los 2 estaban juntos, una al lado del otro, hasta cuchicheando!
Suena a desatino mayor que un sujeto formalmente investigado por una comisión congresal, pida por escrito que lo escuchen por sólo 20 minutos, para que diga lo que quiera y quizá luego se retire sin ser preguntado; y que una congresista de su partido, también desatinada, pida, también por escrito, que la sesión se postergue, justo el mismo día que la sesión se había ya iniciado y que tal vez sus expectativas habían sucumbido. Ésta pretendía preservar el debido proceso y el otro quería hacerlo añicos. ¡Sin duda, juegan en pared, torpedeando el trabajo congresal!
Se debatió el pedido de Omonte, en presencia de Toledo, a quien ya habían hecho ingresar a la sesión, y se votó aprobándolo. El inefable sentado levantaba la mano, con insistencia, para tratar de hablar pero no fue permitido, pues se debatía el pedido de su pertinaz escudera. ¡Pedía postergación pero quería iniciar su discurso!
Este juego en pared de Toledo, con su congresista Omonte, con quien él va para todo lado, ha dado sus frutos, hasta una nueva citación que cumpla las reglas del debido proceso, desde la citación con antelación debida, si acaso Toledo compareciese, que lo dudo. ¿Para esta borrascosa presentación vino Toledo desde Europa?
El presidente de la Comisión, un tal Zeballos, de Solidaridad Nacional de Castañeda, parece que se presta al escamoteo del procedimiento, del descrédito de su Comisión, y, por ende, del malquisto Congreso.
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