victor garcia toma 5Por Guillermo Olivera Díaz*

 

 

Los candidatos al decanato del Colegio de Abogados de Lima (CAL), Ricardo Beaumont Callirgos y Víctor García Toma deben explicaciones al gremio abogadil y al país, antes del acto electoral que se avecina. Urge su declaración pública como un imperativo moral.

 

Beaumont Callirgos y García Toma fueron magistrados del opaco y desacreditado Tribunal Constitucional. ¿Tuvieron alguna posición descollante en la labor jurisdiccional de este organismo, a fin de que el desprestigio no lo cubriera inevitablemente? ¿Alguna vez levantaron la voz y publicaron su voto singular contra siquiera un entuerto del malquisto órgano de la magistratura nacional?

 

Víctor García Toma, después de magistrado del TC, fue ministro de justicia, escogido por Alan García Pérez, ¿adoptó algún criterio contrario a las conmutaciones de penas a granel a miles de condenados por tráfico ilícito de drogas, se opuso alguna vez a García o firmó calladamente las resoluciones supremas de estas concesiones a narcotraficantes reñidas con la ley peruana y el derecho internacional desde mucho tiempo atrás?

 

Ambos candidatos deben explicarse previamente al acto electoral de los abogados de Lima en una urgente carta abierta a los abogados y al país; sin rodeos. El manido y gaseoso circunloquio vacuo o insubstancial, de quienes ya ejercieron cargos de jueces constitucionales, por muchos años, carece de poder suasorio.

 

La que antecede fue una petición mía, expresa y nítida en mi cuenta en Facebook, abomino del anonimato. Pero no ha venido una respuesta ofensiva de los candidatos, sino la de un miembro del grupo alanista APRA RED DIGITAL, que no imagino si asume su comedida representación motu proprio o por escondido encargo, ¿de quién?, no lo sé, no soy zahorí. He aquí el intercambio de vocablos con el susodicho.

 

Martin Morocho Ruiz: “pOBRE VIEJITO ININPUTABLE”. (sic).

 

Guillermo Olivera Díaz: “primero, matricúlate en alguna sección de vespertina para que aprendas ortografía y sepas que antes de P va una M, así dejarás de ser morocho”.

 

Martin Morocho Ruiz: “de todas maneras ininputable”.

 

Guillermo Olivera Díaz: “los brutos de cráneo como Martin Morocho Ruiz no desean dejar de serlo, prefieren quedarse en la penumbra ortográfica y seguir siendo morochos de magín. Allá ellos, despreciables, si reinciden en ser ignorantes”.

 

Martin Morocho Ruiz: “ININPUTABLE y con mayusculas. Tienes toda la libertad de ofender no se te puede decir ni hacer nada....libre...libre....libre”. (sic).

 

Deberían ser los mismos candidatos Beaumont y García Toma los que reseñen su labor de 5 años en el TC respecto de la voceada corrupción que allí reina, sobre todo acerca de las mayorías que se forman en cada caso emblemático para hacer resolución.

 

¿No será mucho pedirles que nos relaten si denunciaron alguna vez algún entuerto del TC, órgano malquisto al que en silencio sirvieron?

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