Por Herbert Mujica Rojas
¡Ambos recurrieron al Decreto de Urgencia para forados con dolo doble!
En 1996 Alberto Fujimori, a través del Decreto de Urgencia No. 028/96 adquirió de Bielorrusia 18 aviones Mig-29 por la suma de US$ 252'052,420. Poco después, en ese mismo año, se compraron 14 unidades SU-25 por US$ 150 millones, haciendo un total de US$ 402'052,420. Se descubrió a posteriori que eran unidades de segunda mano, en buen castellano, chatarra. El delincuente había hecho una más de las suyas.
Tal como expusimos ayer "El 16 de julio del 2012, el doctor Guillermo Olivera Díaz escribió en su artículo Estadio nacional: ¿colegio emblemático? http://www.voltairenet.org/Estadio-nacional-colegio?var_mode=calcul, lo siguiente:
Empero, he aquí lo más espeluznante. El 12-1-2009, dos días después de expedido el DU 004, mediante la publicación de una llamada "Fe de Erratas" se añadió a la lista de las 20 instituciones educativas, emblemáticas y centenarias, la rehabilitación, remodelación y equipamiento de la infraestructura del "Estadio Nacional de Lima", por el increíble monto de S/. 208´793,220.00, suma sustentada en una peculiar Fe de Erratas. ¿Así se origina un inmenso gasto en Perú que 2 días antes no la había previsto el DU 004-2009?".
Los decretos de urgencia deben poseer la motivación suficiente que haga posible su consumación. ¿Debía haber comprado chatarra Fujimori a los bielorrusos a un precio 45% más caro que a otros proveedores? ¿A cuento de qué se consideró al Estadio Nacional como colegio emblemático y se lo incluyó por la friolera de S/ 208'793,220 a través de una Fe de Erratas? En uno y otro caso hay de fondo una sola palabra: ¡dolo!
A esta altura del texto es pertinente hacer una invocación cortés a los simios amaestrados del alanismo: refuten la carga de verdad objetiva del artículo, no pierdan su tiempo en la emisión de gruñidos o eructos atrabiliarios e insultantes. El parangón es potente y el país puede comprobar a simple vista cómo es que Alan repitió lo que antes había hecho Fujimori, es decir actuó como clon, ni más ni menos.
¿Cómo puede una sociedad admitir que sus hombres públicos so pretextos mil, trafiquen y estafen al país? La moral de los delincuentes es precisamente ¡la no moral, el relajamiento total y absoluto de las normas éticas elementales que encasillan los delitos en su real y abominable dimensión! La sentencia degradante "roba pero hace obra" solo es emblemática para los rateros y bandidos que han hecho de la política vil negociado culpable.
Si un ex presidente dio con sus huesos en una cárcel 5 estrellas y está privado de la libertad de circulación, ¿por causa de qué tanta benevolencia con otro que incurrió en delitos similares? En Perú hay gente que se desgañita preguntando: ¿qué juez en Perú ordenaría la detención de Alan García Pérez? Como si aquél tuviera a todos los jueces del país comprados o sobornados. Sólo afirmarlo constituye una diatriba contra la mayoría de magistrados de la Patria.
El bandido es por antonomasia y definición un depredador que roe las entrañas del país. No puede aspirar a ser patriota porque sus intereses radican en la debilidad ostentosa de una sociedad ruidosa pero ineficaz para fusilar a los rateros, previo debido proceso y las garantías que son connaturales a los encausados. Los términos bandido y patriota están en las antípodas, es imposible confundirlos o conceder la chance que un bandido posea querencias patrióticas.
A no pocos asalta el pesimismo y duda terminal que jamás se castigará a los hampones, bandidos y rateros que perviven de gobierno en gobierno, de abuelos a nietos, de apellidos "ilustres" a pedigrees inamovibles en la cosa pública. Hay, literalmente, dinastías de familias manejando los entresijos del poder genuino y burocrático en el aparato del Estado. La sintonía entre los presidentes episódicos y los empleados anuentes y hábiles, produce un estado de cosas como el desorden caótico y delincuencial que padece el Perú.
¿Cómo es que el periodismo no apunta sus cañones a bandidos notables y desvergonzados? Pregunta cuya respuesta no oculta ningún misterio: ¡aquí también se compran las conciencias al peso y al paso!
Recordemos al gran González Prada en Los honorables, Bajo el oprobio, 1914
http://www.voltairenet.org/Los-honorables,120681:
http://www.voltairenet.org/article180553.html?var_mode=recalcul
15-10-2013