por Guillermo Olivera Díaz; Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.
Ora, mitología griega, ora, mitología romana, al dios mitológico Caco (en latín Cacus) se le identificaba como quien hurta el ganado vacuno sin dejar huellas. A las reses que robaba hacia su cueva a orillas del río Tíber (actual Roma) las arrastraba de espaldas por el rabo, dice la mitología, “de forma tal que no dejaran huellas”.
Modernamente, eso hacen los que llegan a presidente del país como García, Toledo o Fujimori, de quienes repruebo sus actos delictivos en el poder. En vano, me increpan un fantasmagórico odio o rencor. En sus recónditos entresijos deben ser devotos firmes del dios Caco.
Ya no sustraen parejas de bueyes, eso es muy poco, una bagatela, para devorarlas por hambre, como su mentor Caco, sino millones de dólares y también los arrastran al extranjero, a los paraísos financieros, de modo tal que no dejen huellas. Allí los tienen por un buen tiempo, y cuando creen llegado el momento, los convierten en bienes suntuosos, sin los cuales su existencia terrenal pierde sentido. Si son descubiertos, urden una y mil triquiñuelas. El hábeas corpus y el amparo, con jueces venales y prevaricadores, dizque constitucionales, son su natural y anhelado refugio. A propósito: ¿porqué Alan recurrió al amparo, y Toledo al hábeas corpus, si ambos alegan la violación al debido proceso?
Como Toledo, fundan en el papel empresas de fachada, una tras otra, de país en país, lejos del lugar de origen que dicen amar, al que traicionan con ese proceder, usan y abusan de la senecta suegra, en concierto con la esposa, y de amigos millonarios de la misma calaña, de abogados dóciles y proclives a lo mismo, para adquirir remansos inmobiliarios que sirvan a los placeres que también gustaban a Caco. Las mansiones no pueden ser menores a 2,500 m2, pues las francachelas tienen que ser en grande, con banquetes pantagruélicos.
El saqueo vil del erario apunta a eso, al lavado de activos de que antes trató la Ley 27765 de 27-6-2002, dada increíblemente en tiempos de Toledo; luego el Decreto Legislativo N.° 986, expedido por Alan García, el 21-7-2007; y ahora el Decreto Legislativo N.° 1106 de Ollanta Humala, de 18-4-2012. ¿Normas legales para la sanción de su propia conducta lavatoria?
Cuando alguien los delata o denuncia brindando información de sus fechorías, escupen remolinos de llamas y humo, como antes Caco, pretendiendo defenderse y cubrirse. Usanza moderna es la de sicarios de la pluma, que en las redes tratan de enlodar al denunciante, a mí, por ejemplo. Si estuvieran en el poder, la SUNAT sería su arma filuda.
¿Serán el fiscal de la nación, o, en su momento, algún juez probo, pero ahora, la megacomisión congresal o la llamada de fiscalización, como lo fue Heracles en tiempos griegos, quienes asalten de veras la cueva bancaria de Caco, la estrangulen y la maten con golpes de porra, decomisando sus mal habidos fondos?
¡Si no es así, abundarán a borbollones los astutos e ingeniosos cacos en la presidencia del país, en el congreso, en los ministerios, en el seno de la fiscalía y del juzgado visto como canonjía, como el peor ejemplo para los demás!
Insisto. ¿porqué Toledo apela al hábeas corpus, mientras que su colega Alan García, lo hace al amparo, por la misma alegada violación del debido proceso? Parece que no les importa el medio procesal empleado, sino el juez que tienen en frente, en su camino.
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