Por Aldo Gil Crisóstomo
No sé qué es lo que nos pasa, porque cuando estamos retornando a cierta tranquilidad, y dispuestos a realizar cosas positivas por nuestro país, como por ejemplo enrostrarle a Humala los entuertos y los engaños cometidos contra los peruanos, cuando empezamos a arrastrar por el abismo del desprecio a los “vende sillas”, a los “come oro”, a los “come pollos” y en fin a todos los “a los”, que quieren convertir a este país en su chacra personal, (o clínica de discapacitados), para llenarse los bolsillos pensando que para eso los convertimos en congresistas, nos viene un golpe.
Cuando estamos por realizar la evaluación del nuevo gabinete, para seguir atentos y con expectativas su progreso (o retraso), porque de eso se trata la democracia y los organismos vigilantes (o sea nosotros los votantes y componentes de este país), nuevamente Dios nos da un golpe de gracia, nuevamente nos pone en medio a la miasma, nuevamente nos rodea de payasos subidos a los tribunales con tensiómetro en mano, con cara de enfermos circunspectos, que obligan a suspensión de sesiones, para luego en la clínica estar pidiéndole a Kenji su Viagra a gritos, porque quieren convertir en bombón al pueblo peruano (y saben bien a que me refiero), nuevamente lo pone a pesar de las protestas por el acto I de la obra teatral “SOY INOCENTE”, en la segunda parte o sea el acto II, que implica que el pobrecito de la hipertensión se despacha con sus amigos de RPP, dando recetas de gobierno, usando como escudos al tal Gagó y al Kenji, y cuando le cortan el teléfono púbico, nuevamente le sube la presión y lloriquea que se va a morir de soledad e incomunicación, es decir todo el circo mediático que se forma alrededor de los hechos, nos da lugar a pensar que Papalindo nos tiene bronca.
No sabemos porque después de soltarnos esta plaga de Egipto (o de Japón para ser más precisos), nos acompaña el menú con la indescriptible, incólume, impertérrita, terca y por demás despreciable por decir lo menos señora Martha Chávez y todo el circo creado a partir de la denominación de encargada de la subcomisión de DDHH del Congreso.
Y por supuesto que el menú no viene solo, sino que viene acompañado de la torpeza de Heriberto Benítez, quien no sabemos a cuento de que corazoncito Castañedista, o a que simpleza ingenua, (para ser generoso), nos ha puesto en este estúpido aprieto, del cual nos va a costar bastante caro salir, claro el impulso de la calle nuevamente y como muchas veces ha sido demostrado tendrá que jugar el papel de liberarnos de esta tropelía del fujimorato.
En realidad esto mantiene al país pasmado, y nuevamente sufriendo las arremetidas de esta señora que lo único que hace, ha hecho y hará es despotricar contra los DDHH y cínicamente declarar que los defiende.
En realidad tiene razón Ronald Gamarra, que la señora es consecuente con su marca de fábrica, es una persona que durante 23 años no ha cambiado para nada su pensamiento, y por esto tenemos que ser conscientes y ponerle una medalla por el asunto, debido a que ser tan prepotente (por decir lo menos), y mantenerse fiel a esa posición la coloca en el podio que merece (claro ella sabrá cuál es).
En fin al margen de los detalles, me sigo preguntando, ¿Qué hemos hecho para merecer estas repeticiones de películas viejas y obsoletas?
¿Qué castigo merecemos por no haber desaparecido al fujimorato del país? Y cuando me refiero a desaparición, me refiero a desaparición política, no “desaparición voluntaria” que fue el término que uso Martha Chávez cuando se refirió a los estudiantes de la Cantuta, que fueron apresados por el grupo Colina y luego “desaparecieron voluntariamente”, EN ABSOLUTO DIJO AUTOSECUESTRO, no seamos injustos, sic…………..
¿Qué castigo merecemos para tener a esta señora en DDHH, cuando JUSTIFICABA (y esto no creo que lo pueda negar), que podían haber matado 50 ciudadanos en la Marcha de los 4 Suyos para mantener el orden social?
Dios, nos arrodillamos ante ti y te pedimos explicaciones de cuales han sido nuestros pecados para ser expoliados de esta manera?
¿Porque hemos sido condenados en la tierra a tener esporádica y recurrentemente al fujimorato como cuña?
Años atrás comentaba con Gisela Ortiz, que hemos hecho para tener en forma permanente, sibilina y diabólica esta tropelía?
En fin, a veces pagamos pecados “forever”, pero esto no por favor, queremos algo de compasión, y que nos dejen convertirnos en país, que podamos tener espacios de discusión, que podamos intercambiar ideas, que seamos proactivos y buscar un mundo posible, y nos dejen de rodear intolerancias, irrespetos, potos al aire en las clínicas, condenados despachando por teléfono y nos eviten en los programas dominicales ver el rostro de Martha Chávez.
Líbranos del mal…………… amen.