Por Jans Erik Cavero Cárdenas
José Urquizo Maggia volvió al ojo de la tormenta con el audio “bomba” que demostraría una injerencia inaceptable en las investigaciones que viene desarrollando la Megacomisión sobre los narco indultos. El Partido Nacionalista debería ordenar la investigación correspondiente y suspenderlo, a nivel de bancada, mientras duren las pesquisas. De ser comprobado la reunión del legislador con Carlos Butrón Dos Santos, alias “Brasil”, Urquizo debería ser expulsado del partido oficialista.
El parlamentario ha negado el encuentro con “Brasil”, pero éste se ha ratificado. Personalmente tuve conocimiento del probable encuentro, y de lo que ahí se habría tratado, meses antes de que fuera difundido por la revista Velaverde. Nunca imaginé, sin embargo, que “Brasil” grabaría la conversación, así como tampoco imaginé su nueva versión sobre las narco conmutaciones, negando prácticamente las responsabilidades de los principales implicados en el caso.
Existen razones que sustentarían la revelación de “Brasil” como por ejemplo el pasado político de Urquizo y su aparente cercanía con el APRA. Urquizo fue Vicepresidente del Gobierno Regional de Ayacucho secundando al dirigente aprista Omar Quezada Martínez; el papel que tuvo – según Vanguardia Aprista – en las filas del APRA allá por la década del 90; su vinculación a la Universidad Villarreal; la designación de apristas como asesores de su despacho congresal o de los ministerios que encabezó, son indicadores de lo que sería el feeling político del hoy nacionalista.
Por lo tanto, la transcripción que da cuenta de la siguiente expresión “Yo tengo llegada a los 2 lados, y muy bien” encajaría perfectamente con José Urquizo, pues tengo la hipótesis de que nunca hubo una ruptura o una desvinculación del legislador con la élite del partido de la estrella.
Algunas preguntas caben formularle al parlamentario: ¿estudia o no programa alguno en la escuela de gobierno que tiene como director a Alan García?; ¿visitó o no Palacio de Gobierno cuando García fue elegido Presidente de la República el 2006?; ¿sostiene o no reuniones con Omar Quezada?
De otro lado, dudo que Urquizo desconozca el Café Starbucks de Miraflores. Aunque nació en Ayacucho y tuvo como abuelo materno a un policía honrado, respetable, y muy generoso, su arraigo con la región fue casi nulo, pues sus estudios escolares y universitarios los realizó en Lima. En este escenario, resulta poco creíble, aunque no imposible, que un “limeño” no conozca un café típico del distrito miraflorino.
Por cierto, existen otros hechos no menos cuestionables que ameritaron responsabilidad política pero que nunca se exigieron. La muerte de pescadores en Paita cuando fue Ministro de Producción; la vergonzosa repartija congresal en la que participó como vocero de la bancada nacionalista ante la comisión de selección de los miembros del Tribunal Constitucional, Defensor del Pueblo, directores del BCR. El audio de la repartija desnudó a un Urquizo acelerando la reunión porque le esperaba, según su propia voz, una limosina.
Lo bueno de toda esta historia es que en Ayacucho el legislador está descreditado socialmente. Organizaciones relevantes como el Frente de Defensa, la CGTP-Ayacucho, el SUTEP, entre otros, le han retirado la confianza. Es más, la Coordinadora Regional de los Afectados por la Violencia Política – CORAVIP estuvo movilizada reclamando por el supuesto direccionamiento del Ministerio de Justicia para imponer como coordinador regional del CMAN a quien sería otro allegado de Urquizo.
A más de 2 años del gobierno nacionalista, las cabezas de los organismos públicos descentralizados en Ayacucho deberían rendir cuentas y mostrar resultados y principales logros de gestión. En mi opinión, no se han experimentado cambios significativos respecto a las OPD gestionadas durante los gobiernos de García y Toledo.
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