Herbert Mujica Rojas
El muy discutido por su gris gestión al mando de la Contraloría General de la República, Fuad Khoury Zarzar, pretende dejar a un sucesor en el puesto, al viceContralor Edgar Alarcón Tejada, quien tiene por mérito haber participado durante los 7 años al lado de su mentor a través de una ineficiente, convenida y nefasta ejecutoria.
No sólo es Alarcón Tejada el candidato de la administración Humala y de Khoury que lo apadrina sino que es “un funcionario de carrera” recomendado por quien no tenía, antes de ser Contralor, la más mínima experiencia en la responsabilidad (Khoury).
Mochila pesada
Los congresistas de la Comisión Permanente deben preguntarse por la trayectoria de Alarcón Tejada y constatar e investigar si en los últimos 3 ó 4 años, en el cargo de viceContralor, o fue aquél corresponsable que los actos de corrupción en los distintos gobiernos regionales que se hicieran conocidos a través de la prensa o de la hija de un asesinado y conocido dirigente en la región Ancash, para recién enviar a sus auditores a investigar.
Preciso no olvidar que cuando César Álvarez, ex presidente regional de Ancash, llevaba ya 4 meses preso, Khoury Zarzar salió a la prensa a decir “que estaban a punto de determinar los actos de corrupción” del mencionado ex funcionario regional, que ya había sido denunciado por la fiscalía ¡hasta de asesinatos!
Temas picantes e ineludibles
Para nadie es un secreto el manojo de temas que tendrán que evaluarse cuando ocurra el cambio de gobierno: los concursos públicos de obras importantes con postor único y sobrevaluadas, ahí tenemos la Línea 2 del Metro de Lima, el Gasoducto del Sur, la refinería de Talara y varios otros más; las adendas suscritas con los concesionarios a cargo de nuestra infraestructura y servicios, ahí tenemos las de Lima Airport Partners, LAP, y el Aeropuerto Internacional Jorge Chávez y el no contar con la segunda pista; las multas no cobradas a los operadores telefónicos; el descontrol en el precio de la gasolina (no hablamos que el precio deba ser controlado, pero sí el margen de ganancia o la transparencia de información al público); la adquisición del radar francés; el concurso público para adquirir los pasaportes electrónicos en la Superintendencia Nacional de Migraciones y en la Cancillería al mismo postor, el consorcio Gemalto-Imprimerie National y a precios diferentes, dando por nefasto resultado un sobreprecio de US$ 16 millones en Torre Tagle.
Dúo Khoury-Alarcón
Todos estos temas se iniciaron bajo la gestión conjunta de Khoury Zarzar y Alarcón Tejada, sin embargo, no se conoce ninguna labor final de la Contraloría al respecto; en todos estos temas han tenido participación funcionarios de la gestión saliente, en sus distintos niveles de responsabilidad, que podría alcanzar a los ministros y al propio Presidente de la República.
Si esto es así, como que es cierto, ¿va la Comisión Permanente, a elegir a alguien propuesto por quien será uno de los principales investigados? ¡Sería un absurdo inadmisible!
Urgentísima reforma
La Contraloría es una de las instituciones que requiere profunda reforma por cuanto no está cumpliendo su razón de ser, tanto así que en varias oportunidades Khoury manifestó que la corrupción había rebasado la acción de Contraloría. Siempre será un misterio qué lo animó a quedarse, cuando se confesaba inútil para el cargo.
Lo que no dice Khoury, respecto a la poca cantidad de funcionarios públicos detenidos y sancionados es que la labor de sus auditores llevaba a que las denuncias fueran rechazadas por la fiscalía o el juez correspondiente, ya que los expedientes carecían de suficientes pruebas y estaban llenos de supuestos.
Grupetes en Contraloría
Para nadie es un secreto que las distintas reorganizaciones en la Contraloría no han logrado limpiar a la institución de las camarillas o grupetes que se encargan, por ejemplo, de decidir quién va a qué región, municipio provincial o regional, o a las instituciones más importantes del Estado.
Estos funcionarios son los que tendrán a su cargo los distintos Órganos de Control Institucional (OCI), y por consiguiente, serán los que traten con mayor o menor rigidez a los titulares de dichas entidades, inclusive, según instrucciones que podrían recibir, o por propia iniciativa, podrían convertirse en espectadores de la corrupción imperante, cubriéndose siempre bajo la excusa de que “no está en su plan de trabajo”. Es decir, servidores públicos sin mística y por orfandad de liderazgo.
¿Quién controla al Contralor?
La Comisión de Fiscalización y Contraloría del Congreso periódicamente cita al Contralor para escuchar sus informes o cuando hay un tema relevante que ha sido expuesto al público siempre por la prensa. Y, cuando recibe una denuncia contra Contraloría, sirve simplemente de Mesa de Partes, entre el denunciante y la denunciada.
Gato de despensero
Al jefe de la OCI de Contraloría lo nombra el mismo Contralor. Es decir, él decide quién lo controla y con qué recursos humanos y de equipamiento cuenta. En castellano hay que decir que nadie controla al Contralor.
Por ello, proponemos que el Jefe del OCI de Contraloría sea nombrado por la Comisión Permanente del Congreso, garantizándole estabilidad laboral. Este funcionario determinará con cuánto personal debe contar y qué otros recursos requerirá para su mejor labor. Y, emitirá un informe trimestral sobre la labor desarrollada. En tanto, la Contraloría trasladará los recursos actualmente designados para su OCI, al presupuesto del Congreso, que los administrará en favor del OCI de la CGR.
El señor Edgar Alarcón Tejada tiene muchos años en Contraloría, pero su pasado no garantiza lo que el país requiere. Y su padrino auspiciante, Fuad Khoury, es responsable de la oprobiosa declinación de la entidad.
07.06.2016