payaso 1Pedro Flecha*

En resumen, la Realpolitik peruana es una gran payasada que dista mucho de ser un Cirque du Soleil, apenas una miserable carpa raída de circo itinerante con tres gatos, cuatro perros y varios payasos/ trapecistas que siempre se llamaban Cucharita y Mediasuela. Eso, lo sabemos los gallos viejos, que siempre experimentamos que el llamado Poder Judicial, el Congreso vigente y hasta el actual gabinete de PPK son, desgraciadamente, de muy similar filiación.

PPK quizás se cree un llanero solitario pero, aún en ese  escenario le falta Tonto (Ke-mo sah-bee) su compañero y asistente, mientras le rodean tontos como ministros y parlamentarios. Parecería que PPK se equivocó de película porque no es el Lone Ranger de los 50s  sino camina entre los Walking Deads (zombies) del Estado, opinólogos, Montesinos y demás estrafalarios.

Tafetanes y adulaciones

La cortesanía peruana de los últimos 500 años, siempre buscó excusas hacia los sátrapas. Fue una herencia de la colonia. Decirse bolivariano es negar a San Martin y llamarse sanmartiniano, es aceptar la histórica cobardía geopolítica de Guayaquil que el argentino entrega nada menos que al que después sería el dictador Bolívar que después declaró la guerra al Perú. Esta tierra en la independencia, para ambos, era una presa y no un objetivo. San Martín y Bolívar, los dos masones, querían destruirlo. No hay mucha diferencia en nuestros días……. .

Prostitución conservadora

La derecha apoltronada de siempre vendió todo, no siempre al mejor postor, para comprar propiedades en Miami que se fueron al tacho el 2008. La curia vaticana, verdadera dueña del mayor banco peruano en los 70s, en típico estilo Marcinkus, hizo que los “platanegreros” pitucos perdieran, recientemente, más de 60 millones de dólares, con la pirámide Madoff (no diferente a la de Cornfeld y su Fondo de Fondos, décadas atrás) ¿Hubieron reclamos? ¡Ninguno!, todos tenían el rabo embarrado.

¿Hay ahora una circunstancia límite en Perú? ¡Pues no! Es la miasma acostumbrada de siempre. Es el mismo Perú de Leguía, Odría y tantos otros. La bosta no es diferente, solo cambian las moscas. La actual derecha es asquerosamente clásica, vendida, cortesana, empleada e indigna de ser considerada en serio ¡son bufones! La izquierda es lo mismo, su única diferencia es que la derecha roba y la izquierda medra; pero el comportamiento es idéntico. Esta situación, sin embargo, ha hecho renacer una potencia que progresivamente se está autorganizando darwinisticamente en los llamados “informales”.

En los 2000

En el 2000 cuando peléabamos contra el fujimorismo, lo que costara cárcel, arrinconamiento profesional y exclusión social, ayudaba a una gestión de “profesionales en apoyo a un cambio” que dirigía Narváez, gran tipo decente y había un psiquiatra de primera, un hombre ahora muy exitoso e inteligente. Entonces los jóvenes salían a las calles guiados por artistas rojos, que después vendieron hasta a su madre por tres peniques. Le dije al psiquiatra “esto me parece una folie a deux”, (término científico para una psicopatía compartida, donde uno es dominante y el otro dominado, con eventual cambio de roles).

Dúo maléfico

Mi planteamiento fue que dos psicópatas incompletos hacían una especie de egregoro maléfico, transmisible como una epidemia a nivel social.  El psiquiatra me dijo “la viste profesionalmente, tu interpretación es impecable. Mi siguiente pregunta fue ¿y cuándo acaba?. Su respuesta fue que una “locura de a dos” termina cuando uno de ellos ¡muere!

Los dos malévolos estan hoy en la cárcel.

Para uno, Montesinos, es una gloria (no es amigo de sí mismo, no tiene emociones).

El sistema preserva a Fujimori para que no muera antes de Montesinos. Quizás el sistema invente, algún día, que Montesinos se “suicide”.

En términos psicológicos Montesinos es el master y Fujimori el esclavo. Pero el match de fondo, donde uno muere y el otro canta arias, es fundamental.

Si muere Fujimori antes, todo el sistema institucional se viene abajo. Si muere Montesinos antes, todo el sistema económico se viene abajo. Ambos configuran, nos guste o no, la existencia de un andamiaje de pandemia psicopática social. Sin embargo estos “sistemas” no son otra cosa que un circo de última.

De hielo filudo

Sin duda Montesinos es un psicópata clásico, inteligente y manipulador, carente de toda emoción. Fujimori es otro, pero ignorante, acomplejado y manejable. La follie a deux (locura de dos) funcionó diez años donde convivieron bajo el mismo techo, mataron gente, acumularon dineros inaccesibles. Montesinos manejaba los dineros que, de hecho no le importaban para nada. No sabía gastarlos y por ello compraba relojes inexhibibles dignos de dictadores africanos y tenía un búnker en una playa mediocre. Una psicopatía extrema, con poder incluido.

Largo gancho delictivo

Montesinos que es la figura de la antítesis de libertad y cooperación de la especie, vive y actúa desde sus rejas en el Callao. Los psicosociales fueron ayer los ladrones de niños para robarles los ojos en Huaycán; antes fueron las vírgenes que lloran en la Legua y los árboles cristeros en Javier Prado. Esa fue su fase mediática, ampliamente cubierta por TV y prensa comprada. Pero fue más allá en extremos violentos como un Canal 2 y un Tarata implementados por el SIN. Guzmán, otro psicópata, es en el fondo, de similar factura.  

Visión de González Prada

Esto es lo mismo que dijo, hace mas de 100 años el único filósofo que vale la pena en Latinoamérica, gran innovador en la literatura y activista, también, con su rifle, en la invasión bárbara chilena en Lima: el maestro Manuel González Prada, quien debería ser un ícono como Martí es en Cuba o Lincoln en Estados Unidos, aquí sigue siendo ignorado.

MGP diría que cualquier Estado en estas tierras que tienen la esencia de libertad en el ambiente; donde  cualquier idealismo o practicidad es un insulto a la herencia real.

Al final, esperemos que sin muertes ni ayayayes de cardenales, garrapatas, beatas, curas pedófilos y abogados de cualquier cosa, podamos los ciudadanos acordar en las mínimas confluencias, en la misma base, que la esencia de la humanidad es el acuerdo y que si fueran, eventualmente, necesarias estructuras de ley, patria o dioses, deberían surgir de la base misma de nuestra condición existencial. Sin intermediación ni guía alguna.

¡Anarquismo!

Eso se llama ¡anarquismo!, (por ponerle un nombre, pues no es un concepto sino libertad en ejercer la existencia sin miedo alguno).

20.12.2016

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