Por Hernán de la Cruz Enciso (*)

PPK es el presidente sin nadie. No tiene una estructura política nacional, una bancada sólida en el Congreso, operadores políticos que le ayuden a capear los temporales, ni el carácter suficiente para darle un palmazo en el trasero al dueño del Congreso, el fujimorismo. Por sus tantos flancos débiles, cuando llegó a Palacio solo le quedaba escoger un camino entre dos: o aliarse con la calle, o arrimarse al fujimorismo. Prefirió lo segundo y se repartieron la administración del Estado. Fujimori controla la SUNAT, la Defensoría del Pueblo, la Contraloría y comparte con PPK la dirección del Banco Central de Reserva.

La calle no está ni con PPK ni con el fujimorismo. Espera, paciente, el momento para el puntillazo final a los dos. Porque los dos representan a ese mismo sistema que nos ha llevado a las profundidades de la humillación histórica y pobreza total a pesar de que vivimos en uno de los países más ricos del mundo.

Muchos dirán por qué los antisistemas votaron por PPK si él era enemigo de la Patria igual que el fujimorismo. Se votó por lo que muchos dirigentes gremiales sugirieron en ese momento: escoger al enemigo ocasional más débil. Con PPK en el gobierno era fácil fortalecerse para las próximas elecciones, desde abajo y desde los cuatro puntos cardinales, y dado el caso, si perseguía a los dirigentes gremiales o liberaba a Fujimori, sería fácil darle un golpe de Estado. La persecución ha comenzado. Han reactivado todas las denuncias contra dirigentes gremiales (por ejemplo pretenden enviar a más de veinte años de cárcel al líder aymara Walter Aduviri) y han anunciado la liberación de Fujimori. Los dirigentes gremiales sugieren que es hora de armar un gabinete en la sombra.

PPK aún no ha terminado de morir (políticamente) pero ya las moscas planean sobre su cuerpo agonizante. Pero PPK nos importa poco. Lo que importa es el tiempo de la decadencia y la podredumbre que se va con él y que debe arrastrar a todo el sistema. Vendrán, vienen otros tiempos, de la mano de los nuevos vientos.

(*) Escritor y periodista.

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