Por Alfredo Palacios Dongo
El Bicentenario debe marcar el rumbo de nuestra sociedad
El día de ayer, 28 de julio, el Presidente de la República, Pedro Pablo Kuczynski, dio su mensaje a la nación, fue relativamente corto (1 hora 15 minutos), muy optimista y lleno de buenas intenciones en cuanto a su proyección para el segundo año de gobierno, manifestando que será “mucho mejor” y con la convicción de lograr que el país sea moderno, próspero y justo, prometió una tasa de crecimiento de más de 4% y presentó 5 proyectos de ley (creación de autoridad de tránsito en Lima y Callao; agilizar inversión en infraestructura; conformación y requisitos del CNM; tratamiento aguas residuales y mejora del sistema de inspección del trabajo), sin embargo no proyecto la implementación de ninguna reforma integral del Estado y durante el discurso trató sobre graves problemas que al gobierno le corresponde resolver prioritariamente, entre otros, inseguridad ciudadana, corrupción, burocratización, evasión del IGV, retraso de entrada en vigencia del Código Procesal Penal en Lima y Callao, situación del Servicio Integral de Salud y salud regional; falta de empleo adecuado y existencia de alta formalidad y poca productividad.
Sobre el Bicentenario el 2021 solo mencionó la pretensión del gobierno de superar la descentralización limeña que primó en las celebraciones del centenario de 1921 convocando a concursos para elegir logotipo y canción, y otro para elegir 26 proyectos por cada región para las celebraciones, sin embargo, más que los júbilos, esta fecha representa un fuerte significado histórico que debe marcar el rumbo de nuestra sociedad, por lo que en los próximos 4 años el gobierno deberá trabajar con gran esfuerzo realista y proactivo para fortalecer la democracia y alcanzar un orden político, económico y social que se sostenga en valores democráticos y morales, con justicia e igualdad de oportunidades, para encaminarnos hacia un desarrollo sostenido y encontrar el camino del progreso.
Y para lograrlo requerimos, no solo de 5 proyectos de ley presentados por el Presidente en el Congreso, sino de profundas y realistas reformas que nos proyecten al 2021 y nos ayuden a reducir la marginación, pobreza extrema, desempleo, desnutrición y mortalidad infantil, analfabetismo y exclusión social, pero además, el acceso pleno a la salud, educación inclusiva de calidad, una administración pública transparente y un combate frontal a la inseguridad ciudadana, corrupción, narcotráfico, informalidad, minería ilegal y trata de personas, para así alcanzar una buena calidad de vida para nuestra población.
Artículo de Alfredo Palacios Dongo publicado en el diario EXPRESO, fecha 29 de julio de 2017