Sufragio efectivo, no reelección
Sufragio efectivo, no reelección
Por Herbert Mujica Rojas
¿Qué hace tanto idiota, año tras año, lustro tras lustro, década tras década, en el Congreso calentando butacas o en las inmediaciones merodeando Palacio? ¿Qué, no pueden servir desde otros puestos con patriotismo y honestidad al pueblo peruano? ¿O son otras las fórmulas no confesadas —pero reales, demasiado reales— las que impelen a hacerse viejos –y siempre mediocres— cobrando de la cansada ubre del Estado? La verdad genuina, raigal y maciza es que los sangrones han hecho del palco público un modus vivendi y cada quien se transforma en ministerio de favores con patas, escalafón de tarifas, batallones de asesores y tropas de secretarias. ¡Así de simple! La fórmula mexicana de la Constitución de Querétaro de 1917 bien admoniza con severidad: ¡Sufragio efectivo, no reelección!
Por Herbert Mujica Rojas
¿Qué hace tanto idiota, año tras año, lustro tras lustro, década tras década, en el Congreso calentando butacas o en las inmediaciones merodeando Palacio? ¿Qué, no pueden servir desde otros puestos con patriotismo y honestidad al pueblo peruano? ¿O son otras las fórmulas no confesadas —pero reales, demasiado reales— las que impelen a hacerse viejos –y siempre mediocres— cobrando de la cansada ubre del Estado? La verdad genuina, raigal y maciza es que los sangrones han hecho del palco público un modus vivendi y cada quien se transforma en ministerio de favores con patas, escalafón de tarifas, batallones de asesores y tropas de secretarias. ¡Así de simple! La fórmula mexicana de la Constitución de Querétaro de 1917 bien admoniza con severidad: ¡Sufragio efectivo, no reelección!