Pese a que el gobierno proclama su apoyo a la investigación científica y tecnológica, en los hechos están atropellando a lo poco de calidad que se ha logrado desarrollar, como es el banco de germoplasma del Instituto Nacional de Investigación Agraria (INIA) de La Molina, el cual, desgraciadamente ocupa tres hectáreas que en la actualidad son presa codiciada por la escasez de terrenos en Lima.
Dicho banco de germoplasma destaca por una trayectoria de investigación en beneficio de los fruticultores del Perú, produciendo plantones de alto valor genético y sanitario a precios muy al alcance de su economía, lo cual es sin duda un factor importante en el desarrollo y sostenimiento de la producción frutícola de nuestro país, con logros loables en variedades de lúcumos, chirimoyos, paltos y otros, siendo este trabajo un soporte importante en la soberanía y seguridad alimentaria, aspectos que hoy deberían tener prioridad para evitar un futuro de vulnerabilidad ante las predicciones sobre el cambio climático que afectará al mundo.
Además, dicho banco es de importancia fundamental en el mantenimiento de la rica biodiversidad peruana.
En actitud incomprensible, el titular del ministerio de Agricultura (MINAG), Milton von Hesse, solicitó al INIA, vía Oficio 202-2013-AG-DM, que regale a su ministerio (entrega a título gratuito), los terrenos que ocupan en La Molina. Es decir, pretenden despojarlos de las tres hectáreas para sembrar de cemento ese lugar.
Ante tal grave falta de respeto a la investigación que realizan estos profesionales, el Sindicato Unitario de Trabajadores del Instituto Nacional de Innovación Agraria (SUTSA), que agrupa a empleados de dicha institución, remitió al ministro el oficio 20-INIA/JD, en el cual solicita dejar sin efecto el oficio mencionado.