La técnica de fractura hidráulica empleada para extraer hidrocarburos puede causar sismos porque imprime presión sobre las líneas de fallas geológicas en lo profundo de la corteza terrestre advierten científicos de la Universidad de Columbia.
Explican que el peligro se presenta cuando la actividad es agitada por sismos distantes, los cuales pueden producir temblores cerca de los pozos de inyección de agua. Como prueba de ello identificaron tres de estos sismos en esos pozos, causados por un terremoto (o incluso sismo menor) lejano, a miles de kilómetros de distancia.
En cuanto a la potencia de los sismos causados por la fractura hidráulica, aseguran que son capaces de destruir edificios, pues la extracción de hidrocarburos, incluyendo el shale, debilita las líneas de fallas en lo profundo de la corteza terrestre, indica el estudio publicado en la revista Science y financiado por la National Science Foundation y el US Geological Survey.
Advierten sobre este efecto dominó ante el incremento de producción de gas y petróleo en los Estados Unidos con el empleo de grandes cantidades de agua para quebrar y abrir las rocas y liberar el gas shale natural, lo cual relacionan con un incremento de sismos de pequeños a moderados en cinco estados de los Estados Unidos, tres de ellos en Oklahoma, Colorado y Texas.
Desde hace cinco décadas los geólogos saben que inyectar fluidos bajo la tierra puede aumentar la presión en las fallas sísmicas y hacerlas más propensas a deslizarse, lo que llama sismo “inducido”.
Para Nicholas van der Elst, del Observatorio Lamont-Doherty Earth de Nueva York, quien condujo el estudio, los fluidos empleados en la fractura hidráulica están llevando a las fallas a su punto más crítico, al borde de la ruptura, y agregó que la presión de los pozos de desecho cerca de las fallas puede producir sismos mayores que magnitud 5 si las ondas sísmicas que viajan por la superficie terrestre dan con la falla meses después de un terremoto lejano.
Los estudiosos precisaron que incluso las ondas sísmicas que llega de sismos desde distancias lejanas son suficiente para causar temblores pequeños en un proceso llamado estimulación dinámica. Pero una vez que termina el sismo el riesgo no ha terminado necesariamente.
Heather Savage, coautora del estudio, advirtió que una serie de sismos podría indicar que las fallas están tornándose críticamente presionadas y en un futuro cercano podrían desencadenar un sismo más fuerte.
Las zonas más propensas a sufrir con este efecto son aquellas donde se ha evidenciado escasa actividad sísmica y donde operan pozos de fractura hidráulica operando por décadas.
Por otro lado, opositores a la técnica de fractura hidráulica sostienen que el proceso puede filtrar sustancias químicas tóxicas en las capas de agua subterránea.