Con el pretexto de proteger la Tierra de cuerpos celestes peligrosos se pueden crear y ensayar nuevas armas, declaró Anatoli Záitsev, uno de los autores del sistema de defensa planetaria Tsitadel ('Ciudadela') y director general de la asociación sin fines de lucro 'Centro de Defensa Planetaria', al medio ruso Vzglyad.
De acuerdo con Záitsev, en el proceso de desarrollo de métodos y medios de intercepción de estos objetos peligrosos se puede poner a prueba la eficacia de las armas cinéticas como las 'barras de Dios' —satélites de órbita baja que disparan flechas de tungsteno—.
"La creación de láseres de alta potencia basados en el espacio para luchar contra cuerpos peligrosos no excluye la posibilidad de su uso en combate", destacó el experto. Además, a su juicio, es posible ajustar las trayectorias de los cuerpos celestes para asegurar que caigan en un área determinada de la Tierra.
"Es decir, se puede hablar de la creación de un 'arma de asteroides'", señaló el científico.
Además, los asteroides pueden representar una amenaza si "la información obtenida por medio de su observación llega a ser monopolio de un solo país o un grupo de países". También es posible que retengan datos sobre accidentes con cuerpos celestes peligrosos y en este caso la información sobre la posible fecha y el lugar de la caída de un objeto puede tener valor militar.
Según el científico, para prevenir un escenario así es necesario tener el apoyo legal internacional en forma de un tratado apropiado, cuyos principios ya hayan sido preparados por el Centro de Defensa Planetaria y presentados repetidamente en conferencias internacionales.
Actualmente, la humanidad tiene la tecnología para protegerse del peligro de los asteroides que se acercan a nuestro planeta.
Las tecnologías disponibles brindan dos formas principales de protección contra los asteroides. El primer método se puede usar si el peligro se detecta de antemano. En este caso al objeto celeste se enviaría una nave espacial que se anclaría en su superficie para alejar el objeto de la trayectoria que conduce a la colisión con la Tierra.
Si un cuerpo celeste peligroso se descubre demasiado tarde, la única forma de solucionar el problema es haciéndolo explotar.
Sputnik, 15.02.2018