TLC con la China: el peligro con los productos chinos
Para la firma del TLC, la China ejerce presión, por ejemplo, para eliminar las medidas antidumping (mecanismos de defensa comercial) a la importación de sus productos, de igual manera, quieren exportar el mayor número de artículos manufacturados y evitar el ingreso de los mismos, lo cual no conviene si queremos dejar de ser un país vendedor de materias primas para desarrollar actividades industriales o manufactureras generadoras de trabajo.
Definitivamente, tales condiciones serían perjudiciales para el Perú, que no tendría instrumentos comerciales defensivos bilaterales y ágiles para corregir esas distorsiones.
Los productos considerados sensibles a la importación china son sectores como el de calzado, textil y confecciones. Sobre el tema, la Unión Nacional de Empresarios Textiles (Únete) refiere que el gobierno debe adoptar medidas contra el dumping con el objeto de proteger a sus ramas de producción nacional.
Un hecho preocupante es que los negociadores no pongan de relieve la desigualdad que constituye exponer a nuestro ya golpeado sector textil, de confecciones o calzado a la competencia desleal que implica exportar productos prácticamente sin control de calidad por parte de la China, los cuales inclusive pueden ser dañinos para la salud.
Continuos escándalos internacionales dan cuenta del hallazgo de productos venenosos, como juguetes, caramelos, pastas de dientes, ahora la leche, etc. Todo sucede porque la China no ejerce control sobre sus productos.
Entre los productos venenosos o cancerígenos empleados por los chinos se encuentran diversos tipos de tintas o colorantes, los que emplean tanto en comestibles como en no comestibles, como los juguetes, útiles escolares o telas.
Si bien es cierto que el consumidor no come estos productos, cuando no son alimentos, la absorción de las sustancias tóxicas se produce con el contacto de estos artículos con la piel, lo cual es más grave cuando los niños se llevan a la boca estos productos.
Mientras los países no planteen a la China la exigencia de mayores controles de calidad como condición para adquirir sus productos, el peligro se mantiene latente y sólo nos enteramos por escándalos y muertes que ocurren en otros países.
Por otro lado, cuando no se trata de productos venenosos tenemos la pésima calidad:
- Herramientas que se doblan al primer uso
- Tractores que se malograron con poco uso (como el escándalo sucedido en tiempo de Fujimori)
- Telas que pierden su color al contacto con el agua
- Tejidos que se encogen a la primera lavada
- Artículos eléctricos cuya pésima calidad los hacen peligrosos, pues podrían producir incendios
- Medicinas de dudosa calidad. Durante el primer gobierno de García se produjo un escándalo millonario con medicinas vencidas.
Y una lista interminable de artículos de pésima calidad. No se trata pues de defender sólo a los productores nacionales, sino al público consumidor, para lo cual el Perú debe desarrollar mecanismos de control. La antigua Itintec ejercía un buen control de calidad de los productos en circulación en el mercado nacional. Digesa solamente actúa cuando hay escándalos en otros países. El control del ingreso de mercancías debería ser más estricto.
Sería necesario que Indecopi u otra institución ejerzan el control de calidad que la salud, la seguridad y la economía de los consumidores peruanos requiere. Las negociaciones culminarían antes de noviembre, según el Ministerio de Comercio Exterior, pero una negociación que no considere estos puntos sería una negociación perjudicial para el Perú.
El debate sobre la protección al consumidor está ausente y debe ser puesto a consideración lo más pronto posible, no sólo la defensa de los productores contra la competencia desleal.