Y respuesta de Silvia Wú Guin y Fernando Alvarado de la Fuente
Ante la apología a los transgénicos realizada por Tomás Unger y publicada por El Comercio, Silvia Wú Guin y Fernando Alvarado de la Fuente han preparado una respuesta inicial, que aparece después de lo escrito por Unger.
APOLOGIA a "Los cultivos genéticamente modificados"
Por Tomás Unger, Fuente El Comercio
Los avances científicos siempre han causado temor y el uso de la ingeniería genética en cultivos no es la excepción. Hay 120 millones de hectáreas bajo cultivo con plantas GM
Los cultivos genéticamente modificados
Especial. CIENCIA GENÉTICA
Por Tomas Unger
Cuando comenzó la electrificación a fines del siglo XIX, hubo quienes pusieron el grito en el cielo. Llevar corriente por las calles a las casas podía electrocutar a humanos y bestias. Efectivamente, a lo largo de más de un siglo de electrificación, algunas personas murieron electrocutadas en la silla eléctrica, y otras, no intencionalmente. Hoy no se recuerda, pero las vacunas también fueron cuestionadas y hay personas que murieron por su causa; sin embargo, hoy nadie las cuestiona tras haber eliminado la viruela y la parálisis infantil.
La manipulación de genes también asusta. En el caso de genes humanos, plantea cuestiones éticas que tardarán en resolverse, pero no la detendrán. En el caso de los cultivos alimentarios, hay miedo e intereses. Como sucedió con la electrificación y con la vacuna, el progreso no se ha detenido en este campo. Actualmente, hay más de 120 millones de hectáreas bajo cultivo con plantas genéticamente modificadas (GM). Estas van desde la soya, de la cual un 64% es GM, pasando por el maíz (24%), el algodón (43%) y la canola (20%), hasta la papaya, las berenjenas y el pimentón.
LAS NECESIDADES
La población mundial ya pasó los 6.700 millones, de los cuales cientos de millones --no hay acuerdo sobre cuántos-- tienen hambre. La disponibilidad de agua dulce, tanto potable como de riego, se torna aleatoria, problema acentuado por el cambio climático. La necesidad de incrementar el área de cultivo amenaza los bosques que reciclan el CO2. El mundo requiere más comida y mayor variedad nutricional. La variedad está fuera del alcance de los pobres, lo que les causa deficiencias nutricionales.
Para alimentar a la creciente población se requiere cultivar más alimentos, con menor incremento de área, menor requisito de agua y mayor contenido nutricional. Los cultivos tradicionales son el producto de una manipulación genética que lleva milenios. El trigo es producto de una manipulación genética que culminó en 1876 cuando fue cruzado con el centeno para resistir la roya. Los agricultores siempre han manipulado plantas y, a partir de 1985,* pueden hacerlo a nivel molecular, introduciendo en una planta genes de otra especie.
MÁS DE 20 AÑOS DESPUÉS
El espectacular avance de la genética ha permitido introducir características deseadas en diversas plantas y lograr resultados espectaculares. El arroz dorado, al que se ha introducido el gen del caroteno, permitirá a una población alimentada con arroz superar una deficiencia nutricional crítica, al dar acceso a la vitamina A. La soya y el maíz resistentes a insectos y herbicidas han reducido el uso de insecticidas y han aumentado espectacularmente el rendimiento por hectárea y por metro cúbico de agua.
Papayas, berenjenas y pimientos, de gran valor nutricional, hoy resisten a los insectos y los virus, producen más y cuestan menos, gracias a la genética. Estos son logros reales que no tienen marcha atrás, porque están enfrentando un problema de absoluta prioridad en el Tercer Mundo: el hambre. La mayoría de los habitantes del planeta, una mayoría que está creciendo, no puede darse el lujo de escoger el alimento del cual obtienen nutrientes esenciales.
EL MIEDO
Al iniciarse el cultivo de plantas genéticamente modificadas, surgió una justificada preocupación sobre el efecto que tendrían en el entorno. Si bien se sabía que las plantas se polinizan entre especies espontáneamente, no se sabía qué efectos tendría la modificación genética de laboratorio. Diversos grupos ambientalistas y políticos crearon un ambiente de alarma. Se habló de alergias, de la extinción de mariposas y del enanismo en ratas.
Tras muchos experimentos, quedó demostrado que las acusaciones eran infundadas (ver en esta sección los artículos del 23 de enero del 2000, 16 de enero del 2000 y 1 de abril del 2008), pero el miedo quedó. En Europa, donde hay razones políticas para defender una agricultura ineficiente, las autoridades se encargaron de dar eco a la alarma. Mientras tanto, los cultivos genéticamente modificados siguieron creciendo aceleradamente porque resuelven problemas. El Ministerio de Agricultura de los EE.UU. creó el Servicio Regulador de la Biotecnología (BRS), dedicado exclusivamente a supervisar esta industria. En los últimos 20 años, el BRS ha conducido más de 10.000 experimentos de campo con organismos genéticamente modificados y ha autorizado decenas.
EL AVANCE
Los 120 millones de hectáreas bajo cultivo con plantas GM, 12% más que el año anterior, indican un creciente aumento. En Sudamérica, Argentina tiene 19 millones de hectáreas; Brasil, 15; y Paraguay, 2,6. Los cultivos GM también van en aumento en Chile y Colombia. En el mundo, EE.UU., Canadá, India y China suman 75 millones y ya hay cultivos genéticamente modificados en 8 países de la Unión Europea.
Hasta ahora, nadie ha podido probar ninguna de las supuestas consecuencias negativas de estos cultivos. Gracias al esfuerzo de la Fundación Rockefeller se ha logrado que se dejen de hacer semillas que producían descendencia estéril y se ha obligado a los agricultores a comprar nuevas semillas para cada cosecha, lo que ha abaratado los cultivos de alto rendimiento resistentes a plagas y herbicidas.
Sin duda, ante la presión demográfica, el peligro de incrementar la deforestación y el cambio climático, aumentarán los cultivos GM. Desgraciadamente, entender el tema requiere de conocimientos que la mayoría de los involucrados en el debate no tiene. Por otra parte, se tiende a captar la imaginación pública y confundirla con preocupaciones ambientales justificadas. Esperemos que quienes han hecho una profesión basada en alarmar y cuestionar todo aquello que no entienden no logren impedir que aprovechemos mejor nuestras escasas tierra y agua para producir más alimentos de mejor calidad.
* Ese año, dos genetistas belgas desarrollaron la primera planta (tabaco) genéticamente modificada para resistir insectos.
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Respuesta inicial a Tomas Unger *
Las transnacionales de los agroquímicos y los transgénicos vienen dando cátedra de su nuevo paradigma de la ética. Hasta donde se ha sabido y aceptado a lo largo de la historia, la 'ética', como rama de la filosofía, se ocupa de aquellas normas de conducta que favorecen principios de equidad, igualdad, respeto, amor en la reciprocidad y aceptación de que merecemos un trato digno. La ética no rige ni está regida por religión alguna en particular, aunque es cierto que las religiones se valen de la ética para ganar adeptos con un discurso que sea consecuente con su praxis.
En el caso particular de las transnacionales de los agroquímicos y transgénicos notamos normas de conducta tan innovadoras como su propuesta tecnológica. Así, por ejemplo, se ufanan en mostrarnos que su existencia tiene la más pura misión de cubrir necesidades básicas para brindarnos bienestar. Y dentro de los medios para lograrlo, nos ofrecen una serie de productos para calmar el hambre en el mundo, así como, tecnologías de punta para resolver la pobreza en el campo y hasta curas para algunas dolencias.
Muchas personas, sobre todo los decidores de política se han dejado deslumbrar por este discurso, y a decir verdad, escuchándolos resultaría una decisión mezquina el desaprobar todas esas maravillas, una suma de avance moderno y generosidad. Afortunadamente, nuestra paciente observación nos indica -y los casos lo demuestran- en qué medida, el discurso 'ético' de estas transnacionales colisiona con una práctica inconsistente con el bienestar humano, y, al referirnos a bienestar nos remitimos a esos aspectos que nos permitan mantenernos en salud física y espiritual, rodeados de un ambiente limpio y cuyos recursos se mantengan a lo largo del tiempo.
Remitámonos a cinco casos de estos discursos éticos-por-fuera y esencia-riesgosa-por-dentro.
Cinco discursos de la neo-ética de las transnacionales
Discurso 1 '
Está demostrado científicamente que el tabaco no es dañino para la salud humana'
Entre los casos más emblemáticos se tiene el de las transnacionales asegurando que el tabaco era inocuo para la salud. La historia registra que:
'Los directivos de las tabacaleras se reunieron en un hotel de Nueva York en 1953 y diseñaron una estrategia para engañar al público ocultando el daño y la adicción producidas por la nicotina...'
El proceso civil contra las tabacaleras que ascendía a la suma de US$280 mil millones se desarrolló del 21 de setiembre de 2004 al 18 de agosto de 2006, en un tribunal federal de Washington. Finalmente, la juez de distrito, Gladys Kessler, determinó que las tabacaleras fueran consideradas culpables de todos los cargos al haber violado la ley. El fallo de 1.653 páginas dice 'Fumar cigarrillos causa enfermedades, sufrimiento y la muerte. Pese a que internamente reconocían este hecho, los acusados públicamente han negado, distorsionado y minimizado durante décadas el peligro de fumar'. Kessler añadió que las compañías habían retenido investigaciones, destruido documentos y manipulado niveles de nicotina para perpetuar la adicción.
Esta realidad tardó muchos años en conocerse debido al poder ejercido por las grandes tabacaleras para demorar las decisiones políticas y sanitarias contra el tabaco. A su vez, estas grandes compañías tenían la capacidad económica como para financiar científicos y que éstos aseguraran que el tabaco 'no está demostrado que cause daño" y con ello inducir a la opinión pública y a las autoridades a flexibilizar su juicio en relación al tabaco.
Discurso 2
'Está demostrado científicamente que los agroquímicos no hacen daño a la salud humana'
El uso de agroquímicos se remite a los años 50 y, a partir del discurso que mejorarían significativamente la productividad y con ello, la posibilidad de mitigar el hambre en el mundo, su utilización se masificó en los 60. Fue la década en la que se otorgó el Nóbel de la Paz al mayor impulsor de agroquímicos del momento, Norman Berlaug.
Durante esa misma década, Rachel Carson dio a conocer sus observaciones y hallazgos en relación al uso de los agroquímicos. Las evidencias y estudios fueron resumidos en su libro visionario 'La primavera silenciosa', título que aludía a la extraña ausencia de aves a pesar de la llegada de la primavera; sus investigaciones determinaron que la ausencia de aves se debía a que morían a causa de los agroquímicos. Lo remarcable de este caso es la forma cómo un grupo de científicos de aquella época se prestó para descalificar la investigación, tratando inclusive, de satanizar su imagen, levantando intrigas a partir de su vida personal.
Hoy en día, a nadie se le escapa el hecho que los agroquímicos sean sumamente perjudiciales para la salud de las personas y para la salud del planeta. En nuestro artículo 'Transgénicos, cáncer y otros males' se resume la catástrofe que se provoca con el uso de agroquímicos. Por ejemplo, la evidencia científica nos indica que existe una correlación directa entre el consumo de alimentos, o de agua, con exceso de nitratos y la ocurrencia de cánceres gástricos; del mismo modo, se registra una elevada mortalidad durante los primeros días de vida de los neonatos, ello porque sus madres ingirieron altas cantidades de nitratos, (CRIE, 2002). Los nitratos también pueden formar compuestos cancerígenos con ciertos residuos de plaguicidas, como con los dicarbamatos (fungicidas).
El uso de pesticidas por parte de la revolución verde ha venido generando reducción de la fertilidad masculina, enfermedades neurológicas, reducción del crecimiento, anormalidades fetales, síndrome de fatiga crónica en niños y mal de Parkinson. Por supuesto, también está contribuyendo enormemente al incremento del índice de cáncer, ya que, los residuos de pesticidas están entre las tres mayores causas de cáncer.
Discurso 3
'Está demostrado científicamente que los alimentos ecológicos NO son mejores que los convencionales'
A mediados de los años 70, tras 12 años de investigación, Schuphan mostró que los productos ecológicos superaban a los convencionales en el contenido de proteínas (18% +), vitaminas (28% +), azúcares totales (19% +) y en minerales, como el hierro (17% +), potasio (18% +), calcio (10% +) y fósforo (13% +). A la par, se demostró que los alimentos ecológicos nos alejan de componentes indeseables porque llevan 93% menos de nitratos, 42% menos de aminoácidos libres y 12% menos de sodio (Schuphan, W. 1975. 'Yield Maximization versus Biological Value'. Qual. Plant. 24, 281-310). Los estudios realizados por la Rutgers University (Heaton, 2002) de Reino Unido, prueban la superioridad de las hortalizas ecológicas en el contenido de minerales, el cual es 10 a 50 veces mayor al contenido de aquellas convencionales que se han obtenido por la revolución verde. En 2007, oficialmente, y luego de un estudio de dos años que costó 20 millones de dólares a la Unión Europea, se reafirmó que los alimentos ecológicos son mucho mejores. Entre muchos resultados se dio a conocer, por ejemplo, que los alimentos ecológicos pueden tener de 20% a 90% más antioxidantes, sustancias que tienen la cualidad de ser anticancerígenas.
Discurso 4
'Está demostrado científicamente que el cambio climático no se debe a la acción del hombre'
Respaldándose en esta afirmación, Estados Unidos se ha negado por años a firmar el Protocolo de Kioto. Recién en el último año ha reconocido que dicha afirmación no era valedera y que se esforzarán por reducir los gases de efecto invernadero.
Discurso 5
'No está demostrado científicamente que los transgénicos sean dañinos al ser humano'
La Food and Drug Administration- FDA (Administración de Alimentos y Fármacos) es la agencia gubernamental de los Estados Unidos responsable de la regulación de los transgénicos, y siendo una entidad estatal, le pide a la propia Monsanto que elabore los estudios sobre sus engendros -los transgénicos-. Es decir Monsanto es juez y parte y 'sus' estudios 'demuestran' la inocuidad de los transgénicos.
Así como en los años 60, cuando Rachel Carson valientemente dio a conocer que los efectos dañinos de los agroquímicos, hoy en día los numerosísimos estudios independientes demuestran los peligros de los transgénicos.
A continuación presentamos algunos extractos de artículos publicados en el Boletín Compartiendo en los últimos dos meses.
'Los alimentos transgénicos representan riesgos potenciales para la salud y el desarrollo, por lo que antes de permitir su comercialización deben ser sometidos a evaluaciones de inocuidad y de esta forma prevenir daños al bienestar físico del ser humano y al medio ambiente', señala la Organización Mundial de la Salud (OMS).
'Hasta el momento se ha constatado los siguientes efectos sobre la salud:
· Aparición de nuevas alergias por introducción de nuevas proteínas en los alimentos. En EEUU, en el conocido caso del 'Maíz Starlink' (2000) se encontraron en la cadena alimentaria trazas de un maíz transgénico no autorizado para consumo humano que provocó graves problemas de reacciones alérgicas.
· Aparición de resistencias a antibióticos en bacterias patógenas para el hombre (en algunos OGM se utilizan genes antibióticos como marcadores). Es decir, algunos transgénicos pueden transferir a las bacterias la resistencia a determinados antibióticos que se utilizan para luchar contra enfermedades tanto humanas como animales (por ejemplo, a la amoxicilina). La Asociación de Médicos Británica ha recomendado prohibir el uso de estos genes marcadores.
· Aparición de nuevos tóxicos en los alimentos (debido a los cultivos Bt o a las proteínas que se utilizan como marcadores en los OGM).
· Incremento de la contaminación en los alimentos por un mayor uso de productos químicos en la agricultura.
· Arpad Pusztai ha investigado los efectos de los organismos genéticamente modificados en la salud humana. Este húngaro-británico, de 68 años, alimentó un grupo de ratones con papas transgénicas y descubrió que sufrieron daños severos en el sistema inmunitario y un mayor crecimiento del hígado, del estómago (en 27 por ciento), del páncreas (en 40 por ciento) y del colon. También encontró que estos roedores sufrieron daños en el cerebro y en otros órganos vitales.
· Prácticamente todas las familias de un pequeño pueblo de Mindanao, Filipinas, que viven alrededor de campos de maíz transgénico, comenzaron a tener problemas respiratorios e intestinales, con fiebre y reacciones en la piel, durante el periodo de mayor cantidad de polen de maíz en el aire.
· En diciembre de 2003, un grupo de científicos rusos anunció que los síntomas de alergia se habían multiplicado por tres en los últimos tres años, y que el consumo de productos transgénicos podría ser la causa principal. En Estados Unidos, con alto consumo de productos transgénicos, también aumentaron las alergias.
· Cáncer de seno, próstata y colon están asociados a la hormona transgénica de crecimiento bovino propiedad de Monsanto, que es inyectada a las vacas en Estados Unidos y México. Esta hormona las hace producir hasta el doble de leche y tiene efectos —inclusive— muy negativos en la salud del ganado, pero además puede tener consecuencias fatales para quienes consumen esos lácteos.
· El arroz transgénico que contiene un factor de crecimiento semejante a la insulina, y conocido por ser promotor de cáncer, está siendo desarrollado por investigadores académicos financiados por el gobierno para la producción comercial. El profesor Joe Cummins expone otra grave violación a la bioseguridad.
· Se ha encontrado que las proteínas Bt, incorporadas al 25% de todos los cultivos transgénicos del mundo, son nocivas para una gran cantidad de insectos no considerados plaga. Un equipo de científicos ha advertido sobre la liberación de cultivos Bt para uso humano.
· El glufosinato de amonio y el glifosato son utilizados en cultivos transgénicos tolerantes a herbicida, que representan actualmente el 75% de todos los cultivos transgénicos del mundo. Ambos son venenos metabólicos sistémicos que se teme podrían tener una amplia gama de efectos nocivos. Esos temores han sido confirmados. El glufosinato de amonio está asociado con toxicidad neurológica, respiratoria, gastrointestinal y hematológica así como con defectos congénitos en seres humanos y mamíferos. Es tóxico para las mariposas y numerosos insectos benéficos, para las larvas de almejas y ostras, en la Daphnia y ciertos peces de agua dulce, en particular la trucha arco iris. También inhibe el desarrollo de bacterias y hongos beneficiosos del suelo, especialmente los que fijan nitrógeno.
· El glifosato es la causa más frecuente de reclamos y casos de envenenamiento en el Reino Unido. Se han registrado trastornos de numerosas funciones fisiológicas luego de una exposición a niveles de uso normales. La exposición al glifosato prácticamente duplicó el riesgo de aborto espontáneo, y los hijos de quienes trabajan con glifosato presentaron un elevado índice de trastornos de neurocomportamiento. El glifosato provocó un retraso en el desarrollo del esqueleto fetal en ratas de laboratorio
· Se sabe que el ADN transgénico puede sobrevivir a la digestión en el intestino y saltar al genoma de células de mamíferos, aumentando la posibilidad de la aparición de cáncer.
· No se ha podido negar que el alimentar a los animales con maíz transgénico sea inocuo; tampoco se ha podido negar que los humanos que se alimenten con esos animales, o sus derivados, estén libres de riesgos a su salud.
Robert Bellé es Doctor en Ciencias, biólogo celular y director de un proyecto del Centro Nacional de la Investigación Científica de la Universidad Pierre y Marie Curie, de Francia. En una entrevista realizada por Mónica Almeida, habla sobre los efectos del glifosato 'El glifosato formulado es el que provoca las primeras etapas de la cancerización'. El profesor Robert Bellé (ahora de 60 años de edad) dirigió entonces este grupo de cinco personas de la Unidad Mar y Salud, en la Estación Biológica de Roscoff (Bretaña), como parte de un proyecto del Centro Nacional de la Investigación Científica (CNRS, por sus siglas en francés) y la Universidad Pierre y Marie Curie. Los resultados del proyecto, que arrancó en 1998, se publicaron en la revista científica internacional Toxicological Sciences (N.o 82), en el 2004.
¿Cuáles fueron los resultados de la investigación? El glifosato formulado, lo que significa el Roundup tal como es vendido, activa lo que se llama el checkpoint (proteínas de control). Cada célula tiene dos checkpoints que se activan solo cuando hay problemas en la división celular. Esta perturbación se debe a que interactúa con el ADN de las células y de esa manera es cómo funcionan los agentes cancerígenos. Una vez activado el checkpoint hay tres posibilidades: la primera es que la célula repare el ADN; la segunda, que haga apoptosis o suicidio celular; y la tercera, que ni se reparen ni se mueran porque el gen que se daña es uno de los que regula el checkpoint y es así como se inicia el proceso del cáncer. Si hay 10.000 células, 9.999 se mueren, pero si hay una que vive y tiene el ADN dañado, que corresponde al gen del checkpoint, y se divide, en media hora ya hay dos, que luego se convierten en 4, 8, 16. Para llegar al cáncer todavía faltan otros cambios, es necesario que una de ellas adquiera la propiedad de escapar del control de un factor externo a la célula. El proceso continúa, el tumor necesitará oxígeno y para eso va a atraer vasos sanguíneos y formar nuevos (angiogénesis) para alimentarse. La última característica es la migración (metástasis) y entonces se formarán tumores en el resto del cuerpo. ¿El glifosato provoca el primer mecanismo que activa el checkpoint y es necesariamente cancerígeno? El glifosato formulado es el que provoca las primeras etapas de la cancerización. Un cáncer se define cuando hay señales clínicas de la enfermedad, y mientras solo exista una célula que camina hacia ese proceso no se puede hablar de cáncer todavía. Sobre todo nos cuidamos mucho en el plano jurídico porque el fabricante no impugnó nuestros resultados, que son a prueba de impugnación, pero sí cuestionó su interpretación ya que hasta el momento no se ha presentado un cáncer por el glifosato y si lo hay no lo sabemos. Para tener un cáncer tienen que pasar entre 30 y 35 años. El glifosato y otros productos se están usando desde hace mucho menos tiempo, entre 10 y 15 años, por lo que aún es imposible medir los casos. ¿Cuál es la relación con los transgénicos? Casi todos los transgénicos que se producen y venden en el mundo pueden ser categorizados en dos grupos: los que producen un insecticida para el maíz y los que son resistentes al Roundup (que al ser fumigados con el Roundup no mueren). Como esta investigación llega a tener relación con los transgénicos me advirtieron de no difundirla porque la sociedad aún no los acepta y esto podría crear más resistencia. Es grave que se quiera esconder los resultados por defender a los transgénicos. Soy muy prudente, yo he tenido hasta amenazas en mi casa, y me he dicho 'El mundo científico ya conoce los resultados, el gran público los está conociendo y mi trabajo como científico ha terminado; ahora, como ciudadano, es hora de que los poderes públicos tomen la posta'.
A partir de estos extractos, es nuestro deber urgente el dar a conocer a los Ph.D que durante las últimas siete décadas negaron lo evidente para defender los intereses de las transnacionales, ocultando información, mintiendo y engañando audazmente a la población y al mundo científico.
Reflexiones
Que algunos Ph.D de la Red Mundial de Científicos peruanos confíen en los estudios financiados por Monsanto supera la barrera de la fe ciega.
La técnica de la transgenie fuerza las leyes de la naturaleza para lograr combinaciones de reinos que espontáneamente no se mezclarían; la ética practicada por las transnacionales de los agroquímicos es similar, combinan a la fuerza verdades con mentiras que sólo voluntades débiles quieren creer, pero que el sentido común y el criterio identifican claramente.
* Difundido el 29 de agosto 2008 como: La "ética" de los protransgénicos: una nueva rama de la filosofía (cinco estudios de caso) Por Silvia Wú Guin y Fernando Alvarado de la Fuente