Aspec alerta sobre calidad de chocolates y panetones

La Asociación Peruana de Consumidores y Usuarios (ASPEC)  demostró en conferencia de prensa que el 80% de los  “chocolates” para taza que se venden en los mercados no cumplen con la norma técnica  peruana, por lo tanto no deberían llamarse chocolate, incluso algunos de ellos podrían ocasionar problemas a la salud a los consumidores por las grasas de baja calidad que contienen.


 La Norma Técnica Peruana sobre chocolates para taza establece que éstos deben contener por lo menor 35% de cacao, de los cuales el 18% debe ser manteca de cacao y el 14% de parte seca o cocoa. Según ASPEC, la mayoría de chocolates para taza que se comnercializan en estas fiestas navideñas son pura azúcar y grasas hidrogenadas, por ello se venden en menos de un sol la tableta de 90 gramos.

ASPEC ha notificado a cada uno de los fabricantes del país que le demuestre mediante pruebas documentales, el cumplimiento de la norma técnica y el contenido de 35% de cacao. Los resultados se darán a conocer los próximos días.
En cuanto a los panteones, es importante verificar que los envases contengan el nombre y direccion del fabricante, su RUC y Registro Sanitario, así como la fecha de fabricación y vencimiento.

En general los panteones deben consumirse con moderación ya que tienen alto contenido de grasa. Pero un buen panteón se elabora con materiales de calidad, desde los pirutines que son los contenedores de papel en los que entra la masa al horno, hasta los ingredientes como huevos, mantequilla, frutas, etc. Deben ser de primera calidad,  sin embargo, los informales abaratan costos reemplazando el huevo por el colorante  tartrazina, la mantequilla por grasas hidrogenadas de baja calidad, las frutas confitadas con colorante baratos, etc. Esto hace que el producto termine costando menos de 10 soles, pero su calidad es muy baja, que incluso pone en riesgo la salud de los consumidores.

Jaime Delgado, presidente de ASPEC y Celestino Peralta, presidente de la Asociación de Panificadores ASPAN demostraron mediante una serie de técnicas sencillas cómo reconocer un producto de buena calidad. Por ejemplo, un panteón bueno, al aplastarlo recupera su forma rápidamente, mientras que uno de mala calidad se queda deforme. Un panteón de buena calidad  es más elástico, se desprende como hebras largas, mientras uno de baja calidad se sale en trozos, como cualquier biscocho.