No hablamos, esta vez, del asalto que perpetran los bancos con sus cobros de comisiones, gastos mil y exacciones abusivas de toda índole y a cargo de esas entidades poderosas a quienes importa ¡un pito! el cliente.
No. En esta ocasión, hay que confesarlo, las motos campana para el aviso secuaz, la violencia extrema a mano armada o el manotazo y arranchón han dado paso a los registros biométricos robados a los clientes en las cajas automáticas, la complicidad de administradores, vigilantes, ayudantes que todos se hacen de la vista gorda y de la complicidad un arte de “buenas maneras”.
Pero ¡el cliente se da cuenta después de extraños manejos y aparecen huecos por miles de soles que son ahora su “deuda” con el banco!
Un señor septuagenario, atlético, listo y que entrena pesas en un gimnasio, fue al banco. Por manía quiso tener la lectura de sus movimientos y un señor del banco, le indicó que esa no era la forma de abandonar la operación del cajero. Allí comienza la vía crucis.
Siempre había culminado su examen de movimientos de una manera y de repente un señor que saludaba a todos le “indicó que su acción había sido deficiente”. El señor “amable” desapareció y no se le volvió a ver.
El cliente se puso en contacto con su sectorista quien le avisó a escasos 90 segundos que la cuenta estaba plenamente activa en movimientos. ¿Cómo podía estarlo si él estaba en la calle y jamás había caminado por su celular e Internet? ¡Por lo menos en cuanto a su cuenta bancaria se refería!
En un ¡tris tras! se descubrió que el cliente había obtenido un préstamo de S/ 15 mil soles y a través de una tarjeta de débito ilegítima.
El sectorista bloqueó la cuenta; el cliente fue a denunciar a la comisaría el robo electrónico y pidió constancia certificada de la denuncia.
Sin esa constancia certificada el seguro ad hoc contra riesgos de esta naturaleza ¡no funciona y solo queda ir a llorar al río!
Los ladrones electrónicos habían logrado transferir a otra cuenta en Tacna, la suma de S/ 4 mil soles. Por razones ignotas habían dejado S/ 11 mil no en la cuenta creada para la estafa, sino en la del cliente.
Tras decenas de llamadas y visitas (la perseverancia del cliente es asombrosa) se logró que el seguro del banco repusiera el monto total de lo robado y se extendió la carta de NO ADEUDO. Sin esa constancia usted es oficialmente DEUDOR y tiene que pagar.
Esto es un casito, de repente de los más modestos.
Hace pocos días las noticias reportaron el robo sistemático de S/ 187 millones de soles, en el II banco más importante del Perú que es propiedad de españoles. El I es del amigo de Vladimiro Montesinos y que sale en los videos exigiendo beneficios.
Hasta la fecha el banco (I), no ha proporcionado informe detallado con los nombres y apellidos de los forajidos que llevan a cabo estos robos absolutamente sincronizados entre las víctimas y las habilosas maniobras para desarrollar la acción criminal de los empleados delincuentes.
Todo indica que hay mafias y mafias que aprovechan la escasa habilidad de clientes ancianos con respecto a las cajas electrónicas o al conocimiento de pantallas e indicaciones a veces incomprensibles.
Más vale tener un seguro y NO NECESITARLO que necesitar un seguro y NO TENERLO.
Si usted tiene una cuenta, tarjeta de crédito y débito, asegure estos productos. Gastará un poquito pero cerciórese quién va a atenderlo en caso de siniestro, apunte su teléfono o celular, no dé por hecho y real lo que dice la propaganda impresa de los bancos.
¿Por qué hay tan poca publicidad específica de las numerosas modalidades en que se asalta a los clientes en los mismos bancos?
¿Hace algo la Superintendencia Nacional de Banca y Seguro? Es bueno recordar que esa entidad de dudosa eficacia vive solo del aporte de los…… bancos. Por tanto no puede mostrar ninguna clase de independencia ni imparcialidad.
¿Qué hacen los clientes que de pronto reciben avisos de cobranza de los bancos y de nada sirven las protestas porque los documentos dicen otra cosa?
¿Qué acciones han emprendido las asociaciones que dicen defender a los usuarios?
Las fotos de los funcionarios delincuentes deberían estar pegadas en las paredes de las agencias donde han trabajado y producido estos robos.
Para eso se necesita que el cliente sea enérgico, firme en sus denuncias y no tenga miedo. Los hampones no pueden imponer su “ley” a menos que la sociedad emprenda un combate franco, recio, de frente.
El cliente logró su victoria. Fe, tesón, convicción, entusiasmo, fueron pilares de su comportamiento. ¡Ni por un momento pensó que “había adquirido” una deuda!
¡Eso mismo y como primer paso debe hacer el cliente damnificado: DESCONOCER esa deuda y denunciar la impostura, ante el banco y la comisaría y exigir que el seguro tome cartas en el asunto!
La era electrónica en Perú, desde hace años camina de la mano de los malhechores con la complicidad aviesa y reprobable de los bancos que se hacen los bobos.
24.04.2024
Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.
Señal de Alerta
Archivo adjunto