Bush lanza lastimero discurso por la crisis financiera
Calificó de gravísima la situación: "toda nuestra economía está en peligro", advierte y pide salvavidas de 700 mil millones de dólares
Después de años de haber tolerado que las grandes aseguradoras, financieras y bancos dancen en sus desenfrenados juegos especulativos, el presidente George W. Bush solicitó acongojado un rescate multimillonario para hacer frente al feroz forado en la economía causado por la irresponsabilidad empresarial y la falta de control gubernamental.
En discurso televisado, Bush calificó la situación como una "severa crisis financiera" y añadió que, en su calidad de republicano, cree profundamente en la libre empresa sin la interferencia del gobierno, pero que los hechos demuestran que el mercado no estaba funcionando.
Aseguró que es necesaria y esencial una medida decisiva por parte del gobierno para reiniciar el flujo de crédito y recuperar la economía; y, a través de su secretario del Tesoro y el director de la Reserva Federal, pidió al Congreso la aprobación de un desembolso de 700 mil millones de dólares.
Indicó que la situación es más precaria cada día y que se encuentra ante dos alternativas: intervenir con una medida importante del gobierno o dar un paso atrás y dejar que las acciones irresponsables de unos “socaven la seguridad financiera de todos".
Según Bush, el plan de rescate está orientado a preservar la economía estadounidense en general, no el bienestar de ninguna empresa o industria individual.
Describió la situación actual como no normal, con una falta de confianza y el riesgo de que importantes sectores de la economía se paralicen.
Advirtió que, si no se adoptan las medidas de inmediato, Estados Unidos caerá en un pánico financiero que arrastre un escenario angustioso, con más bancos quebrando, con la reducción del valor de las jubilaciones en bolsa, la caída del valor de las propiedades, el aumento de las ejecuciones hipotecarías y la dificultad de conseguir crédito.
Indicó que la situación sería tan grave que hasta sería difícil comprar un auto o enviar sus hijos a la universidad. Además, muchas empresas cerrarían y miles perderían su empleo. “Nuestra nación pasaría por una larga y penosa recesión... no podemos permitir que esto suceda", sentenció.
"Toda nuestra economía está en peligro"
Bush no dudó en señalar que "toda nuestra economía está en peligro" y que la situación es gravísima, por lo que llamó a los candidatos John McCain y Barack Obama a la Casa Blanca para tratar el asunto con otros miembros del Congreso.
McCain anunció que suspendió su campaña porque en el Congreso espera contribuir hacia la solución del problema financiero. También pidió posponer el primer debate presidencial previsto para el viernes. Obama pidió seguir el debate porque el pueblo quiere escuchar las ideas para resolver la crisis que lancen los candidatos.