Consideran indispensable poner fin a los abusos de la SUNAT a las cooperativas agrarias, con el fin de promover el desarrollo sostenible de los cultivos alternativos
En los últimos años el café y cacao se han convertido en los principales cultivos que se han enfrentado al avance de la coca, gracias al trabajo de los pequeños productores organizados en asociaciones y cooperativas, que apostaron por la economía lícita. Sin embargo, este solitario esfuerzo de los pequeños productores es castigado por la Superintendencia Nacional de Administración Tributaria y Aduanera (SUNAT), al aplicarles una serie de multas, desconociendo su naturaleza cooperativa y la realidad de las regiones de producción que dificultan la bancarización.
El presidente de la Junta Nacional del Café (JNC), Anner Román, indicó que los productores siempre prefirieron al café y cacao a la coca, a pesar de que este último es más rentable y más fácil de cultivar.. Lamentó que en lugar de reconocerlos como aliados del gobierno en la promoción de los cultivos alternativos y dar medidas para impulsar su desarrollo sostenible, ha acotado injustamente, al menos a 15 cooperativas cafetaleras del centro y sur del país.
“Uno de esos casos es el de la Cooperativa Valle del Río Apurímac (CACVRA), que reúne a 1,800 familias cafetaleras que prefirieron al café sobre la coca, aunque les demande mayor esfuerzo e inversión. Su presidente, Adrián Aréstegui, nos acaba de informar que los productores están desanimados y en una reciente asamblea han advertido que si la SUNAT no pone fin a estos abusos se verán obligados a dejar los plantones de café y el cacao. No les quedará más que la coca. El gobierno tiene en sus manos evitar que ello ocurra”, aseguró.
Detalló que, de acuerdo al último informe de la Oficina de Naciones Unidas para el Control de la Droga y Delito para Perú y Ecuador (UNODC), en nueve regiones cafetaleras los cultivos de coca tienen una extensión de cerca de 64,400 hectáreas, con una producción estimada de 133 mil toneladas de hoja de coca y un rendimiento promedio de 2,128 kilos de hoja seca.
“Según este informe el año pasado generaron un ingreso de U$.7,022 dólares por hectárea, estimando el kilo en 3.3 dólares. Mientras que en el caso del café se obtuvo solo U$. 1,600 dólares por hectárea sobre una producción de 700 kilos”, expuso.
Román refirió que la situación es más dramática en la zona del Valle de los Ríos Apurímac, Ene y Mantaro (VRAEM), donde la cosecha de hoja de coca alcanza los 3,600 kilos por hectárea y el año pasado se registró este cultivo en cerca de 20 mil hectáreas.
“Las cooperativas cafetaleras compiten con la coca en desigualdad de condiciones. Necesitan del impulso del Estado para que cada vez más productores prefieran cultivar café. Piden la urgente reglamentación de la Ley 29683, del Acto Cooperativo, que se dictó hace dos años, así como la amnistía tributaria de las cooperativas multadas injustamente por la SUNAT”, refirió.
Advirtió que de lo contrario los pequeños productores de café y cacao, a los que se han sumado también los de banano, se movilizarán el 28 de noviembre hacia el Congreso y Palacio de Gobierno, en un último intento por llamar la atención de las autoridades y pedir su compromiso con la economía lícita.
Doble discurso
El dirigente cafetalero sostuvo que este escenario no es reciente, pues ha ido creciendo imparablemente en las últimas dos décadas, a pesar de los constantes anuncios de los sucesivos gobiernos por enfrentarlo.
“Mucho se anuncia y poco es lo que se ha hecho. Lo mismo está ocurriendo en este gobierno, que hace pocos meses anunció la inversión de 500 millones de soles en el VRAEM, así como créditos a 14%, aunque para cultivos en regiones no convulsionadas hay préstamos con hasta 5% de interés. Los cafetaleros estamos dispuestos a seguir trabajando por el desarrollo de nuestras zonas en paz y con inclusión social, pero necesitamos que el Estado también esté de nuestra parte”, dijo.
Lamentó que el gobierno tenga un doble discurso, pues por un lado anuncia apoyo a los cultivos alternativos y, por otro, ataca a los pequeños productores organizados en cooperativas que optaron por el café y el cacao, entre otros productos, sirviendo de freno a la economía ilícita.
“No solo la CACVRA está acotada, a pesar que su café fue elegido como el mejor del Perú en el 2010, también lo está la Cooperativa San Jorge, de Puno, donde se cultiva el Café Tunki, reconocido como el mejor del mundo. Afuera los premiaron y aquí la SUNAT los ha multado. Así la coca le seguirá ganando al café”, comentó.
En el evento también participaron el presidente de la Federación Nacional de Cooperativas de Ahorro y Crédito del Perú (FENACREP), Manuel Rabines; el gerente de la Confederación Nacional de Cooperativas (CONFENACOOP), Eutimio Ríos; y la presidenta de CONVEAGRO, Lucila Quintana.
Ríos recordó que en su campaña electoral el presidente Ollanta Humala suscribió la agenda por el cooperativismo, recibiendo información sobre las amenazas que tiene el cooperativismo peruano. “No podremos trabajar sin el apoyo del gobierno en el marco de la inclusión social y la lucha contra el narcoterrorismo, especialmente el sector cafetalero y cacaotero”, comentó.
Por su parte, Rabines se unió al pedido de la JNC para que el gobierno reglamente de una vez la Ley del Acto Cooperativo, para poner fin a los abusos de la SUNAT, que están acotando indebidamente a las cooperativas no solo de café sino también de ahorro y crédito, sin tomar en cuenta la labor social que realizan al facilitar que los sectores más pobres tengan acceso al crédito.
Mientras que Quintana anunció la formación de una federación de las organizaciones cooperativas vinculadas al sector agropecuario, con el fin de exponer su problemática así como presentar las alternativas de solución para impulsar el desarrollo de los pequeños agricultores y pecuarios.