Los productores nacionales de carne de cerdo trabajan en un programa sanitario con el Servicio Nacional de Sanidad Agraria (Senasa) para acceder en los próximos dos años a nuevos mercados como la Unión Europea, Japón, República de Corea y China, con los cuales Perú tiene acuerdos comerciales, informó la Asociación Peruana de Porcicultores (Asoporci).
La gerente general de la Asoporci, Ana María Trelles, señaló que para ello deben cumplir ciertos requisitos sanitarios que estos países exigen a sus socios comercializadores de carne porcina, como la acreditación de los mataderos.
Según el Ministerio de Agricultura (Minag), en el 2012 la producción nacional de carne de cerdo para consumo directo fue de 121 mil toneladas, 4.7% más que en el año 2011, sumando 302.5 millones de dólares.
Indicó que la producción nacional no solo cubre gran parte de la demanda interna de consumo directo sino que también se exporta a Ecuador.
A ese país se envían alrededor de 600 cerdos vivos semanalmente provenientes de la costa norte peruana (regiones de La Libertad, Lambayeque y Piura), por un valor de 150 mil nuevos soles al mes.
No obstante, Perú importa cada año de tres millones a 3.5 millones de kilogramos de carne porcina de Chile, Canadá y Estados Unidos orientada casi en su totalidad a la industria nacional de embutidos procesados, aunque según el Minag, esta importación se está reduciendo desde el 2010.
Trelles reconoció que la falta de abastecimiento nacional de insumos, como el maíz, para la alimentación de los cerdos es un factor limitante de la industria porcina en el país.
El maíz representa el 60 por ciento de la dieta de los cerdos y genera una demanda anual de 3.2 millones de toneladas, sin embargo, Perú solo produce el 30 por ciento de la misma, el sector entonces está condicionado por la disponibilidad de la materia prima en el comercio internacional.
Mencionó que hay períodos muy difíciles para los productores por el incremento de los costos de esta materia prima, llegando a incrementarse hasta en 150 por ciento, lo cual reduce la rentabilidad del negocio y representa un reto hacia una mayor eficiencia.