La intención de Chipre de establecer un impuesto a las cuentas bancarias como parte de un paquete de medidas por un rescate de 10,000 millones de euros (US$13,000 millones) causa incertidumbre temores en todo el bloque europeo y afecta el valor del euro y los mercados bursátiles.
El Gobierno estaba planificando cómo evitar un golpe a los pequeños ahorristas antes de la votación en el Parlamento, y así se planteó que la carga del impuesto se oriente a los depósitos mayores a 100,000 euros, pero como muchos de ellos son rusos, el presidente Vladimir Putin protestó airadamente.
Según el Gobierno, Chipre no tiene otra opción que aceptar el rescate con el impuesto a los depósitos, o caer en la bancarrota.
Mientras se estaría definiendo la fórmula final del impuesto, el debate en el Parlamento fue postergado y los bancos permanecerán cerrados hoy y mañana.
Ante estas noticias, los chipriotas se lanzaron a los cajeros automáticos para obtener sus fondos el sábado y domingo. La medida también causó temor a los depositantes en las economías más débiles de la zona euro y a los inversionistas, pues temen que medidas como esta se copien en otros países.