El pasado lunes en la ciudad de Atlanta (EE.UU.) se selló el Acuerdo de Asociación Transpacífico (TPP) del que participa el Perú junto a 11 países más, entre ellos EE.UU., Australia, México, Chile, Singapur y Japón que en conjunto equivalen al 40% de la economía mundial. Las negociaciones del mencionado tratado se han realizado en absoluto secreto en los últimos cinco años y como se recuerda implica temas de propiedad intelectual, medio ambiente, inversión extranjera, compras gubernamentales, normas laborales, solución de controversias entre inversionistas y Estados, entre otros.
El presidente Ollanta Humala ha declarado al respecto, minimizando las consecuencias negativas que el TPP podría traer consigo y destacando su importancia económica. Sostuvo que las más beneficiadas serías las pymes, que podrán acceder al mercado mundial de forma más directa. Sobre las patentes a los medicamentos ha señalado que se mantiene el plazo de protección por 20 años tal y como lo señala la legislación peruana. Hasta el momento el mandatario había destacado que el gobierno no iría más allá “de las líneas rojas” marcadas por el TLC con EE.UU. firmado en el 2006. No obstante, la decisión tomada por el Ministerio de Comercio Exterior y Turismo (Mincetur) resulta contradictoria. El Perú ha suscrito por 5 años más la protección a los datos de pruebas a los fármacos biológicos, algo que no estaba contemplado en dicho TLC, y que podrían extenderse hasta por 3 años más.
El polémico TPP, dirigido por EE.UU., constituye un atentado al comercio justo y es una amenaza a la economía y el desarrollo social de países como el nuestro, que tienen más que perder, que de ganar. En el caso de los medicamentos, las únicas más que beneficiadas son las empresas farmacéuticas norteamericanas puesto que aumentaría el precio de los medicamentos que comercializan al limitarse a la competencia. De ser así, se encarecerían los tratamientos médicos y el Estado tendría que afrontar un mayor gasto en el sector salud, el mismo que tendría que ser cubierto con el dinero de nuestros impuestos. Pero no es todo.
Más implicancias del TPP
De acuerdo a la información que se ha filtrado hasta el momento, el TPP atentaría también contra la soberanía de los países ya que podría reducir su capacidad para aprobar leyes a favor de la salud pública, la seguridad y el medio ambiente. Esto se debería a que con esta nueva regulación global se les permitiría a los países extranjeros demandar a gobiernos como el nuestro por controversias con sus inversionistas, de considerar que alguna norma legal nacional afecta a sus ganancias. Incluso, si en un arbitraje internacional el fallo fuera desfavorable para la transnacional, esta podría verse compensada por las pérdidas generadas tras su inversión. Con esto, serían los gobiernos los que tendrían que pagar a las trasnacionales para que no contaminen y perjudiquen a la población, muy contrario a lo que hoy en día exigen los peruanos: un mayor control sobre las empresas extractivas.
El TPP ha culminado su etapa de negociaciones. Ahora, los gobiernos deben exponer al país las reales implicancias de este acuerdo. Solo después de eso someterá a discusión y el Congreso será el encargado de aprobarlo. Por lo pronto, la Comisión de Salud y Población del Parlamento acordó citar para hoy a la ministra de Comercio Exterior y Turismo, Magali Silva, para que explique los detalles del acuerdo. Se ha puesto en riesgo nuestro futuro al suscribirse dicho tratado. Es bueno abrirse al mercado global pero esta no es la manera.
El TPP constituye una mayor amenaza para nuestra soberanía, ya que profundiza la condición dependiente que ha impuesto la cadena de 17 TLCs firmados por el Perú. Ahora no solo tendremos que consultar cualquier cambio que queramos hacer en política económica, sino también en nuestras políticas sociales. Las empresas y los Estados extranjeros podrán protestar ante cualquier proyecto de ley, que sientan que pueda afectar, ahora o en el futuro sus intereses. Solo queda rebelarse frente a este brulote y exigir por la vía de la movilización popular que no se apruebe en el Congreso. Continúan las paradojas del humalismo que está terminando como uno de los gobiernos más entreguistas de nuestra historia. Si el TPP contempla todo lo que ya se ha venido especulando, con su firma, el Perú quedará confinado a una relación comercial de calamitosa desigualdad.
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