Por menor demanda interna y bajo desempeño de sectores productivos. La inversión pública, componente de la demanda interna, lograría una expansión de 2,4%, cifra inferior al 6,8% registrado en 2018. Para junio a setiembre se espera que las tasas de crecimiento mejoren, dado que fueron bajas en esos meses el 2018.
El Instituto de Economía y Desarrollo Empresarial (Iedep) de la Cámara de Comercio de Lima informó que la economía peruana crecería 3,2% al cierre del 2019, lo que significa una reducción de 0,5 puntos porcentuales a lo estimado a comienzos del año, cuando la proyección era de 3,7%.
“Una menor dinámica económica se explica principalmente por el bajo crecimiento de las actividades productivas con alta participación en el producto bruto interno (PBI) y a una evolución menor de la demanda interna, especialmente de la inversión pública. Esto en parte es consecuencia de la actual coyuntura política que ha generado incertidumbre en el consumidor y en el inversionista”, manifestó César Peñaranda, director ejecutivo del IEDEP de la CCL.
Por el lado de la oferta, las actividades productivas que tendrían un menor crecimiento serían Minería y Manufactura con 1,3% y 2,7%, respectivamente. Estos sectores presentan en conjunto una participación de 30,8% en el PBI.
Le sigue Comercio que alcanzaría un aumento de 2,9%, continuando así con la paulatina recuperación que empezó en el 2018 (2,6%).
Entre los sectores que liderarán el crecimiento durante el presente año se encuentran Electricidad y agua (4,2%), Construcción (4,1%) y Agropecuario (4,1%). No obstante, tales sectores apenas representan en conjunto el 12,8% del PBI.
Por el lado del gasto agregado, la demanda interna para el 2019 tendría un menor crecimiento (3,3%) respecto al alcanzado en 2018 (4,3%), lo que en parte se explica por una fuerte desaceleración de la inversión pública que este año sería de 4,4 puntos porcentuales.
“En este punto anticipamos que el cambio de autoridades en los gobiernos locales y regionales venía afectando el dinamismo de la inversión pública, que se ha hecho evidente durante el primer trimestre 2019 al registrar una caída de 10,9%”, indicó Peñaranda.
Respecto a la demanda privada, se estima que el consumo crecería 3,6% ligeramente menor al 3,8% del 2018, mientras que la inversión privada continuaría su senda de recuperación con una tasa de 5,7%, que se mantiene no obstante haber crecido apenas 2,9% el primer trimestre.
Impacto del PBI abril
Así también, el PBI de abril 2019 que prácticamente fue nulo con solo 0,02% también tendrá un impacto en el crecimiento anual. “Sin considerar la crisis subprime del 2009 que afectó a la economía mundial, el resultado de abril 2019 es el más bajo en crecimiento, incluso por debajo de febrero 2009 (0,31%), setiembre 2009 (0,13%) y noviembre 2014 (0,14%)”, enfatizó el economista.
Precisamente con este reciente resultado, el crecimiento acumulado en los 12 últimos meses -es decir entre mayo 2018 y abril 2019- marca una tendencia de desaceleración que empezó en enero del 2019.
Por tanto, Peñaranda estimó que los resultados de la economía peruana para mayo del 2019 serían cercanos a los registrados en abril (0,02%). Con ello, el crecimiento entre junio del 2018 y mayo del 2019 se ubicaría por debajo del 3%.
“Ante este panorama es importante romper la inercia, dinamizando la demanda interna vía una mayor inversión privada y pública para recuperar sectores importantes como minería, energía y manufactura, además de infraestructura”, afirmó.
Así también, para los meses de junio a setiembre -por efecto estadístico- se espera mejores tasas de crecimiento dado que fueron bajas en esos meses el 2018, lo que no debe alterar el eje central de dinamizar la inversión.
En este escenario, precisa que el Banco Central de Reserva (BCRP) debe mantener su actual política monetaria, mientras que por el lado fiscal corresponde asignar y ejecutar de manera eficaz recursos en especial a la reconstrucción del norte del país, a la par con las zonas de la selva recientemente afectadas. Se requiere además “recuperar la estabilidad política para eliminar la incertidumbre que afecta al consumidor e inversionista, de allí la urgencia del diálogo entre el Ejecutivo y el Congreso”.
“De no considerarse los temas anotados puede profundizarse la tendencia de la desaceleración económica y terminar el 2019 con un crecimiento no deseado de apenas 2,7%, con lo que tendríamos otro año con un lamentable incremento de la pobreza y pérdida de bienestar nacional”, anotó Peñaranda.