¿Ha tocado fondo Nissan?

Esa es la pregunta que planea sobre el fabricante japonés de automóviles después de que este jueves presentara unos pésimos resultados, los peores desde la crisis mundial de 2009.

En concreto, entre abril y junio de este año, el beneficio neto de Nissan cayó casi un 95% en comparación con el mismo período de 2018.

Por su parte, su beneficio de explotación se redujo en un drástico 98,5%. Es decir, que su ganancia ni siquiera alcanzó los US$15 millones.

"Reconocemos que los resultados son muy mediocres", dijo el presidente de Nissan, Hiroto Saikawa, pese a que se mostró confiado en poder mejorarlas de cara a próximos trimestres.

Estos resultados ya llevaron a la firma a tomar medidas drásticas. Entre ellas, el despido de alrededor del 10% de sus empleados, lo que significa la eliminación de unos 12.5000 puestos de trabajo para reducir su producción global en un 10% para el año 2022.

Saikawa precisó que más de la mitad de puestos ya fueron suprimidos el año pasado y el resto de empleados serán despedidos entre 2020 y 2022 en plantas de seis países que no quiso especificar por la "sensibilidad" del tema.

Según medios japoneses citados por la agencia AFP, sin embargo, América Latina sería una de las zonas más afectadas por esta medida.

Pero ¿cómo se explica este desplome del que fuera uno de los referentes mundiales en la construcción de automóviles?

El escándalo Ghosn

"La rentabilidad se vio afectada negativamente por la disminución de los ingresos y por factores externos como los costes de las materias primas, las fluctuaciones de los tipos de cambio y las inversiones para cumplir con las normas regulatorias", señaló Nissan en un comunicado.

En efecto, al igual que sus rivales, la firma está teniendo que hacer grandes inversiones tecnológicas para desarrollar los vehículos autónomos y para responder al endurecimiento de las nuevas normativas medioambientales.

Sin embargo, además de por el estancamiento de grandes mercados como el de EE.UU., Europa o Japón, la empresa enmarcó sus resultados como consecuencia del cambio de estrategia tras el escándalo que el año pasado supuso el arresto de su expresidente Carlos Ghosn, por presuntas malversaciones de fondos.

Pese a haber rechazado los cargos en su contra, las acusaciones a Ghosn supusieron una gran presión sobre la alianza creada entre Nissan, Renault y Mitsubishi, en la cual las tensiones están lejos de desaparecer.

"Eso realmente hizo a la empresa caer en picado", reflexionó en la radio pública estadounidense NPR Michelle Krebs, analista de la empresa automotriz Autotrader.

Nissan no esconde el duro golpe que sufrió por este escándalo, y por ello decidió reducir en unos US$184.000 millones los objetivos de venta fijados durante la presidencia de Ghosn para finales de marzo de 2023.

Peor imagen y competencia

A los problemas de Nissan se suma, según expertos, una estrategia desafortunada dirigida a aumentar su presencia en el mercado a expensas de la rentabilidad.

Por ejemplo, Nissan apostó por realizar ventas con grandes descuentos a las compañías de alquiler de automóviles, lo que además de recortar sus ganancias también pudo haber "empañado" la marca, según Krebs.

Michael Ramsey, analista de la consultora Gartner, coincide también en cómo esta táctica de Nissan perjudicó la imagen que el público tenía de la marca.

Según el experto, los consumidores solían ver los autos de Nissan como deportivos y confiables, pero las ansias de la empresa por expandir su presencia en el mercado pudo dejar en entredicho la identidad corporativa de la marca.

"¿Quién es hoy el comprador de Nissan? La respuesta no es tan obvia", se preguntó en NPR.

Otro factor que destacan los expertos es la creciente competencia que para Nissan suponen fabricantes coreanos como Hyundai y Kia, que ofrecen a sus clientes vehículos a precios menores.

"A la vez que vemos cómo sus productos mejoran en términos de calidad y diseño, también están ganando consumidores que buscan algo asequible", dijo en NPR sobre estas marcas el analista de CarGurus George Augustaitis.

El experto también apuntó al diseño como uno de los puntos débiles de Nissan, citando el ejemplo de los modelos de utilitarios deportivos Rogue y Murano que están "casi cinco años desactualizados".

"Estas supresiones de puestos de trabajo son medidas necesarias para reestructurar la compañía y evitar que la situación siga deteriorándose", le dijo a AFP Satoru Takada, analista de la consultora de Tokio TIW.

"La cuestión es saber si Nissan ha tocado fondo y podrá renacer rápidamente" pero "las perspectivas son vagas y los obstáculos numerosos", pronosticó el experto.

BBC, 26.07.2019