“Cuando un hombre sale de la pobreza, sale el hombre. Cuando una mujer sale de la pobreza, lo hace una familia”. Esta frase, la cual se escucha frecuentemente en las calles, representa muy bien el espíritu de la mujer emprendedora. Aquella que pone sobre cualquier otra consideración el progreso de sus hijos y que, por lo mismo, trabaja para solventar a su familia y solicita productos financieros para realizar sus planes cada vez más.
Dar ese paso ha significado, en muchos casos, una decisión difícil. Hay todavía familias en las que la madre queda excluida de los temas económicos, a pesar de colaborar tanto como el esposo con los gastos familiares. Las razones son distintas y, en ocasiones, por un tema social o cultural, son las propias mujeres las que se autoexcluyen de las decisiones.
Sin embargo, esa realidad está cambiando. Como explica César Vela, subgerente de grupos y productos inclusivos de Mibanco, actualmente el 48% de clientes del banco son mujeres con crédito, una tasa que ha subido mucho en los últimos años. “El grupo de mujeres está conformado por emprendedoras que quieren salir adelante, aportando en casa o poniendo en marcha su negocio propio”, comenta.
Algunas veces encuentran trabas para acceder a productos financieros, porque no tienen ingresos fijos durante un periodo largo, la documentación es difícil de completar o requieren la autorización de su pareja. Para eso, han sido creados productos más flexibles, con menor exigencia de documentos y sin requerir la firma del esposo (aunque sí se le informa del producto). ¿Por qué lo hacen los bancos? “Las mujeres realmente se preocupan por pagar, son buenas pagadoras, y son muy fieles a la entidad que les abrió las puertas al crédito”, responde Vela.
Esta apertura a un público femenino en búsqueda de progreso ha significado una revolución, con un 70% de mujeres que acceden por primera vez a un producto financiero, en el caso de Crédito Mujer de Mibanco. Y con una aceleración de pequeños negocios encabezados por mujeres que ahora sí ven un respaldo para seguir creciendo, con toda la familia.