Andahuasi: Yo compro “solapa” (y tú también)


Por Humberto Campodónico


Si alguien quiere adquirir más del 25% de las acciones de una empresa que cotiza en Bolsa es claro que la intención es controlar la propiedad, dejando de lado a los dueños actuales. Esto constituye una situación delicada ya que todos los accionistas tienen derecho a saber quién es el nuevo comprador, cuál es su solvencia financiera y, también, cuáles son sus planes.


Por eso, la Ley del Mercado de Valores (LMV) establece que se debe hacer una Oferta Pública de Adquisición de Participación Significativa (OPA), diciendo que se desea adquirir más del 25% de las acciones a un determinado precio, haciendo extensiva esta oferta a los accionistas minoritarios (si no, sufrirían un perjuicio pues no podrían vender sus acciones –si así lo desean– a este nuevo precio).

Ahora bien, si se adquieren acciones a través de “testas” y se supera el 25%, eso es delito y la LMV establece sanciones.
Eso ha sucedido en Andahuasi, donde no uno sino dos grupos empresariales opuestos (Wong y Bustamante) adquirieron más del 25% de las acciones, sin hacer una OPA. Esto lo descubrió la CONASEV a través de una ardua y larga investigación, cruzando información de las sociedades de agentes de bolsa, del RENIEC, de Registros Públicos (Sunarp) y hasta de Facebook.

Dice CONASEV que el Grupo Wong adquirió, de octubre del 2008 a mayo del 2009, el 48% de las acciones (en ese lapso el precio de la acción se triplicó, pasando de S/. 0.45 a 1.45) a través de las empresas Río Pativilca, Inversiones Dagomar, Abaco Corporation y de Erasmo Wong Lu, Antonio Palacios Tejada y Jaime Heredia Landeo.

De su lado, el Grupo Bustamante (donde participa el ex ministro Hernán Garrido Lecca) adquirió el 34% de las acciones a través de las empresas offshore Zabuck y Downtown y de Claudia Romero Briceño y Carlos Dellepiane Costa y Laurent, entre otros.
Miren ustedes: ambos grupos compraron “solapa” más del 25% de las acciones. Al descubrirlos, la CONASEV les aplicó sanciones: al Grupo Bustamante el pago de S/. 2´556,000 (720 UIT) y al Grupo Wong el pago de S/. 4´473,000 (1,260 UIT). ¡Caramba, qué bien! El Grupo Wong se allanó (admitió la falta) pero el Grupo Bustamante ha apelado.

Además, la LMV establece que los infractores tienen que vender sus acciones mediante oferta pública, lo que de hecho los “saca” del negocio (muy bien). Pero, un momentito, la LMV también dice: “CONASEV podrá determinar los casos de excepción a la obligación de venta por oferta pública siempre que ello sea más beneficioso al interés del mercado y el obligado realice una OPA por el 100% del capital social” (Art. 72).

El Grupo Wong se acogió al Art. 72 y ahora va a realizar una OPA para comprarles a los accionistas minoritarios (al precio de S/. 1.72 por acción) y lograr la mayoría accionaria. ¡Qué cosas! Esto se parece a la confesión católica: después de pecar, uno se confiesa con el cura, reza 10 avemarías y, ya está, listo para seguir en el negocio.

Hay mucho más. Por ejemplo, la reconcentración de la propiedad agraria, así como el negocio del azúcar y del etanol. Tampoco se sabe si hubo quienes se aprovecharon de la “información privilegiada” y se enriquecieron comprando acciones cuando éstas subían de precio. ¿Y la manipulación a los trabajadores para que vendan sus acciones? También está el enorme gasto para controlar el orden público por varios meses (lo que incluye la movilización de 1,500 policías hace un mes para el “desalojo”) y, claro, la necesaria revisión de la timorata LMV.

Lo que sí queda claro es que las compras “solapa” de ambos grupos empresariales –junto con otros hechos recientes, como los petroaudios y las empresas que recurrieron a Business Track, las denuncias del ex ministro Allison y la concesión de Paita– nos dicen que algo se pudre en Dinamarca, perdón, en el Perú.

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