En los últimos 12 meses ya ha subido de S/. 0.99 a S/. 1.29 el metro cúbico.
Gobierno debe renegociar estos contratos para no seguir perjudicando a usuarios.
El congresista Yonhy Lescano, miembro titular de la Comisión de Defensa del Consumidor del Parlamento, denunció que es inminente una nueva alza del precio del gas natural vehicular (GNV) hasta en 40% por efecto de las leoninas fórmulas de reajuste contenidas en los contratos suscritos con el consorcio Camisea, particularmente en el contrato del lote 88. Estas condiciones fijadas, que perjudican la economía de los usuarios, se puede ver con claridad con la permanente evolución al alza del precio del GNV : Antes de octubre del 2011 costaba S/. 0.99 por m3, y subió a S/. 1.18. En mayo del 2012 trepó a S/. 1.23; en setiembre del 2012 ya está en S/. 1.29, y se viene otra alza. “Se tiene el vicio de negociar contratos lesivos a los peruanos, sólo por atraer inversión extranjera a cualquier precio” dijo el parlamentario, que denunció la irracionalidad de los contratos que atan la actualización de precios a índices internacionales de los Estados Unidos en el mercado de gas natural, cuando el Perú es productor de este hidrocarburo, y por tanto el precio de su gas natural no tiene por qué ajustarse en base a indicadores exógenos, haciendo la ficción de que importamos gas.
En el año 2006 hubo una renegociación, precisamente porque los precios subían en exceso al estar atados a precios del mercado norteamericano. El problema no se ha solucionado porque el cambio fue atar los precios a índices de dicho mercado.
Ahora que se está renegociando el contrato del lote 88, para que sea exclusivamente para el consumo interno, con mayor razón se tiene que renegociar también las fórmulas de ajuste de los precios a los consumidores.
El malestar por la subida de precios se advierte, por ejemplo, en la retracción de las conversiones vehiculares a GNV, y su migración al GLP.
Otro hecho, que debería motivar la intervención del INDECOPI y de la SBS es el hecho del financiamiento excesivamente elevado que los bancos cobran a los conductores para realizar estas conversiones, que significa para las empresas financieras márgenes de utilidad del 200%.